Cospedal
La secretaria general del PP exhibe una patente temeridad pol¨ªtica y una oratoria desestructurada
Una vez m¨¢s, el mes de agosto est¨¢ teniendo un trasfondo pol¨ªtico mucho m¨¢s interesante de lo que se esperaba. Es verdad que el nivel del inter¨¦s medi¨¢tico no ha llegado al extremo del a?o pasado, cuando la prima de riesgo reptaba desbocada por encima de los 500 puntos creando una crisis de ansiedad, mientras que ahora se aletarga perezosamente casi por la mitad. Pero a cambio en este agosto tambi¨¦n han surgido otras cuestiones no menos cr¨ªticas, que superan con creces la convencional serpiente de verano para erigirse en monstruosas criaturas aut¨¦nticamente terror¨ªficas. Es el caso de la nueva crisis del Pe?¨®n por antonomasia, y tambi¨¦n el de las masacres perpetradas por los pretorianos egipcios, asuntos estos que no comentar¨¦ aqu¨ª por salirse de mi competencia. Y s¨ª lo har¨¦ con el tercer lugar en el top ten de agosto, ocupado por las declaraciones como testigos de P¨¢ez, Cascos, Arenas y Cospedal ante el juez que investiga el caso B¨¢rcenas.
La cosa no promet¨ªa mucho porque todo parec¨ªa indicar que los testigos citados a declarar seguir¨ªan la t¨¢ctica de Mas o Rajoy: culpar de todo al tesorero infiel y negar bajo juramento cualquier responsabilidad personal y partidaria. Es lo que hicieron, en efecto, Cascos y Arenas, que siguieron al pie de la letra el guion previsto por Moncloa y G¨¦nova. Pero desmintiendo tales expectativas, al final surgi¨® la noticia. En contra de lo que se esperaba, y a juzgar por los comentarios de los abogados personados en la causa, las declaraciones de P¨¢ez y Cospedal resultaron ser particularmente jugosas, erigi¨¦ndoles casi en aut¨¦nticos testigos de cargo. Y ello hasta el punto de que a partir de ellas deber¨ªan producirse, si as¨ª lo decidiera el juez instructor, apasionantes careos judiciales entre los principales protagonistas del drama.
El caso m¨¢s atractivo es sin duda el de la secretaria general del partido, Mar¨ªa Dolores de Cospedal, que exhibe una patente temeridad pol¨ªtica camuflada por una oratoria desestructurada. Tras su c¨¦lebre ¡°que cada palo aguante su vela¡±, y el ep¨ªteto de ¡°cobardes¡± que lanz¨® contra los dirigentes que ¡°se desentienden¡± del caso, ahora parece que se?ala directamente a Rajoy y Arenas como los contratantes del ¡°finiquito en diferido¡± destinado a sellar la boca de B¨¢rcenas. Es verdad que al final todo puede quedar en agua de borrajas, pero lo cierto es que de no ser por los aciertos o los errores de Cospedal, quiz¨¢s hoy no existir¨ªa el caso B¨¢rcenas, pues parece haber sido ella, en definitiva, quien defenestr¨® al tesorero infiel, impidiendo el ¨¦xito de su chantaje. As¨ª que quiz¨¢s habr¨ªa que hacer un monumento a esta mujer. Aunque todo queda pendiente de que se celebren o no los careos de marras.
En cualquier caso, y sea cual fuere el curso judicial de los acontecimientos, lo cierto es que las declaraciones testificales de agosto han profundizado mucho m¨¢s agudamente la crisis del partido en el poder. Incluso se dice que en su seno se ha abierto una grave fractura interna, intensificada por la propia actitud de Cospedal, entre quienes desean taparlo todo como hasta ahora con el rodillo parlamentario de su mayor¨ªa absoluta y quienes plantean la conveniencia de aprovechar la oportunidad para proceder a renovar en profundidad la c¨²pula dirigente, sustituyendo por sangre fresca inmaculada a todos los que se han ensuciado las manos o se las han quemado encubriendo a quienes las ten¨ªan manchadas. Y sin duda es verdad que hay que proceder por m¨²ltiples razones a una limpieza a fondo de la ¨¦lite que dirige a ambos partidos de poder, lo que incluye tanto a Rajoy y Arenas en el PP como a Rubalcaba y Gri?¨¢n en el PSOE. Pues si este Gobierno puede hacer o¨ªdos sordos impunemente al caso B¨¢rcenas es porque la actual oposici¨®n socialista carece de la m¨¢s m¨ªnima credibilidad.
Pero no es solo cuesti¨®n de personas. En realidad, lo que hay que cambiar es el h¨¢bitus pol¨ªtico que impera en nuestro pa¨ªs: el know how, la manera de hacer las cosas. Y para ello no basta con sustituir al personal por otro nuevo equipo dirigente, que amenaza con incurrir en los mismos vicios del anterior. V¨¦ase lo que pas¨® con Zapatero cuando procedi¨® a una renovaci¨®n generacional del PSOE que al final se revel¨® puro efecto Lampedusa (¡°es preciso que todo cambie para que todo siga igual¡±). Y lo mismo ocurri¨® cuando, tras el trauma del 11-M, el equipo de Rajoy sustituy¨® al equipo de Aznar. Pura continuidad hist¨®rica del mismo repertorio de id¨¦nticas pr¨¢cticas procedimentales. No, mientras no cambien las perversas reglas de juego, de nada sirve que se cambien los equipos de jugadores por otros nuevos. Lo que aqu¨ª hace falta es una verdadera reforma estructural. Pero no una de esas reformas neoliberales que recomienda el FMI sino una aut¨¦ntica reforma institucional que regenere las reglas del juego de poder.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.