Josefina Piquet, una mujer del 36
Exiliada tras la Guerra Civil, dedic¨® sus ¨²ltimos a?os a contar sus experiencias durante el conflicto y el franquismo
Josefina Piquet se consideraba una mujer afortunada, a pesar de haber quedado sepultada bajo los escombros de las bombas de la Guerra Civil en Figueres, camino del exilio, con solo cuatro a?os; a pesar de haber vivido su infancia y juventud exiliada en Francia, repudiada por sus compa?eros de clase que le tiraban piedras y la insultaban; a pesar del miedo, el hambre y la soledad que vivi¨® all¨ª y del insomnio y la angustia que padeci¨® una vez instalada en su ciudad, Barcelona. Pero Josefina, fallecida el pasado lunes, dec¨ªa que el victimismo paraliza a las personas y que se debe transformar en algo positivo. Y as¨ª cambi¨® su vida cuando decidi¨® abrir la puerta del pasado.
Nacida en Barcelona en el a?o 1934, Josefina Piquet era hija ¨²nica de una familia de tradici¨®n anarquista, el padre form¨® parte de la Columna Durruti. Por este motivo, y con solo dos a?os, a Josefina la nombraron mascota del lado republicano. El 9 de febrero del 1939 pasaba la frontera con su madre, mientras su padre quedaba en el campo de concentraci¨®n de Saint Cyprien. Se encontrar¨ªan dos a?os m¨¢s tarde, pero su progenitor continuar¨ªa jug¨¢ndose la vida luchando contra el nazismo y acogiendo a refugiados espa?oles. Es estremecedor el relato de estos 11 a?os de exilio en Francia, hasta que, en 1950, los Piquet regresaron a Barcelona.
Tampoco ser¨ªa f¨¢cil la vida en plena dictadura, pero Josefina estudi¨® en el Liceo Franc¨¦s y enseguida trabaj¨® de secretaria de direcci¨®n con solo 16 a?os. Hasta que se cas¨® en 1958 y dej¨® la empresa porque una mujer casada no pod¨ªa trabajar. Tuvo dos hijos.
A finales de 1997 conoci¨® a un grupo de mujeres que empezaban a hablar de su experiencia en la Guerra Civil y la posguerra. Ella no era miliciana, ni hab¨ªa estado en prisi¨®n ni en la clandestinidad, como muchas de ellas, pero contar¨ªa la experiencia de una ni?a a qui¨¦n el trauma de la guerra hab¨ªa cambiado la vida.
As¨ª entr¨® Josefina Piquet en el colectivo Les dones del 36, mujeres que rondando los ochenta a?os se iban a escuelas, institutos o a centros c¨ªvicos a hablar de su experiencia. Ella era la m¨¢s joven y la llamaban La Nena. Muchas de ellas no hab¨ªan hablado jam¨¢s en p¨²blico, y mucho menos a estudiantes, que sal¨ªan emocionados y se preguntaban por qu¨¦ les hab¨ªan escondido ese tramo de la historia. En 2005, a ra¨ªz de una de las cr¨®nicas que publicaba entonces en EL PA?S, les propuse escribir un libro con la biograf¨ªa de cada una de ellas. El grupo se disolvi¨® en el 2006 porque muchas ya no pod¨ªan seguir aquel ritmo. Se despidieron con otro libro editado por ellas: Les dones del 36, un silenci convertit en paraula.
Pero Josefina ten¨ªa claro que continuar¨ªa divulgando su mensaje. Su discurso era claro y sincero, no le importaba hacer kil¨®metros y habl¨® ante todo tipo de p¨²blico, incluso en Francia, en los mismos escenarios que la hab¨ªan ninguneado. Y en uno de ellos le otorgaron hace poco la Medalla de Oro de la ciudad. Colabor¨® en el Memorial Democr¨¤tic y en el Museu d¡¯Hist¨°ria de Catalunya. A ra¨ªz de la exposici¨®n Les presons de Franco se integr¨® en el grupo de voluntarios Consell de savis, una actividad oral que aporta la experiencia de la vida de estas personas a grupos de estudiantes.
En los ¨²ltimos ocho a?os, Josefina colabor¨® con la Fundaci¨® Congr¨¦s Catal¨¤ de Salut Mental, dirigido por la psic¨®loga cl¨ªnica Anna Mi?arro, que la ha llevado a cursos, jornadas y congresos relacionados con la palabra y la reflexi¨®n sobre los traumas de la guerra. Josefina responde al modelo de mujer fuerte, valiente, positiva, que no se rend¨ªa ante nada. Su lema: ¡°Si la vida te da limones, a?¨¢dales agua y az¨²car y prepara una buena limonada¡±.
Isabel Olesti es escritora.
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