Tres v¨ªctimas del franquismo declaran por videoconferencia ante la juez argentina
Mer?ona, hermana de Salvador Puig Antich, ejecutado a garrote vil, y Fausto Canales, hijo de fusilado, cuentan su historia a la magistrada que investiga los cr¨ªmenes de Franco
El 2 de marzo de 1974 Salvador Puig Antich muri¨®, ejecutado a garrote vil, tras haber agonizado durante una eternidad de 20 minutos. Treinta y nueve a?os despu¨¦s, su hermana Mer?ona ha asegurado hoy por videoconferencia a una juez argentina, Mar¨ªa Servini de Cubr¨ªa, que aquel chaval de 25 a?os que hoy tendr¨ªa 69 no mat¨®, como le acus¨® el R¨¦gimen, a un polic¨ªa. "Su muerte fue una venganza", declar¨® poco antes de entrar en el consulado argentino en Madrid para contar su historia a la magistrada que recibi¨®, tras el portazo de la justicia espa?ola y el procesamiento de Baltasar Garz¨®n, la querella por genocidio de las v¨ªctimas del franquismo en Espa?a. "Desde que mataron a mi hermano hemos intentado conseguir justicia por todos los cauces posibles", explicaba Mer?ona, cuya familia intent¨® reabrir el caso en el Tribunal Supremo y recurri¨® hasta el Constitucional. "Siempre ha sido negativa tras negativa. Esperamos que esta vez sea la definitiva".
Preguntada por qu¨¦ ser¨ªa hacer justicia, tantos a?os despu¨¦s, para su familia, Mer?ona Puig Antich respondi¨®: "Que los implicados paguen y que se reconozca mundialmente que no fue como dijeron; que en aquel juicio no admitieron las pruebas y que el Gobierno, que ha pasado p¨¢gina tap¨¢ndolo todo, lo reconozca y pida perd¨®n".
Fausto Canales, hijo de un fusilado cuyo cuerpo fue a parar, sin consentimiento de la familia, al peor sitio posible, junto al verdugo en el Valle de los Ca¨ªdos, llega un poco m¨¢s tarde al consulado argentino en Madrid donde se realizan las videoconferencias. Acaba de regresar de Bruselas, donde una veintena de v¨ªctimas del franquismo protest¨® ayer ante el Parlamento Europeo por el veto del PP a una exposici¨®n sobre las fosas comunes que se han abierto estos ¨²ltimos 12 a?os. Pero el viaje hasta este momento, en que una juez va a escuchar su testimonio, ha sido, en realidad, mucho m¨¢s largo. "Me ha costado 14 a?os llegar hasta aqu¨ª. Desde que me jubil¨¦ me puse a perseguir justicia, aunque desde que tengo uso de raz¨®n tengo el deseo de recuperar los restos de mi padre. He dado todos los pasos de tipo administrativo y penal que se pueden dar en Espa?a [habl¨® con representantes de casi todos los partidos pol¨ªticos, puso una denuncia en la Audiencia Nacional...]. Incluso puse una demanda en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, en Estrasburgo, pero fue inadmitida. Ahora tenemos todas nuestras esperanzas puestas en la querella argentina".
Para Fausto, la justicia, tantos a?os despu¨¦s, ya no tiene nombres de banquillo. "Los responsables, en mi caso, han muerto. Por eso para m¨ª, justicia ser¨ªa que la juez dejara por escrito en la sentencia que mi padre y todos los desaparecidos del franquismo, los 113.000 que document¨® el juez Baltasar Garz¨®n en su auto y que est¨¢n en las cunetas, fueron v¨ªctimas de un plan de genocidio. Que el nombre de mi padre quede limpio y que la justicia d¨¦ al Estado espa?ol el correspondiente repaso".
Hoy tambi¨¦n ha acudido a declarar por videoconferencia ante la juez argentina Pablo Mayoral, procesado, en julio de 1975, por el Juzgado Militar n¨²mero 2 de la Primera Regi¨®n Militar, en la causa 245/75 por la que se pidi¨® pena de muerte a tres de sus compa?eros, y por la que finalmente fue fusilado el 27 de septiembre de 1975, apenas dos meses antes de la muerte de Franco, Xos¨¦ Humberto Baena Alonso. "Su hermana Flor ha ido a todas las instancias: al Defensor del Pueblo, a la ONU, al Parlamento Europeo... y en todas partes le han dicho que lo que se hizo estaba mal, pero nadie ha sido capaz de seguir la causa contra los criminales franquistas ni de hacer un homenaje a sus v¨ªctimas. Yo hoy voy a recordar ante la juez las torturas a las que fui sometido, los 40 d¨ªas de aislamiento en la c¨¢rcel, la condena sin ninguna prueba, y aquel consejo de guerra que dur¨® apenas tres horas.... Nos acusaban de matar a un polic¨ªa y de pertenecer al FRAP (siglas de Frente Revolucionario Antifascista Patriota). Nosotros nos reafirmamos en nuestra pertenencia al FRAP, pero dijimos que de ninguna manera hab¨ªamos participado en los hechos de los que nos acusaban... Para m¨ª, justicia, tantos a?os despu¨¦s, ser¨ªa enjuiciar y, si es posible, meter en la c¨¢rcel a algunos de los responsables. Que les condenaran por sus hechos criminales en una de las dictaduras m¨¢s duras de Europa. Si en Espa?a no pudo hacerse creo que es porque el franquismo sigue teniendo muchos resortes de poder. No ha sido desmantelado del todo".
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