202 interminables d¨ªas preso en T¨¢nger
Antonio L¨®pez, v¨ªctima de una falsa acusaci¨®n, fue encarcelado por error
Las c¨¢rceles est¨¢n llenas de inocentes. Pero algunos lo son de verdad. Es el caso de Antonio L¨®pez, camionero natural de El Ejido (Almer¨ªa), de 56 a?os, preso por error durante siete meses en una c¨¢rcel de T¨¢nger.
La rocambolesca historia de Antonio, que confirman fuentes diplom¨¢ticas, arranca en febrero del a?o pasado, cuando uno de los empleados marroqu¨ªes de la empresa almeriense de transportes de maquinaria de construcci¨®n para la que trabaja es detenido en la aduana de T¨¢nger con 100 kilos de hach¨ªs. Durante los nueve meses siguientes, Antonio sigue entrando y saliendo del pa¨ªs sin problemas con su cami¨®n. ¡°Cuando me enter¨¦ de que hab¨ªan detenido al compa?ero marroqu¨ª, dej¨¦ la empresa porque no me fiaba de que no tuvieran nada que ver. En teor¨ªa, los camiones se quedaban en un aparcamiento de pago, cerrado. Empec¨¦ a trabajar con otra empresa de c¨¢maras frigor¨ªficas e iba con el cami¨®n a Italia, B¨¦lgica... Cuando en noviembre fui a T¨¢nger a ver a unos amigos, en el puerto, a punto de coger el barco para volver a casa, me detuvieron¡±.
Era 8 de noviembre de 2012 y Antonio pensaba todav¨ªa que aquel error se resolver¨ªa en poco tiempo. ¡°Pero despu¨¦s de estar dos d¨ªas en comisar¨ªa me mandaron a prisi¨®n. Resulta que el marroqu¨ª hab¨ªa dicho que yo era su jefe. ?Me acusaban de ser jefe de una banda internacional de traficantes!¡±, exclama. Antonio empez¨® a tener miedo de verdad. ¡°Me dijeron que por eso me pod¨ªan caer entre 15 y 20 a?os de c¨¢rcel¡±, recuerda, ya en su casa de El Ejido pero todav¨ªa no recuperado del susto.
¡°Despu¨¦s vino a verme a la prisi¨®n un abogado marroqu¨ª que me dijo: ¡®Si me das 100.000 euros, te consigo la libertad¡¯. El problema es que all¨ª todo es corrupci¨®n. A los tres meses volvi¨® y me dijo que con 50.000 lo arregl¨¢bamos. Y yo pens¨¦: ¡®Dios m¨ªo, si esto es un tema de dinero me voy a pasar aqu¨ª la vida. ?No tengo un duro!¡±, recuerda.
El 17 de diciembre de 2012 dej¨® un mensaje desesperado en el contestador de la Plataforma Presos Marruecos, que denuncia las duras condiciones de las c¨¢rceles del pa¨ªs vecino: ¡°Soy un espa?ol de 55 a?os, padre de familia, con cuatro hijos. Enfermo cr¨®nico de coraz¨®n, con dos infartos, y cardiopat¨ªa isqu¨¦mica severa. Desde el 8 de noviembre de 2012 me encuentro injustamente preso en esta prisi¨®n, sin haber cometido delito alguno. Pido ayuda a todas las instituciones espa?olas y a todas las personas que puedan y quieran ayudarme para obtener mi libertad. No dispongo de dinero ni medios para defenderme ni demostrar mi inocencia. De seguir aqu¨ª preso, temo por mi vida. Necesito hospital y salir. ?Por favor, ayuda!, ?Ayuda!¡±.
Antonio pas¨® esas navidades en prisi¨®n. ¡°En 32 a?os de camionero siempre hab¨ªa conseguido estar en casa en Navidad, menos esta vez, que la pas¨¦ en una c¨¢rcel marroqu¨ª¡±, recuerda.
Desde la prisi¨®n insisti¨® repetidamente en que localizaran al preso marroqu¨ª que le hab¨ªa se?alado como jefe de una banda internacional de narcotr¨¢fico para celebrar un careo. ¡°Pero el preso no aparec¨ªa por ning¨²n sitio. Hasta que vino a verme el c¨®nsul y me prometi¨® que hablar¨ªa con el fiscal. Dicho y hecho. En una semana localizaron al otro preso. En el juicio se desmont¨® todo. El marroqu¨ª que me hab¨ªa acusado confes¨® que hab¨ªa dicho mi nombre porque sus verdaderos jefes le hab¨ªan prometido dinero si as¨ª lo hac¨ªa, pero como el dinero no lleg¨® dijo la verdad. Por fin, me absolvieron. El 28 de mayo sal¨ª en libertad sin cargos¡±. El 29 lleg¨® a Espa?a y no tiene la menor intenci¨®n de volver a pisar Marruecos.
Las fotograf¨ªas que ilustran este reportaje muestran el efecto que tuvieron en Antonio los siete meses que pas¨® en una c¨¢rcel de T¨¢nger, donde la mayor¨ªa de presos duerme en el suelo, sobre una manta, rodeados de bichos y humedad. Sali¨® muy desmejorado y perdi¨® el empleo, as¨ª que solicit¨® una indemnizaci¨®n por el tiempo que hab¨ªa pasado en prisi¨®n. ¡°Al poco empec¨¦ a recibir amenazas por tel¨¦fono en las que un marroqu¨ª con buen espa?ol me dec¨ªa que pueden abrirme juicio otra vez, y que tenga cuidado. All¨ª hay mucha corrupci¨®n. El abogado, que me pidi¨® inicialmente 1.500 euros, termin¨® cobrando 3.500: 2.000 que le envi¨® mi familia y otros 1.500 que le di yo y que le ped¨ª prestados a mi jefe¡±.
Ahora, Antonio sufre por su tocayo, el tambi¨¦n camionero Antonio Garc¨ªa Vidriel, enfermo como ¨¦l de coraz¨®n y diabetes y compa?ero de prisi¨®n en T¨¢nger. ¡°Si no lo sacan pronto, se va a morir ah¨ª. All¨ª no hay de nada y les da igual que tengas el az¨²car a 400. ?C¨®mo es posible que saquen al pederasta y a ¨¦l lo dejen all¨ª tirado? No lo entiendo. Supongo que ser¨¢ otra cosa de dinero¡±. Fuentes conocedoras del caso conf¨ªan en que su traslado se resuelva en los pr¨®ximos d¨ªas.
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