El maquinista del tren de Santiago: ¡°No lo vi. No estoy tan loco como para no frenar¡±
El maquinista dijo al juez y al fiscal que cuando activ¨® los mecanismos de freno ya era tarde
Custodiado por dos agentes de polic¨ªa, con camisa a rayas, pantal¨®n vaquero y una botella de pl¨¢stico con agua mineral que va pasando de mano a mano. A ratos bebe alg¨²n sorbo y la deja en el suelo. Durante los 50 minutos escasos que duran las preguntas del fiscal y el juez, se quita las gafas para "no ver borroso" al representante del Ministerio P¨²blico, Antonio Roma, que lo est¨¢ interrogando. Son las 20.30 horas del domingo y Francisco Jos¨¦ Garz¨®n, el maquinista del Alvia, est¨¢ sentado ante el juez. Ha pasado los primeros dos d¨ªas en el hospital con tres costillas rotas, un neumot¨®rax y una brecha en la cabeza. El tercero fue conducido a comisar¨ªa mientras el ministro del Interior, Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz, ofrec¨ªa una rueda de prensa sobre el caso. Al l¨ªmite del m¨¢ximo de detenci¨®n legal, lo han trasladado al juzgado ya imputado.
Durante el inicio del interrogatorio, el maquinista cuenta que no ha bebido alcohol antes de ponerse a los mandos del Alvia el d¨ªa del siniestro ferroviario m¨¢s grave de los ¨²ltimos 40 a?os. "Lo ¨²nico, caf¨¦". Que en el ¨²ltimo reconocimiento m¨¦dico de la empresa la pega que le pusieron es que estaba "demasiado delgado". Que subi¨® al tren en Ourense a las 20.00 horas para relevar a un compa?ero y que el convoy llevaba como mucho "uno o dos minutos de retraso". Que no tiene constancia de que se haya sancionado a otros conductores por llegar tarde. Y que en la cabina, como siempre, llevaba su Ipad con el libro de ¨®rdenes "descargado de una p¨¢gina de Renfe" y la ruta. Tambi¨¦n est¨¢ a bordo el documento en papel, como es reglamentario, pero explica que ¨¦l prefiere verlo en la pantallita "con la lupa que permite ampliar el mapa". El fiscal le pregunta si us¨® el dispositivo electr¨®nico para consultar Facebook o el correo electr¨®nico. "Cuando voy trabajando y llev¨® el Ipad, lo llevo para trabajar y no lo saco de esa p¨¢gina".
El forense Benito L¨®pez de Abajo se hab¨ªa encargado minutos antes de certificar que est¨¢ en uso de sus facultades y en condiciones de testificar para salvar las garant¨ªas procesales de una causa que se prev¨¦ kilom¨¦trica. Con tono amable, Roma, el fiscal que estaba de guardia el d¨ªa de la cat¨¢strofe, arranca la parte clave del interrogatorio. Lo que sigue es la transcripci¨®n textual.
Fiscal. ?Qu¨¦ estaba pensando usted antes de entrar en ese segundo t¨²nel [el ¨²ltimo antes de la curva fat¨ªdica]?
Garz¨®n. No lo s¨¦, si lo supiera... la lacra que me va a acarrear para toda la vida es tremenda.
F. Estamos trabajando todos los que estamos aqu¨ª, la polic¨ªa y el resto para saber qu¨¦ paso por su cabeza. Le pido ese esfuerzo para saber si est¨¢bamos centrados...
G. Se?or¨ªa, le digo sinceramente que no lo s¨¦, no estoy tan loco como para no frenar.
F. En otras ocasiones hab¨ªa cogido esos ¨²ltimos dos t¨²neles...
G. La ¨²nica vez que me pas¨®, por desgracia.
F. ?Usted activ¨® el freno en alg¨²n momento?
G. Hombre, pero era inevitable ya.
F. ?Qu¨¦ tipo de freno activ¨®?
G. Activ¨¦ el neum¨¢tico, etc¨¦tera. Todos.
F. ?En alg¨²n momento levant¨® el pie del pedal de hombre muerto?
G. No lo s¨¦, el pedal de hombre muerto lo tenemos como inercia ya, muchas veces ni nos enteramos de que hacemos la secuencia, son secuencias cortas de siete segundos.
F. ?Cu¨¢ndo nota usted que el tren se le vence?
G. Es que en la curva ya veo, ya veo que no la paso, veo que no la paso.
F. ?Activa usted el sistema de frenado al entrar en el t¨²nel?
G. Antes de que se me venza el tren, ya llevo todo activado y veo que no, que no paso.
F. ?Vio usted el v¨ªdeo del accidente?
G. No vi ni prensa ni radio ni televisi¨®n.
F. Mejor.
El conductor prosigue en su relato. Se le pregunta por la llamada al servicio de incidencias de Renfe que realiz¨® nada m¨¢s estrellarse y en la que ya reconoci¨® su exceso de velocidad y los 190 kil¨®metros por hora a los que circulaba por una curva limitada a 80.
"Tras volcar, lo primero que tiene que hacer cualquier maquinista o trabajador es llamar. Dije que hab¨ªa much¨ªsimos muertos porque era inevitable. A la velocidad que iba, aunque no pudiera ver hacia atr¨¢s, yo s¨¦ lo que llevo entre manos y s¨¦ que ah¨ª ten¨ªa que haber desgracia. [Llam¨¦] para activar el protocolo de emergencia.
Tambi¨¦n asegura que al bajar de la locomotora cont¨® esas mismas impresiones "al gobernador civil" [el delegado del Gobierno en Galicia, Samuel Ju¨¢rez], uno de los primeros dirigentes que apunt¨® en privado la hip¨®tesis del error humano.
Las preguntas del ministerio p¨²blico contin¨²an. Y abordan cuestiones de la seguridad relacionadas con el trazado de la v¨ªa o los sistemas de frenado.
Fiscal. ?Hab¨ªa alg¨²n elemento en el trazado, la v¨ªa o el veh¨ªculo que le hubiera perjudicado en la conducci¨®n?.
Garz¨®n. No, no, no.
F. Cualquier aspecto del estado de la v¨ªa, su trazado o del estado de la m¨¢quina o de los sistemas Asfa o ERTMS...
G. Es que todo va en que yo debo saber que en ese punto debo ponerme a esa velocidad [80 kil¨®metros por hora], nada m¨¢s.
Cuando transcurre el interrogatorio, las cajas negras permanecen sin abrir bajo custodia de la polic¨ªa pero algunos investigadores hab¨ªan apuntado ya la hip¨®tesis de que el despiste del maquinista podr¨ªa estar relacionado con una llamada de tel¨¦fono. El fiscal le pregunta si "durante todo el trayecto mantuvo una conversaci¨®n con la torre de control". El acusado responde: "No, no lo recuerdo".
Antes, el juez que instruye la causa le ha le¨ªdo sus derechos: "A no declarar, a no declarar contra s¨ª mismo, a no declarar a cualquier pregunta que se le haga y a manifestar lo que estime conveniente". Y la asistencia del letrado, que es un abogado de Renfe.
El maquinista asiente y va respondiendo pregunta a pregunta a todo el cuestionario. No esquiva ninguna, y solo de cuando en vez pide alguna aclaraci¨®n. El instructor tambi¨¦n centra sus dudas en la curva fatal, la confusi¨®n de tramo y el frenazo. El conductor explica que cada d¨ªa sol¨ªa frenar cuatro kil¨®metros antes de entrar en los t¨²neles, a diferencia de lo que hizo el pasado 24 de julio con su despiste. "Suelo hacerlo as¨ª por norma, la frenada es m¨¢s suave y casi no tiene que utilizar el neum¨¢tico, va con freno el¨¦ctrico".
Juez. ?Recuerda a qu¨¦ velocidad circulaba cuando tuvo el accidente?
Garz¨®n. Cuando fue el golpe, andar¨ªa entre 180 y 190, no me dio tiempo a nada.
J. ?Por qu¨¦ no redujo?
G. Es que no le doy explicaci¨®n, no lo comprendo, c¨®mo no lo vi.
J. Una cosa es que sea un instante, pero usted circula cuatro ki¨®metros a una velocidad muy superior a lo que suele hacerlo.
G. Cuatro kil¨®metros a 200 kil¨®metros por hora va muy de prisa.
J. Al entrar en los t¨²neles no se da cuenta y no reduce la velocidad.
G. Yo cuando me doy cuenta, es que hay m¨¢s t¨²neles y yo voy tranquilamente pero no, no, no...
El maquinista a¨²n tuvo tiempo de desmontar las informaciones basadas en una foto que colg¨® en marzo de 2012 en su perfil personal de Facebool y en la que presum¨ªa de circular a m¨¢s de 200 kil¨®metros por hora, haciendo bromas sobre los radares de la Guardia Civil. Garz¨®n explic¨® que no era ¨¦l quien pilotaba aquella locomotora. Defendi¨® que la instant¨¢nea corresponde a unas pr¨¢cticas que realiz¨® en Medina del Campo para conocer el estado de las v¨ªas y los cruces antes de hacerse a las nuevas m¨¢quinas. "Va otro compa?ero conduciendo y yo le hago la t¨ªpica foto al compa?ero que va circulando. Voy en cabina porque estoy autorizado junto a una serie de compa?eros mirando c¨®mo se hacen los cambios. De alguna forma tenemos que aprender".
Con las preguntas de las otras partes personadas, Renfe y las compa?¨ªas de seguros, acaba la declaraci¨®n. Nadie pide c¨¢rcel. No hay riesgo de fuga ni de destrucci¨®n de pruebas. Pero el fiscal Antonio Roma apunta 79 homicidios por imprudencia profesional y diversos delitos de lesiones. Francisco Jos¨¦ Garz¨®n niega con la cabeza. El juez redacta el auto de imputaci¨®n: debe entregar su pasaporte, su licencia de maquinista y comprometerse a presentarse en el juzgado semanalmente.
Un coche de la polic¨ªa le traslada a un lugar secreto que sus compa?eros maquinistas han improvisado para aislarlo del mundo.
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