El Pr¨ªncipe exalta la unidad de Espa?a
¡°Hoy es un d¨ªa para celebrar lo que nos une¡±, dice don Felipe, en nombre del Rey. El heredero se compromete a trabajar para superar ¡°cualquier dificultad¡±
Al Pr¨ªncipe le cost¨® hacerse o¨ªr, en medio del barullo, porque los cerca de mil asistentes a la recepci¨®n en el Palacio Real por el 12 de octubre charlaban despreocupados. No esperaban lo que iba a ocurrir porque nunca hab¨ªa ocurrido antes. Tras pedir silencio hasta en cinco ocasiones, don Felipe ley¨® un mensaje del Rey, ausente por primera vez en la celebraci¨®n de la Fiesta Nacional, convaleciente de la operaci¨®n de cadera a la que se someti¨® el pasado 24 de septiembre. ¡°Hoy es un d¨ªa para celebrar lo que nos une. Para recordar nuestra historia milenaria y valorar lo mucho que hemos conseguido juntos¡±, dijo el Pr¨ªncipe, hablando en nombre de su padre. ¡°Pero sobre todo es un d¨ªa para reafirmar nuestro compromiso con un futuro compartido de concordia y de progreso para todos los espa?oles. Si lo que hoy nos une es mucho, es mucho m¨¢s lo que cada d¨ªa seguir¨¢ estrechando nuestros v¨ªnculos y los de toda Espa?a con la comunidad internacional. Espa?a, con la Corona a su servicio, continuar¨¢ trabajando siempre para garantizar ese progreso, ese porvenir, superando cualquier dificultad¡±.
El presidente Mariano Rajoy dijo que el discurso le hab¨ªa parecido ¡°estupendo¡± y el l¨ªder de la oposici¨®n, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, lo calific¨® de ¡°innovaci¨®n afortunada¡±.
El Pr¨ªncipe transmiti¨® a los invitados ¡°el saludo m¨¢s afectuoso del Rey¡±, que segu¨ªa por televisi¨®n desde el palacio de La Zarzuela la intervenci¨®n de su hijo, al igual que hizo con el desfile, presidido ayer por primera vez por don Felipe. ¡°Ha sido un poco raro, un d¨ªa especial¡±, admiti¨® el Pr¨ªncipe, refiri¨¦ndose a esa circunstancia excepcional, ¡°pero dentro de la normalidad. Hay que estar donde hay que estar¡±.
El jefe de las Fuerzas Armadas no pudo presidir ayer el desfile militar por estricta prescripci¨®n m¨¦dica del doctor Miguel Cabanela quien, tras intervenir al Rey, puso el grito en el cielo cuando se le pregunt¨® si cre¨ªa que podr¨ªa presidir el desfile. ¡°Un contundente no¡±, dijo.
Pero don Juan Carlos quiso estar presente. ¡°El mensaje que ha le¨ªdo el Pr¨ªncipe ha sido la forma de traer al Rey al desfile. El lenguaje se ha adaptado al de don Felipe, pero el mensaje es del Rey¡±, insist¨ªan en La Zarzuela. Por ejemplo, en el discurso, muy medido, don Felipe hab¨ªa escogido decir ¡°lo que nos une¡±, en vez de hablar de ¡°unidad de Espa?a¡±, destacaban.
En una celebraci¨®n repleta de cambios en las formas, el fondo volvi¨® a ser el mismo: Catalu?a repiti¨® como protagonista de la Fiesta Nacional por segundo a?o consecutivo. En la recepci¨®n de 2012, el Pr¨ªncipe llam¨® a los pol¨ªticos a dejar las salidas de tono y ¡°rebajar la tensi¨®n¡±; pocos d¨ªas antes, el ministro de Educaci¨®n, Jos¨¦ Ignacio Wert, hab¨ªa echado gasolina al incendio al afirmar que hab¨ªa que ¡°espa?olizar a los alumnos catalanes¡±. Y ayer, un a?o despu¨¦s, con el fuego a¨²n vivo, y la amenaza de una consulta soberanista, el Rey, hablando por boca del Pr¨ªncipe, advert¨ªa de que ¡°el progreso¡± y ¡°los v¨ªnculos con la comunidad internacional¡± estaban estrechamente ligados a la unidad de Espa?a.
El desaf¨ªo soberanista es uno de los problemas que m¨¢s preocupan al Rey, que suele mantener entrevistas privadas con personalidades catalanas para conocer de primera mano la altura de las llamas de ese incendio. De hecho, tambi¨¦n recurre de vez en cuando con ese objetivo a hombres-puente, mediadores, como el editor Jos¨¦ Manuel Lara, el empresario Antonio Brufau y el abogado Miquel Roca.
La segunda idea fuerza del mensaje que transmiti¨® el Rey a trav¨¦s del Pr¨ªncipe es la voluntad de la Corona de ¡°continuar trabajando¡± y superar las ¡°dificultades¡± que puedan surgir. Algunas de las que han surgido ya en La Zarzuela, como este nuevo baj¨®n en la salud del Monarca, son responsables de muchas de las novedades de ayer.
Los cambios empezaron por el desfile, que presidieron en solitario los Pr¨ªncipes de Asturias, ¨¦l con uniforme de teniente coronel del Ej¨¦rcito de Tierra y ella con una chaqueta rosa. El a?o pasado los Reyes y los Pr¨ªncipes compartieron el palco principal, mientras que do?a Elena fue desplazada a la tribuna de invitados y do?a Cristina ni siquiera acudi¨®, apartada de facto de la agenda oficial por el caso N¨®os. A partir de ahora, justific¨® entonces la Casa del Rey, la actividad se va a centrar en ¡°el n¨²cleo duro¡± de la Familia Real; es decir, ¡°Reyes y Pr¨ªncipes¡±.
Pero la teor¨ªa del n¨²cleo duro apenas ha resistido un a?o, porque ayer en la tribuna del desfile no solo faltaba el Rey, sino tambi¨¦n la Reina y, en cambio, en el besamanos posterior del Palacio Real, la infanta Elena volvi¨® a la l¨ªnea de saludos.
La propia Reina, en una conversaci¨®n informal con los periodistas, reconoci¨® lo extra?o que le hab¨ªa resultado seguir el desfile por televisi¨®n. ¡°Es la primera vez en 44 a?os que no voy¡±, dec¨ªa, remont¨¢ndose a las paradas militares de tiempos de Franco. Do?a Sof¨ªa explic¨® que el Rey ¡°est¨¢ trabajando mucho para recuperarse, tomando sus medicinas. Es cosa de mec¨¢nica. Esta vez se lo tiene que tomar con calma¡±, a?adi¨®, para justificar su ausencia. Tambi¨¦n la infanta Elena coment¨® que su padre est¨¢ ¡°deseando recuperarse. Le gustar¨ªa hacer m¨¢s de lo que hace. El pobre ha tenido mala suerte¡±, dijo, en referencia a la infecci¨®n que le oblig¨® a pasar por el quir¨®fano, al que tendr¨¢ que volver a finales de noviembre. ¡°A ver si es la ¨²ltima vez¡±.
Los cambios protocolarios provocados en el desfile por la sustituci¨®n del Rey por el Pr¨ªncipe fueron casi imperceptibles para los asistentes: versi¨®n breve del himno nacional (solo 20 segundos) y ausencia de gritos de ¡°?Viva Espa?a! y de rendici¨®n de honores de las banderas al pasar ante la tribuna. M¨¢s se not¨® la austeridad presupuestaria: 2.600 soldados, casi todos a pie, sin blindados ni aeronaves, salvo la Patrulla ?guila. En total, apenas una hora de acto militar.
Alarma de Aznar por Catalu?a y silencio de Rajoy
Pese a la insistencia de los periodistas, Rajoy se neg¨® a pronunciar una sola palabra sobre el desaf¨ªo soberanista catal¨¢n. Quien no sigui¨® su ejemplo fue su antecesor Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. El expresidente explic¨® que era la primera vez que acud¨ªa a la tradicional recepci¨®n del 12 de octubre en el Palacio Real desde que dej¨® La Moncloa y justific¨® su presencia por la ¡°seria gravedad¡± de la situaci¨®n de Espa?a. ¡°Vengo a defender la democracia, la monarqu¨ªa constitucional y la unidad de Espa?a¡±, argument¨®, como si esos valores estuvieran en peligro.
Aznar no lleg¨® a hablar con Rajoy, pero s¨ª con Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, aunque solo de f¨²tbol, seg¨²n asegur¨® este ¨²ltimo. El l¨ªder del PSOE, a quien se vio acompa?ado por la nueva presidenta andaluza, Susana D¨ªaz, calific¨® de ¡°innovaci¨®n afortunada¡± el discurso del Pr¨ªncipe, que acapar¨® todo el protagonismo, no solo por sus palabras, sino porque los invitados ¡ªcasi un millar¡ª se arremolinaban en torno a ¨¦l, y a la princesa Letizia, para saludarle.
El mutismo de Rajoy no le impidi¨®, sin embargo, dedicar elogios a Crist¨®bal Montoro, de quien dijo que es ¡°un excelente ministro de Hacienda en momentos dif¨ªciles¡±. Incluso intent¨® justificar su afirmaci¨®n de que los salarios crecen moderadamente, alegando que se refer¨ªa a los fijados por convenio, aunque reconoci¨® que se han congelado en la Administraci¨®n y han bajado en muchas empresas, lo que en su opini¨®n ha evitado que haya m¨¢s despidos.
La secretaria general del PP, Mar¨ªa Dolores de Cospedal, mostr¨® su "absoluta tranquilidad" ante la imputaci¨®n del gerente de su partido en Castilla-la Mancha por el caso B¨¢rcenas.
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