Desconcierto catal¨¢n en Bruselas
Los ¡®eurofuncionarios¡¯ de Catalu?a rechazan un futuro alejado de la UE ¡°Este auge del nacionalismo est¨¢ ligado a la crisis¡±, seg¨²n un alto cargo
Fueron casi los primeros en llegar a Europa y ahora se les plantea la hip¨®tesis absurda de abandonarla. Los funcionarios catalanes en la Uni¨®n Europea viven con desconcierto y algo de incomodidad el debate sobre el encaje en el club comunitario de una eventual Catalu?a independiente. Con menos dramatismo del que se respira ahora en Espa?a, algunos de estos funcionarios ironizan sobre su situaci¨®n. Y se preguntan si el estatus jur¨ªdico de los catalanes quedar¨ªa, en caso de secesi¨®n, como el de ese ciudadano noruego contratado por las instituciones comunitarias para preparar la adhesi¨®n de Noruega a la UE y que finalmente qued¨® en un limbo al votar el pa¨ªs n¨®rdico contra la integraci¨®n en 1994.
El colectivo catal¨¢n ¡ªunas 300 personas, seg¨²n varias estimaciones¡ª dista mucho de ser homog¨¦neo. Pero comparten algunos argumentos: el debate sobre la posible independencia de Catalu?a est¨¢ demasiado polarizado, aunque en Bruselas se puede hablar con cierto sosiego. Pese a todo, el temor a verse se?alados se acrecienta. De la veintena de personas consultadas para hacer este reportaje, la mayor¨ªa han accedido a participar con condici¨®n de anonimato o han declinado la oferta.
¡°Este auge del sentimiento nacionalista est¨¢ muy relacionado con la situaci¨®n de crisis. Catalu?a ha sido una de las primeras comunidades en recortar y a partir de ah¨ª se ha avivado la sensibilidad respecto a este asunto. Es como si faltara algo que ilusiona y entonces la gente se engancha a este sentimiento. Pero, suceda lo que suceda, esto no va a mejorar las cosas¡±, reflexiona Octavi Quintana, director del Espacio Europeo de Investigaci¨®n en la Comisi¨®n y uno de los catalanes con m¨¢s rango en Bruselas.
El colectivo critica la falta de responsabilidad de los pol¨ªticos
Ese enardecimiento de la poblaci¨®n en un momento en que faltan motivos para el entusiasmo explica en buena medida el fervor independentista. ¡°Los que llegamos aqu¨ª a partir de 1986 compart¨ªamos una gran ilusi¨®n por el proyecto europeo. Hoy hay pocos con ese potencial. Y el proyecto soberanista catal¨¢n lo tiene. No veo otro similar en Europa¡±, enfatiza Jaume Bardolet, funcionario de la Direcci¨®n General de Educaci¨®n y presidente de la Asamblea Nacional Catalana en Bruselas, con un enfoque muy diferente al de Quintana.
Todos coinciden en la curiosidad que esto despierta en los colegas de otros pa¨ªses, que no dejan de preguntarles. ¡°No siempre es f¨¢cil explicarlo porque, a diferencia del debate sobre Escocia, que se aborda con argumentos racionales, en este caso las posturas se basan mucho en lo emocional¡±, asegura una fuente que prefiere no identificarse. Salvo excepciones, los funcionarios est¨¢n descontentos con la dimensi¨®n que los pol¨ªticos ¡ªde todas las tendencias¡ª est¨¢n dando a la cuesti¨®n soberanista.
¡°Vemos con preocupaci¨®n que en Catalu?a no se quiera o¨ªr la posici¨®n de las instituciones europeas [las advertencias de que la independencia supondr¨ªa salir de la UE], pese a que se conoce desde hace tiempo. Todo se aborda con mucha falta de seriedad porque no se quiere que interfiera en el proceso emocional¡±, asegura otra fuente comunitaria.
La mayor¨ªa de los consultados reh¨²san debatir si salir de Espa?a implicar¨ªa desgajarse de la UE porque no pueden contemplar con seriedad este ¨²ltimo supuesto. Aniceto Rodr¨ªguez, que lleg¨® a Bruselas hace 25 a?os y trabaja ahora en la Direcci¨®n General de Cooperaci¨®n al Desarrollo, cree que la incredulidad es compartida por la c¨²pula bruselense. ¡°No creo que exista preocupaci¨®n. Es un tema de conversaci¨®n recurrente, pero no se plantean que realmente pueda suceder¡±. Este catal¨¢n se declara contrario a la independencia y lamenta el ¡°entusiasmo irracional¡± que genera.
¡°Es como una moda, como una fiesta¡±, analiza Alejandro, un cargo intermedio de la Comisi¨®n Europea, que pese a todo se muestra favorable a preguntar a la ciudadan¨ªa si quiere la independencia. Como tantos otros, lamenta la irresponsabilidad pol¨ªtica por ambas partes. ¡°Hay expresiones en Espa?a que hacen que haya m¨¢s independentistas en Catalu?a. Y a la inversa. Son posturas que se retroalimentan¡±, concluye.
Sin pronunciar una sola palabra, la persona que m¨¢s partido ha tomado en esta situaci¨®n es Amadeu Altafaj, el espa?ol con m¨¢s rango en la Comisi¨®n Europea tras el vicepresidente y comisario de Competencia, Joaqu¨ªn Almunia. Altafaj, jefe de gabinete adjunto de Olli Rehn ¡ªel comisario que rige el destino econ¨®mico de la UE¡ª anunci¨® desde su cuenta de Twitter que acudir¨ªa a la V¨ªa Catalana y el d¨ªa de la Diada apareci¨® fotografiado en la marcha de Z¨²rich. Tambi¨¦n a trav¨¦s de esta red social ¡ªen la que aclara que solo refleja posiciones personales¡ª quiso llamar a la calma y a mantener las mentes abiertas el d¨ªa que Almunia y la portavoz de la Comisi¨®n aclararon que una Catalu?a independiente tendr¨ªa que pedir el reingreso en la UE.
Pese a todo, Ramon Tremosa, eurodiputado por Converg¨¨ncia, interpreta que Bruselas ¡°se mantiene al margen; hace bien en decir que se manifestar¨¢ ex post¡±. A su juicio, la Comisi¨®n esgrime el art¨ªculo 49 de los tratados (el que establece que cualquier pa¨ªs tercero podr¨¢ pedir el acceso al club pero requerir¨¢ la unanimidad de sus miembros) porque nunca se ha dado ese supuesto.
¡°Los funcionarios son prudentes, no est¨¢n muy movilizados; quiz¨¢s el caso de Altafaj sea distinto porque no es funcionario de carrera¡±, conjetura Erika Casajoana, del Casal Catal¨¤ en Bruselas, la organizaci¨®n que aglutina a los catalanes en el extranjero. Casajoana se define favorable a la independencia ¡ªaunque asegura que el Casal quiere mantenerse neutro¡ª y destaca la importancia que tienen para el movimiento soberanista los catalanes bien situados en las instituciones europeas.
Al final esos contactos entre la Generalitat y los catalanes en Bruselas proporcionan claves esenciales en este proceso. Hace solo un a?o, el presidente de la Generalitat, Artur Mas, admiti¨® en una cena restringida que no le preocupaba tanto la cuesti¨®n nacional como el hecho de que el Gobierno espa?ol no se sentara a negociar cuestiones ligadas a la financiaci¨®n y al Estatut, seg¨²n fuentes conocedoras del encuentro. Y agitar el fantasma de la independencia constituir¨ªa un acicate para el di¨¢logo. Pese a su indudable estrategia, la situaci¨®n parece haber escapado al control de Mas.
Los catalanes han sido durante muchos a?os la comunidad espa?ola m¨¢s nutrida en el seno de la UE. Su mayor cercan¨ªa ¡ªgeogr¨¢fica y de pensamiento¡ª y su dominio de los idiomas propiciaron durante a?os una presencia que rondaba el 40% de los eurofuncionarios, seg¨²n estimaciones no oficiales. Ahora su peso se ha equilibrado respecto a otros territorios en Espa?a, aunque en los cargos de mayor representaci¨®n siguen estando bien situados. En buena medida porque llegaron antes y han tenido m¨¢s a?os para ascender en el escalaf¨®n comunitario.
Pioneros en la carrera comunitaria
Adem¨¢s de Amadeu Altafaj, que ejerci¨® en Bruselas como periodista y ahora es n¨²mero tres del comisario Olli Rehn, el funcionario catal¨¢n con mayor rango en la Comisi¨®n es Xavier Prats, director general adjunto de Educaci¨®n y Cultura, con una larga trayectoria en las instituciones europeas y al frente de cargos directivos desde 2004. Le siguen Carles Esteva, director de Pol¨ªtica y Estrategia en Competencia, y Octavi Quintana, un experto en sanidad que ahora dirige el Espacio Europeo de Investigaci¨®n.
Una de las caras m¨¢s visibles es la de Jaume Duch, portavoz del Parlamento Europeo, con muchos a?os de experiencia comunitaria. M¨¢s expuesta a los focos estuvo Cristina Gallach, exportavoz de la OTAN y del Alto Representante para la Pol¨ªtica Exterior cuando Javier Solana estaba al frente de esos cargos. Ahora es jefa de unidad, encargada de Relaciones P¨²blicas, en el Consejo Europeo. Gallach es una de las pocas mujeres que han alcanzado cotas de poder en Bruselas.
El catal¨¢n con m¨¢s rango en el Consejo es ?ngel Boixareu, director general de Agricultura.
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