La izquierda ¡®abertzale¡¯ pasa por el peor momento desde su legalizaci¨®n
Malestar en sus filas por la ausencia de movimientos en pol¨ªtica penitenciaria Sortu reafirma su apuesta por una ¡°respuesta pac¨ªfica¡± frente al Gobierno
?Es posible una marcha atr¨¢s en el declarado cese definitivo de ETA de hace a?o y medio? ?Hay riesgo de escisi¨®n en la banda? El Ministerio del Interior sostiene que ¡°ETA nunca podr¨¢ volver a ser lo que fue¡±; que no dispone de m¨¢s de 30 activistas; que sus recursos econ¨®micos son muy escasos porque suspendi¨® la extorsi¨®n hace dos a?os y que limita sus esfuerzos a la log¨ªstica para garantizar la seguridad de sus miembros. No cree probable la escisi¨®n.
En todo caso, las Fuerzas de Seguridad del Estado han reforzado su vigilancia, sobre todo en Francia, tras la expulsi¨®n de la direcci¨®n pol¨ªtica de ETA de Noruega y los comunicados de la banda, el ¨²ltimo de ellos el jueves, en los que expresa su ¡°preocupaci¨®n y dudas sobre la situaci¨®n pol¨ªtica y la apuesta¡± de cese definitivo de la violencia.
La izquierda abertzale, que admite la existencia de malestar en ETA y en sus filas por el ¡°inmovilismo del Gobierno¡± en pol¨ªtica penitenciaria ¡ªno ha hecho ning¨²n movimiento tras el cese definitivo de la banda¡ª, descarta no solo el regreso de ETA a la violencia, sino tambi¨¦n la escisi¨®n.
En el improbable caso de que alguien ejerciera la violencia en nombre de la banda, se encontrar¨ªa con la condena de la izquierda abertzale, en cumplimiento de los estatutos de Sortu, que rechazan la violencia, se?alan fuentes pr¨®ximas a la formaci¨®n.
Pero esta situaci¨®n hace que la izquierda abertzale pase por su peor momento desde que fue legalizada hace dos a?os y logr¨® un ¨¦xito espectacular e inesperado en las elecciones municipales de 2011. La izquierda abertzale confiaba en que, tras el anuncio del cese definitivo de ETA, el Ejecutivo del PP, que empez¨® a gobernar en diciembre de ese a?o, se pondr¨ªa en contacto con la direcci¨®n pol¨ªtica de la banda, instalada en Noruega, para abordar el futuro de sus presos.
El PNV y el PSE, aunque mantienen que es ETA quien tiene que romper el par¨®n con el paso del cese definitivo a la disoluci¨®n de la banda, tambi¨¦n contaban con que el Gobierno flexibilizar¨ªa la pol¨ªtica penitenciaria, empezando por un acercamiento de presos para afianzar el final de ETA y facilitar su disoluci¨®n.
Pero no ha sucedido ni lo uno ni lo otro. A?o y medio despu¨¦s, el Gobierno no ha dado ning¨²n paso en pol¨ªtica penitenciaria. No ha realizado ning¨²n acercamiento de presos e incluso ha cerrado la v¨ªa Nanclares ¡ªla f¨®rmula que propici¨® el Gobierno anterior para el acercamiento y reinserci¨®n de los presos que renuncian a la violencia¡ª y ha defendido el mantenimiento de la doctrina Parot, por la que las redenciones de pena se restan no del m¨¢ximo de 30 a?os, sino del total de cada una de las condenas que se hubieran impuesto al preso.
La izquierda abertzale sufre las consecuencias de ese par¨®n con un creciente malestar en sus filas reflejado, en primer lugar, en los familiares de los presos de ETA, y tambi¨¦n en sectores minoritarios que cuestionan la apuesta unilateral de Sortu por el final de la violencia, lo que se ha expresado con algunos atisbos de kale borroka sobre todo tras la muerte en una c¨¢rcel francesa de Javier L¨®pez Pe?a, Thierry, exjefe del aparato pol¨ªtico de la banda.
Asimismo, declaraciones de dirigentes de la izquierda abertzale, derivadas sobre todo de la muerte de Thierry, han suscitado amenazas de ilegalizaci¨®n desde el Gobierno. A su vez, el PNV y el PSE, aunque reclaman al Gobierno que flexibilice la pol¨ªtica penitenciaria, son mucho m¨¢s exigentes con la izquierda abertzale, a la que exigen que reconozca como un error su complicidad hist¨®rica con el terrorismo y presione sobre ETA para que se disuelva.
Las Fuerzas de Seguridad agudizan su vigilancia sobre ETA en Francia
La izquierda abertzale, a su vez, empieza a sufrir el desgaste pol¨ªtico por su acci¨®n de gobierno en Gipuzkoa, como sucede en el conflicto de la gesti¨®n de los residuos en muchos Ayuntamientos guipuzcoanos en los que gobierna, lo que divide a sus votantes y que temen que pueda afectarles electoralmente.
En estas condiciones, aunque la izquierda abertzale asegura que no hay marcha atr¨¢s en el final de la violencia, s¨ª ha decidido enrocarse. ¡°No haremos m¨¢s movimientos mientras el Gobierno del PP no se mueva¡±, se?alan fuentes de este sector, que estiman que sus pasos, particularmente el logro del abandono definitivo de la violencia por parte de ETA, no encuentran correspondencia en el Ejecutivo de Rajoy. Solo es posible que se planteen alg¨²n gesto testimonial cuando se conozcan pr¨®ximamente las conclusiones del Foro Social sobre resoluci¨®n de conflictos, organizado por Lokarri.
La izquierda abertzale estima, adem¨¢s, que ¡°el Gobierno del PP no va a dar ning¨²n paso¡± en los pr¨®ximos meses. En su an¨¢lisis sobre su futuro inmediato creen que la decisi¨®n que adopte el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo sobre la doctrina Parot, previsiblemente en septiembre, marcar¨¢ una pauta sobre el futuro de los presos de ETA si la sentencia da la raz¨®n a su recurso, como ya hizo la sala peque?a del alto tribunal.
A su vez, la izquierda abertzale se muestra satisfecha con la modalidad de respuesta en la calle, que ha inaugurado con la acampada en San Sebasti¨¢n para responder a la detenci¨®n de seis j¨®venes condenados por los tribunales por formar parte de Segi. En vez de recurrir a la kale borroka, como en el pasado, centenares de j¨®venes practicaron la desobediencia civil como respuesta a la acci¨®n policial. Los dirigentes abertzales han hecho de ello un alarde de la ¡°capacidad¡± de sus bases ¡°para adaptarse a los nuevos tiempos sin violencia¡±.
Fue precisamente Urko Aierza, uno de los principales l¨ªderes de la izquierda abertzale, el que medi¨® entre los j¨®venes y la Ertaintza para evitar que la acampada transcurriera con violencia. La izquierda abertzale ha hecho de la acampada de San Sebasti¨¢n un s¨ªmbolo para desmentir a quienes dudan de su apuesta por las v¨ªas pac¨ªficas.
El silencio de Rajoy a Urkullu
El lunes pasado, el lehendakari I?igo Urkullu desvelaba que en su encuentro discreto con Mariano Rajoy en La Moncloa le propuso un plan por etapas de flexibilizaci¨®n de la pol¨ªtica penitenciaria para los presos de ETA, adaptado al tiempo de normalizaci¨®n tras el cese definitivo de la violencia. Es un plan jerarquizado que, seg¨²n ha sabido EL PA?S, empieza por la excarcelaci¨®n de los enfermos terminales de ETA; el acercamiento selectivo de presos a c¨¢rceles pr¨®ximas al Pa¨ªs Vasco y la salida de quienes fueron condenados por actuaciones que hoy son legales, cuyo caso m¨¢s claro es el de Arnaldo Otegi. El plan propon¨ªa una flexibilizaci¨®n de la pol¨ªtica penitenciaria, comenzando por los presos arrepentidos, acogidos a la v¨ªa Nanclares. Un mes despu¨¦s, Urkullu a¨²n no ha tenido respuesta de Rajoy.
El lehendakari, que comparte esta pol¨ªtica con su predecesor, el socialista Patxi L¨®pez, responsabiliza a ETA de la situaci¨®n de los presos de la banda por no dar el paso del cese definitivo a su disoluci¨®n. Pero cree tambi¨¦n que si Rajoy diera los pasos que le propone facilitar¨ªa la distensi¨®n pol¨ªtica en el Pa¨ªs Vasco. Urkullu confi¨® en que Rajoy iba a ir eliminando las medidas excepcionales en pol¨ªtica penitenciaria ¡ªinstituidas cuando ETA practicaba el terrorismo¡ª al reconocer, en octubre de 2011, que la declaraci¨®n de cese definitivo de la violencia de ETA abr¨ªa una nueva etapa. Pero no ha sido as¨ª. Agobiado por muchos frentes abiertos, por la crisis y el paro, no quiere nuevos problemas con el sector m¨¢s duro de su partido, la c¨²pula de algunas asociaciones de v¨ªctimas y una parte de la derecha medi¨¢tica.
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