La juez que grab¨® a Garz¨®n
Servini de Cubr¨ªa es la ¨²nica jueza electoral en Buenos Aires Ella acumula las 4.153 hojas de la querella de las v¨ªctimas de Franco
Hubo un tiempo en que la juez Mar¨ªa Servini de Cubr¨ªa, la misma que ahora ha solicitado la detenci¨®n de cuatro supuestos torturadores franquistas, viaj¨® a Espa?a y grab¨® una conversaci¨®n privada con el juez Baltasar Garz¨®n sin que ¨¦l fuera consciente. Garz¨®n investigaba a Amira Yoma, cu?ada del entonces presidente Carlos Menem (1989-1999), por supuesto lavado de dinero proveniente del narcotr¨¢fico. A Servini de Cubr¨ªa se le acus¨® de paralizar las gestiones de Garz¨®n, de evitar la extradici¨®n a Espa?a de Yoma, de ser las juez que ¡°serv¨ªa y encubr¨ªa¡± las corruptelas de Menem. ¡°Yo tuve que grabar una conversaci¨®n con Garz¨®n porque era la ¨²nica prueba con que contaba para demostrar que la detenci¨®n de Amira [Yoma] no se hab¨ªa pedido¡±, declar¨® la juez en una entrevista concedida a P¨¢gina 12 en 2002.
Aquel fue el a?o aciago de Servini de Cubr¨ªa. Esta doctora en leyes de 76 a?os, hija y nieta de jueces, madre de dos hijos abogados, abuela de cinco nietos y viuda desde hace tres a?os, ha tenido el honor de ser la primera juez del pa¨ªs que restituy¨® a un nieto desaparecido durante la dictadura a su familia biol¨®gica. Y lo hizo en 1977, en plena dictadura. Pero en 1992 su popularidad cay¨®. Aquel a?o present¨® un Amparo Judicial para que se censurase una s¨¢tira que iba hacer sobre ella en televisi¨®n el humorista Tato Bores. Servini de Cubr¨ªa gan¨® el caso, pero decenas de famosos se solidarizaron con el c¨®mico y grabaron una canci¨®n con una sola frase: "La juez Buruburubud¨ªa es lo m¨¢s grande que hay", que a¨²n resuena en la sociedad argentina.
La juez continu¨® su carrera. En 1994 investig¨® el asesinato del general chileno Carlos Prats y su esposa que se hab¨ªa producido en Buenos Aires en 1974 a manos de sicarios de la dictadura miliar de Augusto Pinochet. La secretaria judicial que llevaba la causa a las ¨®rdenes de la juez, recuerda: ¡±Cuando ¨ªbamos a Chile a tomarle declaraci¨®n a los militares de la dictadura le llegaron a tirar comida de perro. Hab¨ªa helic¨®pteros que segu¨ªan la camioneta de la doctora por aquellos desiertos de Chile. Pero ella no se detuvo en ning¨²n momento. Y al final, en Chile se le ha reconocido su trabajo y la han invitado a dar conferencias sobre derechos humanos¡±.
En su despacho del juzgado federal n¨²mero 1 de Buenos Aires hay fotos de ella en Chile junto a alguno de los jueces m¨¢s prestigiosos del pa¨ªs, hay documentos donde las Abuelas de la Plaza de Mayo le agradecen sus servicios, hay tambi¨¦n una foto de barcos ¨Cle apasiona la n¨¢utica¡ªy decenas de lechuzas. ¡°Tiene m¨¢s de cinco mil; las colecciona desde hace muchos a?os¡±, aclara uno de sus colaboradores.
Servini de Cubr¨ªa es tambi¨¦n la ¨²nica juez electoral en la capital de Argentina. Lo cual significa que cuenta con 300 personas a sus ¨®rdenes en la secretar¨ªa electoral -encargada, entre otras funciones de supervisar el censo- y unas 40 en el juzgado 1 de lo Criminal. Es en este ¨²ltimo donde se acumulan las 4.153 hojas de la querella presentada por las v¨ªctimas del franquismo.
Los colaboradores de ¡°la doctora¡± salen al paso de algunas cr¨ªticas que han surgido tanto en Espa?a como en Argentina. ¡°Desde Espa?a hemos le¨ªdo que la doctora busca protagonismo¡±, indica uno de sus tres secretarios judiciales. ¡°Y no hay nada m¨¢s alejado de la realidad. Ella desestim¨® el caso en 2010, cuando el fiscal argentino se expidi¨® en contra de la querella presentada aqu¨ª, ya que ella no pod¨ªa actuar de oficio. Y volvi¨® a tomarlo en septiembre de 2010, cuando los tres jueces de la sala segunda de la C¨¢mara Federal se pronunciaron a favor de los querellantes y en contra del fiscal argentino. En las dos ocasiones lo que ha buscado es cumplir con su deber¡±.
La otra cuesti¨®n que ha causado mucho malestar a Servini de Cubr¨ªa han sido unas declaraciones vertidas el pasado mi¨¦rcoles en un art¨ªculo publicado por el diario argentino La Naci¨®n. En el citado texto, un cargo del PP cuyo nombre permanece en el anonimato especula sobre las razones que pueden haber llevado a la juez a ordenar la detenci¨®n de cuatro supuestos torturadores. ¡°No ser¨¢ una forma de presionar por la falta de acuerdo en la expropiaci¨®n de Repsol?¡±, pregunta el funcionario del PP.
¡°?Qu¨¦ tendr¨¢ que ver Repsol con todo esto?¡±, se pregunta uno de los ayudantes de la juez. ¡°Eso es una falta de respeto por el trabajo que se ha venido haciendo por este juzgado. Adem¨¢s, aqu¨ª el Gobierno argentino no ha tenido nada que ver. Absolutamente nada¡±.
Una d¨¦cada despu¨¦s de que los caminos de Garz¨®n y Servini de Cubr¨ªa se cruzaron, los dos jueces volvieron a encontrarse en el despacho de ella. Fue el pasado mayo, cuando Garz¨®n prest¨® declaraci¨®n en la causa de las v¨ªctimas. ¡°Garz¨®n declar¨® muy bien, se despidieron con un beso y los dos mantienen una relaci¨®n cordial¡±, aclaran los ayudantes de la juez.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.