Rosa, su debilidad
Desde que fue imputado, la obsesi¨®n del extesorero del PP ha sido intentar apartar del proceso a su mujer
Desde que salt¨® en 2009 el caso G¨¹rtel y el cabecilla de la red, Francisco Correa, implic¨® en la causa a Luis B¨¢rcenas (¡°Yo, Paco Correa¡±, se jact¨®, ¡°he llevado a B¨¢rcenas 1.000 millones, a su casa y a su despacho de G¨¦nova¡±), la obsesi¨®n de extesorero del PP ha sido apartar del proceso y de la lupa policial a su esposa, Rosal¨ªa Iglesias, su mayor debilidad. Sab¨ªa que si los polic¨ªas de la UDEF escudri?aban en su patrimonio, la primera que saldr¨ªa a relucir era Rosa, su esposa. ?l lo ten¨ªa todo bien atado y oculto en Suiza, pero en bancos de Madrid constaban extra?os ingresos en billetes de 500 euros no ajenos a Rosa (como le llaman los conocidos de la pareja, hasta el propio Mariano Rajoy), y tambi¨¦n cuentas opacas al fisco nutridas con m¨¢s de un mill¨®n de euros puestas a su nombre.
Tem¨ªa el extesorero que si la polic¨ªa tiraba del ovillo, pod¨ªa encontrar, como al final ha ocurrido, las cuentas sin declarar a Hacienda que ambos compart¨ªan en Suiza. Consciente de todo esto, ide¨® un plan para sacarla como fuera del proceso judicial: ¡°Tu ni¨¦galo todo, y si te preguntan di que todas las cuentas las llevaba yo¡±. Y eso dijo Rosa cuando declar¨® por delito fiscal ante el juez Antonio Pedreira. Se present¨® como un ama de casa que nada sabe de finanzas y que se limita a firmar lo que su marido le pone sobre la mesa. Al juez Pedreira logr¨® convencerle de su inocencia. Hasta el punto de que, al poco de declarar, le archiv¨® la causa. Todas las personas que le conocen destacan que Pedreira es un hombre honesto y poseedor de una mente privilegiada: n¨²mero uno en casi todas las oposiciones jur¨ªdicas a las que se present¨®, con un expediente acad¨¦mico inundado de matr¨ªculas de honor. Su biblioteca jur¨ªdica es mastod¨®ntica. El caso G¨¹rtel le lleg¨® en un momento en que diferentes achaques m¨¦dicos se hab¨ªan apoderado de su cuerpo, pero no de su mente, ¡°la de una muy buena persona¡±, como le defienen en su entorno. Esta fue la circunstancia de la que se aprovech¨® B¨¢rcenas, y los contactos que utiliz¨® para tratar de llegar a ¨¦l, y disuardirle de la inocencia de Rosa. Para tratar de acercarse a ¨¦l, tambi¨¦n maquin¨®, y ejecut¨® hacerse feligr¨¦s de una parroquia que supo que era frecuentada por el magistrado. Inicialemente, el juez le mantuvo a ¨¦l las imputaciones, si bien m¨¢s tarde tambi¨¦n le archiv¨® su caso. Experto en verdades y mentiras, B¨¢rcenas logr¨® convencer al juez de que ¨¦l no era ni el ¡°L.B¨¢rcenas¡±, ni el ¡°Luis el Cabr¨®n¡± que aparec¨ªa como receptor de las comisiones de Correa.
Entonces no se sab¨ªa que ocultaba en Suiza los 48 millones que le descubri¨® la Audiencia Nacional tras reabrir la causa contra el matrimonio B¨¢rcenas/Iglesias gracias a las fiscales Anticorrupci¨®n M¨ªriam Segura y Concecpi¨®n Sabadell, que nunca le creyeron, ni a ¨¦l ni a Rosa. Con B¨¢rcenas en la c¨¢rcel, el juez Ruz, a petici¨®n de las fiscales, actu¨® ayer con contudencia contra ¡®Rosa¡¯ al imponerle seis millones en concepto de responsabilidad civil: para garantizar que llegue al fisco la cuota tributaria del dinero que nunca declar¨®. En todas las actuaciones judiciales B¨¢rcenas ha querido ver, estas ¨²ltimas semanas, la mano del Gobierno. ?Se vengar¨¢ ahora tirando m¨¢s metralla?
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