El maquinista del tren de Santiago no mencion¨® que hablaba por el m¨®vil

La apertura de las dos cajas negras del Alvia que descarril¨® en Santiago el pasado mi¨¦rcoles ha revelado el posible origen del ¡°despiste¡± que confes¨® el maquinista Francisco Jos¨¦ Garz¨®n Amo ante el juez. En el momento de la brutal colisi¨®n que provoc¨® la muerte de 79 viajeros, el conductor estaba hablando por su m¨®vil corporativo pero, seg¨²n el juzgado, la llamada no la realiz¨® ¨¦l. Otro profesional de Renfe, desde un centro que todav¨ªa no ha sido confirmado, se puso en contacto con ¨¦l apenas dos minutos antes de que el tren descarrilase en la curva de A Grandeira, a la entrada de Santiago, seg¨²n inform¨® ayer el Tribunal Superior de Justicia de Galicia.

El Ministerio de Fomento ya est¨¢ investigando el origen de esa llamada clave, y en la noche de ayer a¨²n no hab¨ªa podido esclarecer la identidad de su autor. S¨ª afirm¨® que no fue nadie de la plantilla oficial de Renfe de la estaci¨®n pr¨®xima de Santiago. Fomento tambi¨¦n facilit¨® un manual interno sobre el uso de los tel¨¦fonos m¨®viles para destacar que los maquinistas saben, porque as¨ª est¨¢ expl¨ªcitamente recomendado, que no deben usar sus m¨®viles, tampoco los corporativos, salvo para casos de emergencia y excepcionales.

En el momento en que son¨® el tel¨¦fono de la empresa, seg¨²n las cajas negras instaladas a la cabeza y la cola del convoy, Garz¨®n estaba a punto de llegar a Santiago. Eran las 20.39 y el siniestro se produjo a las 20.41. Lo que revela la grabaci¨®n del sonido ambiente es que por tel¨¦fono le dan algunas instrucciones y ¨¦l revisa alg¨²n tipo de documentaci¨®n en la cabina, supuestamente para aclarar lo que le explican, revela el juzgado.

Fuentes oficiales han reconstruido, de las cajas negras, las grabaciones y los testimonios, lo que pudo suceder en esos momentos tr¨¢gicos. La caja negra certifica que el tren lleg¨® a alcanzar los 192 kil¨®metros por hora en un trayecto anterior a la curva que no se ha podido a¨²n precisar. Las fuentes oficiales dicen que el maquinista activ¨® por primera vez el freno el¨¦ctrico del convoy a unos 250 metros del punto de descarrilamiento, cuando viajaba a 184 kil¨®metros por hora. Y que estaba hablando por tel¨¦fono. Esas mismas fuentes oficiales explican que, unos 50 metros despu¨¦s de esa primera frenada, se ha comprobado que intent¨® poner en marcha el freno de emergencia, a cuatro segundos del siniestro. Cuando descarril¨®, el convoy iba a 153 kil¨®metros por hora.

Seg¨²n fuentes pr¨®ximas al conductor, que permanece oculto, amparado por sus amigos del gremio y comunicado con sus allegados gracias a un nuevo tel¨¦fono que le han facilitado, la llamada que recibi¨® poco antes de descarrilar procedi¨® de otro n¨²mero corporativo (los de Renfe son de seis d¨ªgitos y solo sirven para comunicarse entre trabajadores de la empresa), de una persona que le dio indicaciones para el viaje.

Los maquinistas explican, en la misma l¨ªnea que Fomento, que ¡°est¨¢ terminantemente prohibido usar el m¨®vil corporativo¡±, porque ¡°para comunicarse existe un sistema en cabina conocido como tren-tierra¡±. Pero ¡°desgraciadamente nos llaman bastante por ah¨ª, se recurre demasiado de forma injustificada¡±, afirma un compa?ero de Garz¨®n que trabaja en las mismas l¨ªneas. Los conductores responden a estas llamadas cuando no reconocen el n¨²mero e intuyen que ¡°se puede tratar de un aviso importante, una emergencia como alg¨²n obst¨¢culo atravesado en la v¨ªa¡± del que los quieren alertar. Fomento asegura que el tel¨¦fono fijo del tren ni recibi¨® ni efectu¨® ninguna llamada. En su declaraci¨®n ante el juez, Garz¨®n ocult¨® la existencia de esa llamada a su m¨®vil instantes antes del accidente en el que murieron 79 personas.

Ese otro trabajador de Renfe que le llam¨®, del que Francisco Jos¨¦ Garz¨®n Amo no ha querido revelar ning¨²n dato, le telefone¨® para darle instrucciones sobre el llamado ¡°protocolo de parada¡± en la estaci¨®n ferroviaria de Pontedeume, entre A Coru?a y Ferrol, destino final del viaje. As¨ª lo explican personas pr¨®ximas al imputado que ayer, tras conocerse el contenido de las cajas negras, hablaron con ¨¦l. El maquinista, efectivamente, necesita saber antes de llegar en qu¨¦ and¨¦n est¨¢ previsto que realice la parada, y ya en la estaci¨®n activar la apertura de las puertas de la derecha o de la izquierda, dependiendo del caso.

Lo que saben sus compa?eros es que la llamada ¡°no se produce desde los centros de control de los Alvia¡±, situados, para seg¨²n qu¨¦ tramo de esta ruta dentro de Galicia, en Ourense y Atocha. Era de un profesional que no pod¨ªa acceder en ruta al sistema tren-tierra, pero que pod¨ªa haber esperado a dar sus ¨®rdenes de parada para Pontedeume a que el tren estuviese estacionado en Santiago o A Coru?a, dos destinos previos a esa villa. Todav¨ªa faltaba mucho para que el Alvia que pilotaba Garz¨®n arribase, a las 22.15 horas, a la complicada (uno de sus dos andenes obliga a los pasajeros a cruzar por los ra¨ªles a pie) estaci¨®n de Pontedeume, una parada que no se hac¨ªa antes y que entr¨® en servicio el 3 de junio pasado para los Alvia.

En la caja negra se escucha que a las 20.39 suena el tel¨¦fono. Y al filo de las 20.40 se oyen dos pitidos de balizas, las numeradas como 6 y 7, al fondo de la conversaci¨®n telef¨®nica. Pr¨¢cticamente al instante se escucha el estr¨¦pito del descarrilamiento. La grabaci¨®n acaba con un ¡°?Ay!¡±. Es el maquinista, lament¨¢ndose por lo que acaba de suceder, sin conocer su alcance.

¡°?Usted mantuvo durante todo el trayecto alguna comunicaci¨®n con la torre [sic] de control?¡±, le pregunt¨® el juez titular de Instrucci¨®n n¨²mero 3, Luis Al¨¢ez, el domingo pasado. ¡°No, no lo recuerdo, no¡±, contest¨® Garz¨®n. El magistrado no hizo preguntas sobre posibles llamadas telef¨®nicas. Y ¨¦l no dijo nada tampoco. Sus compa?eros le preguntaron ayer, tras conocerse el contenido de las cajas negras, por qu¨¦ silenci¨® lo sucedido, y ¨¦l les respondi¨® simplemente: ¡°No quiero involucrar a nadie¡±.

El juez Luis Al¨¢ez se reuni¨® en la ma?ana de ayer con personal de la polic¨ªa cient¨ªfica para organizar el volcado de datos de las cajas negras y luego con la polic¨ªa judicial, los t¨¦cnicos de Renfe, los de Adif y los de la comisi¨®n de investigaci¨®n que indaga el siniestro. A alguno de los t¨¦cnicos presentes le sorprendi¨® que el juez, ayer, solo quisiese escuchar las grabaciones de los cuatro minutos decisivos de los audios recogidos en las cajas negras y no todo.