El PP toma aire y reprocha a Rubalcaba que se le caiga el discurso de la corrupción
Saénz de Santamaría proclama que “se ve la luz” al final de la crisis
Y de pronto al Gobierno le ha caído del cielo el auto de la juez Alaya sobre los ERE de Andalucía. Cuando más lo necesitaba, cuando arrancaba el curso parlamentario con Luis Bárcenas en el centro del debate político, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Saénz de Santamaría, pudo aferrarse a ese auto, tomar aire y proclamar ante sus diputados y senadores que el discurso del PSOE sobre la corrupción se ha caído.
Acababa de hablar Alfredo Pérez Rubalcaba ante sus parlamentarios para pedirles que endurezcan su labor de oposición, con dedicación especial al caso del extesorero sobre el que este miércoles preguntará a Rajoy en la primera sesión de control al Gobierno del curso.
Todos los movimientos del PP y del Gobierno siguen la lógica de apartar de la agenda política el escándalo, preservar al presidente de la crítica y poner en primer plano la pretendida recuperación económica con la que el Ejecutivo intenta recuperarse del desgaste sufrido. A eso iba Soraya Saénz de Santamaría cuando supo del auto de Alaya contra los dos últimos presidentes del PSOE y de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves y José Antonio Gri?án. A sus afirmaciones sobre los datos macroeconómicos que le permitieron proclamar que se ve “la luz al final de la crisis” sumó la descalificación al PSOE como denunciante de la corrupción. “El debate no puede ser ‘me engancho a lo último del partido de enfrente’, porque luego pasa lo de días como hoy, que a mitad de la ma?ana se te ha caído el discurso”, aseguró satisfecha en referencia a la posición de Rubalcaba con los ERE de Andalucía. Remató ese asunto con la reiteración del pacto contra la corrupción que propondrá a todos los grupos.
“El indicador adelantado de la economía espa?ola es Alfredo Pérez Rubalcaba. Cuanto menos quiere hablar de economía es síntoma de que las cosas empiezan a ir mucho mejor”, dijo con ironía.
En los pasillos del Congreso y el Senado, mientras se celebraban los primeros plenos del curso político, era visible esa satisfacción de los parlamentarios del PP y el desconcierto de los del PSOE. Los primeros argumentaban que la juez Alaya les daba munición suficiente para responder a las críticas por el caso Bárcenas y a la imputación y encarcelamiento del extesorero contraponían la apuntada imputación de los dos últimos presidentes del PSOE. Rajoy acude hoy con ese parapeto a responder del caso ante el pleno.
Entre los parlamentarios del PSOE la tesis era la crítica a la juez, por la oportunidad al acompasar sus decisiones a acontecimientos como la toma de posesión de este martes de Susana Díaz; al poner en la agenda la imputación de un aforado como Manuel Chaves sin remitir el caso al Tribunal Supremo y al tener a 25 imputados sin citar siquiera para que declaren.
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