La Polic¨ªa detiene al ¡®capit¨¢n Timo¡¯

La Polic¨ªa Nacional ha detenido este jueves al capit¨¢n Timo, el falso militar que lleva cometiendo delitos de estafa desde los a?os sesenta y que, en los ¨²ltimos cuatro meses, ha acumulado presuntamente beneficios de forma fraudulenta por valor de 30.000 euros. Manuel Quint¨ªa Barreiro ya fue condenado varias veces a penas de c¨¢rcel de hasta siete a?os a finales de los a?os noventa y a principios de 2000 y ahora se le imputan seis delitos de estafa cometidos en los ¨²ltimos cuatro meses, aunque la Polic¨ªa no descarta que haya m¨¢s.

El capit¨¢n Timo contin¨²a usando el mismo modus operandi de siempre. Se disfraza de coronel del ej¨¦rcito, comandante de la marina o capit¨¢n de fragata para ganarse la confianza de las v¨ªctimas y realizar falsos negocios ligados a dependencias o servicios militares. Con credenciales del Ej¨¦rcito falsas, ofrece la concesi¨®n de cantinas, lavander¨ªas o peluquer¨ªas de cuarteles e incluso la posibilidad de ser conductor de una base militar. Tras conseguir el dinero que las v¨ªctimas le dejan como adelanto, desaparece sin dejar rastro.

En su ¨²ltimo intento, la v¨ªctima sospech¨® de ¨¦l, seg¨²n una nota de la Polic¨ªa Nacional, que detuvo al sospechoso en una cafeter¨ªa de Madrid donde hab¨ªa quedado con el estafador para cerrar el negocio. En el momento de su detenci¨®n, el capit¨¢n Timo llevaba un carnet falsificado de las Fuerzas Armadas.

El afectado hab¨ªa explicado a los agentes que, d¨ªas atr¨¢s, hab¨ªa conocido a un hombre de unos 70 a?os que, tras identificarse como coronel del Ej¨¦rcito, le ofreci¨® la posibilidad de hacerse cargo de la cantina militar de un cuartel madrile?o. Para ello, el falso coronel le pidi¨® diversa documentaci¨®n personal y unos 900 euros para agilizar los tr¨¢mites de la concesi¨®n. La v¨ªctima se lo entreg¨®, pero avis¨® despu¨¦s a la Polic¨ªa, que acudi¨® a la cita.

El capit¨¢n Timo lleg¨® a estafar 1.200 millones de pesetas (m¨¢s de siete millones de euros) utilizando incluso el Ministerio de Defensa como falso intermediario. En 1991 se gan¨® la confianza de un empresario de telefon¨ªa que le entreg¨® 20 millones de pesetas para que comprara materia que iba a ser vendido a Defensa, pero se fug¨® con el dinero. Al a?o siguiente, Quint¨ªa se invent¨® que el Ministerio quer¨ªa comprar un terreno que su propietario no estaba dispuesto a vender por razones ideol¨®gicas. Se trataba, por lo tanto, de encontrar un intermediario que se quedar¨ªa con una suculenta comisi¨®n. La v¨ªctima acab¨® invirtiendo 1.200 millones de pesetas y nunca vio los beneficios.