Una pareja espa?ola lleva cuatro d¨ªas raptada en Colombia

La polic¨ªa colombiana confirm¨® este martes, tras cuatro d¨ªas de secuestro, que los turistas espa?oles ?ngel S¨¢nchez Fern¨¢ndez, de 49 a?os, y Mar¨ªa Concepci¨®n Marlaska Sedano, 43, ¡ªpariente del juez Fernando Grande-Marlaska, seg¨²n fuentes policiales espa?olas y colombianas¡ª est¨¢n cautivos de un grupo armado que a¨²n no ha sido identificado por las autoridades. Los autores del secuestro, que ya han telefoneado a la familia para exigir un rescate, se identificaron durante la llamada como miembros de las FARC.

Los dos turistas, naturales de Avil¨¦s (Asturias), fueron secuestrados en el departamento de La Guajira, fronterizo con Venezuela, cuando se dirig¨ªan a Cabo de la Vela, uno de los lugares m¨¢s tur¨ªsticos de esa regi¨®n del noroeste del pa¨ªs y que se encuentra en medio del desierto, a unas dos horas de Riohacha, capital de esa provincia.

Los espa?oles alquilaron un coche (un Chevrolet Spark) en Bogot¨¢ en el que viajaron hasta La Guajira y que fue encontrado el viernes, abandonado y con un cristal roto, en una rancher¨ªa, como se conoce en Colombia al lugar donde viven los wayuu, la comunidad ind¨ªgena m¨¢s grande del pa¨ªs. Esta rancher¨ªa est¨¢ ubicada a unos 85 kil¨®metros de Uribia, la capital wayuu. Hasta ahora ning¨²n grupo se ha atribuido el secuestro, por lo que las autoridades ni confirman ni descartan que sea un acto de las FARC. Es habitual que los delincuentes comunes, para presionar en el cobro del rescate, se identifiquen ante los familiares como integrantes de esa guerrilla, para darse importancia y lograr que su exigencia sea tomada m¨¢s en serio. Lo que s¨ª consideran las autoridades es la posibilidad de que los turistas espa?oles hayan sido trasladados a territorio venezolano.

El ministro de Asuntos Exteriores, Jos¨¦ Manuel Garc¨ªa-Margallo, asegur¨® este martes en los pasillos del Senado, que el Gobierno ha estado ¡°desde el minuto uno en contacto con las autoridades de Colombia y con la familia¡± de los secuestrados. Garc¨ªa-Margallo no ha dado m¨¢s detalles sobre el secuestro, ya que, seg¨²n ha dicho, ¡°la norma de la casa¡± en estas situaciones es ¡°mantener una discreci¨®n absoluta¡±. Tampoco ha querido pronunciarse acerca de si Mar¨ªa Concepci¨®n Marlaska Sedano, trabajadora del diario La Nueva Espa?a, es familiar del presidente de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, Fernando Grande-Marlaska: ¡°Ni confirmo ni desmiento¡±.

Las autoridades colombianas han enviado a La Guajira una unidad especial de su grupo antisecuestros y antiextorsi¨®n. El ¨²ltimo caso de un espa?ol secuestrado se registr¨® en noviembre de 2012, cuando Rafael Molina Correa, que reside en Colombia, permaneci¨® 23 d¨ªas en cautiverio en el departamento del Cauca, al suroccidente del pa¨ªs.

En lo que va de a?o, la seguridad en La Guajira ha sido fuertemente golpeada por los ataques del frente 59 de las FARC contra la infraestructura de El Cerrej¨®n, la mina de carb¨®n a cielo abierto m¨¢s grande que tiene Colombia. Tambi¨¦n se ha incrementado la extorsi¨®n a manos de bandas criminales como Los Urabe?os y Los Giraldo, enfrentados en una guerra por el control del departamento. Seg¨²n datos de la Direcci¨®n de Investigaci¨®n Criminal de la Polic¨ªa, en 2012 se registraron en esta regi¨®n 98 casos de extorsi¨®n, as¨ª como cinco secuestros a empresarios, comerciantes y ganaderos.

En Colombia, seg¨²n la Fundaci¨®n Pa¨ªs Libre, que hace seguimiento a la tragedia del secuestro que ha azotado a Colombia desde hace d¨¦cadas, se han contado 58 secuestros en los tres primeros meses del a?o, la cifra m¨¢s baja desde 2003. En el 69% de los casos, los responsables fueron delincuentes comunes. Aun as¨ª, las FARC incrementaron esta pr¨¢ctica con relaci¨®n a 2012, pasando de 2 secuestros a 11 en un a?o. Esta guerrilla anunci¨® a finales de enero que se reservaba el derecho a secuestrar uniformados (militares y polic¨ªas), lo que provoc¨® una crisis en los di¨¢logos de paz con el Gobierno de Juan Manuel Santos en La Habana. Sin embargo, tambi¨¦n recordaron que segu¨ªa en pie su compromiso a no secuestrar con fines econ¨®micos.