Un SMS contradice la versi¨®n de Rajoy en el Congreso sobre B¨¢rcenas
Asegura que cometi¨® el error de confiar en ¨¦l y que rompi¨® tras conocerse su cuenta en Suiza Dos d¨ªas despu¨¦s de hacerse p¨²blica la comisi¨®n rogatoria sigui¨® anim¨¢ndole
Ayer fue el d¨ªa en el que Mariano Rajoy pronunci¨® p¨²blicamente el nombre de Luis B¨¢rcenas y lo hizo 16 veces, una cada cuatro minutos de su discurso inicial. Fue el d¨ªa en el que, por primera vez, admiti¨® alg¨²n error en el caso de su extesorero, aunque fuera solo el del exceso de confianza y ni rozara el fondo de los hechos. Y el d¨ªa en el que el presidente del Gobierno fue al Parlamento a hablar del esc¨¢ndalo que le acorrala, aunque para eso haya tenido que haber una amenaza de moci¨®n de censura y la presi¨®n hasta de medios internacionales de prensa.
¡°Me equivoqu¨¦ al mantener la confianza en alguien que ahora sabemos que no la merec¨ªa. Comet¨ª el error de creer a un falso inocente, pero no el delito de encubrir a un presunto culpable¡±, asegur¨® el presidente del Gobierno en algo parecido a un acto de contricci¨®n p¨²blica.
Su ¨²nica responsabilidad, seg¨²n dijo, es la del exceso de confianza en quien llev¨® durante m¨¢s de 20 a?os las cuentas del partido. Y explic¨® que fue cuando conoci¨® que ten¨ªa una cuenta opaca en Suiza cuando rompi¨® amarras con ¨¦l por sentirse traicionado.
¡°Le apoy¨¦ hasta el momento en que, a los cuatro a?os de iniciadas las investigaciones, llegaron datos que confirmaban la existencia de cuentas millonarias en Suiza, no declaradas a la Hacienda P¨²blica, a nombre del se?or B¨¢rcenas. Esto, adem¨¢s de revelar una manifiesta deslealtad con el partido que le hab¨ªa encomendado sus cuentas, confiado en ¨¦l y defendido su inocencia, constitu¨ªa un hecho ilegal que no admit¨ªa dudas, puesto que la existencia de ese dinero en Suiza a su nombre, la confirm¨® el juez y el imputado no pudo negarlo¡±, explic¨® Rajoy.
Sin embargo, el pasado 18 de enero, dos d¨ªas despu¨¦s de conocerse la existencia de esa cuenta, a trav¨¦s de una comisi¨®n rogatoria pedida por el juez Ruz, el presidente del Gobierno envi¨® un comprometedor mensaje de texto al m¨®vil de B¨¢rcenas: ¡°Luis. Lo entiendo. S¨¦ fuerte. Ma?ana te llamar¨¦. Un abrazo¡±.
Es decir que, en contra de lo que dijo ayer en las Cortes el presidente del Gobierno, la gravedad del descubrimiento de la cuenta no fue suficiente para que cesara su apoyo a B¨¢rcenas. Como le respondi¨® el secretario general del PSOE, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, solo la existencia de ese mensaje admitido por Rajoy supondr¨ªa la dimisi¨®n de un presidente en Alemania, Reino Unido o Francia. ¡°Todos los espa?oles sab¨ªan que el se?or B¨¢rcenas era un evasor fiscal y el presidente del Gobierno le segu¨ªa mandando afectuosos mensajes de ¨¢nimo¡±, espet¨® el l¨ªder de la oposici¨®n. Rajoy no contest¨®.
Sobre ese pilar de la confianza defraudada hasta que se conoci¨® la cuenta opaca estaba construido todo el discurso de Rajoy de ayer. No hab¨ªa relato de hechos o explicaci¨®n de c¨®mo pudo reunir B¨¢rcenas un capital de m¨¢s de 40 millones de euros. S¨ª hab¨ªa una reiterada declaraci¨®n de honradez personal y de descalificaci¨®n de las declaraciones inculpatorias contra el PP o de los papeles de supuesta contabilidad b, tachados de ¡°falsedades¡± y despreciados como ¡°renglones en papeles arrugados¡±.
Todo falso y fruto de la estrategia defensiva del extesorero, que como imputado puede mentir, seg¨²n remach¨® el presidente, pero acompa?ado de prevenciones para curarse en salud de posibles nuevas revelaciones o avances de la investigaci¨®n judicial ¡ª¡°No me consta¡± la cuenta b del PP; ¡°por lo que a m¨ª respecta¡±...¡ª Y sobre los sobresueldos: ¡°Declarar los ingresos privados a Hacienda ya es una responsabilidad individual. De eso, ni el se?or B¨¢rcenas ni nadie que no sea la Hacienda P¨²blica sabe nada¡±.
El presidente hizo un largo discurso inicial en el que entr¨® de lleno en el caso B¨¢rcenas y busc¨® un cara a cara muy duro con el l¨ªder de la oposici¨®n, para que los suyos le identificaran como el centro de la conspiraci¨®n contra su partido y su Gobierno.
Buscaba embarrar el terreno y dejar en segundo plano las peticiones de explicaciones concretas y al resto de grupos. Incluy¨® multitud de citas del propio Rubalcaba sobre la imposibilidad de convertir las investigaciones judiciales en responsabilidad pol¨ªtica y sobre la presunci¨®n de inocencia, con la teatralidad de usar repetidamente la coletilla enf¨¢tica de ¡°fin de la cita¡± como se?uelo para la posteridad.
Adem¨¢s de la confianza defraudada, y con un discurso bien elaborado y eficaz, Rajoy incid¨ªa en el perjuicio para la imagen de Espa?a de quienes le exigen explicaciones y responsabilidades, en lo que supone de retroceso en el camino hacia el final de la recesi¨®n y, especialmente, en la descalificaci¨®n de la amenaza de moci¨®n de censura por parte del l¨ªder socialista. ¡°Un fraude constitucional¡± que da?a la imagen de Espa?a, seg¨²n Rajoy.
El discurso buscaba cohesionar a los suyos con una impresi¨®n de contundencia, de defensa ante un ataque exterior y, sobre todo, de se?uelos para llenar el vac¨ªo de los datos concretos. Fue especialmente claro en rechazar las peticiones de dimisi¨®n formuladas por todos los portavoces salvo Josep Antoni Duran Lleida (CiU).
Rajoy lo descart¨®: ¡°No voy a dimitir y no voy a convocar elecciones anticipadas. La endeblez de sus argumentos y la fuerza de mis razones hacen que ni siquiera sopese esa posibilidad. A m¨ª lo que se me pide es que me declare culpable. No se me piden explicaciones. Yo no me voy a declarar culpable porque no lo soy¡±.
Tampoco respondi¨® a ning¨²n detalle que le pidi¨® la oposici¨®n, especialmente, a ninguna de las 20 preguntas sobre B¨¢rcenas y sus relaciones con el presidente del Gobierno que le hizo de forma contundente la portavoz de UPyD, Rosa D¨ªez. No respondi¨® porque, de forma inusual en la C¨¢mara, Rajoy llevaba escrita la r¨¦plica y la ley¨® sin inmutarse y sin modificar ni una sola l¨ªnea para contestar a las cuestiones que le planteaban los portavoces. Ni tom¨® nota siquiera mientras hablaban. Ley¨® fielmente el texto precocinado con el cuidado de quien repite el alegato minuciosamente prefabricado con sus asesores pol¨ªticos y legales, porque no quiere verse condenado pol¨ªticamente en el futuro, ni atado por sus palabras en el Parlamento.
Afe¨® a todos que tuvieran de antemano decidido rechazar su versi¨®n si no coincid¨ªa con su prejuicio, pero ¨¦l hizo justo eso con su r¨¦plica: responder lo que le hab¨ªa preparado su Gabinete. No cambi¨® siquiera para responder a acusaciones tan duras como la de Joan Coscubiela (ICV) que le llam¨® reiterada y abiertamente ¡°corrupto¡±.
Para intentar explicar que no ha ayudado a B¨¢rcenas dej¨® caer que con el Gobierno del socialista Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero el extesorero fue exculpado y con el suyo encarcelado. En esa insinuaci¨®n omiti¨® que el PP fue expulsado de la causa por el juez por ejercer como defensor y no como acusaci¨®n, que la comisi¨®n rogatoria de Suiza lleg¨® en enero; que los papeles surgieron con posterioridad y que la Fiscal¨ªa intent¨® durante dos meses quedarse con parte de la investigaci¨®n de la contabilidad b publicada por EL PA?S hasta que IU present¨® una querella. Y dijo que se mantienen los fiscales del caso obviando que el art¨ªculo 23 del Estatuto Fiscal dificulta que se aparte a los encargados de las investigaciones.
Sobre los supuestos sobresueldos a dirigentes del PP utiliz¨® eufemismos como ¡°remuneraciones complementarias por raz¨®n del cargo¡± y ¡°anticipos o suplidos a justificar por gastos inherentes al desempe?o del cargo¡±. Pero todo ¡°en blanco¡± e incluido en la contabilidad oficial del partido.
En el ¨²ltimo tramo, Rajoy volvi¨® a enunciar las medidas anticorrupci¨®n que anunci¨® en febrero en el debate sobre el estado de la naci¨®n, que solo han sido objeto de una reuni¨®n de la comisi¨®n que se cre¨® en La Moncloa.
El presidente, felicitado a la salida del pleno por sus diputados, llega as¨ª a las vacaciones a la espera del desarrollo del proceso penal y la reacci¨®n de B¨¢rcenas desde Soto del Real. All¨ª est¨¢ encarcelado ¡°el tesorero infiel¡±, seg¨²n ironiz¨® Rubalcaba, que se convirti¨® en delincuente solo cuando empez¨® a declarar contra el PP.
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