El Gobierno tratar¨¢ ¡°con el mayor tacto¡± la situaci¨®n catalana
Se multiplican los gestos de distensi¨®n, pero sin cambios
La decisi¨®n de ofrecer una nueva imagen en las relaciones entre el Gobierno central y la Generalitat, entre el PP y CiU, parece firme. A la vista de todos, en el hemiciclo, la vicepresidenta, Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa, se acerc¨® este mi¨¦rcoles al esca?o de Josep Antoni Duran, portavoz de CiU en el Congreso, y estuvo un buen rato departiendo con ¨¦l mientras los fot¨®grafos hac¨ªan su trabajo. Y poco despu¨¦s, en la sesi¨®n de control, el ministro de Hacienda, Crist¨®bal Montoro, que hace dos semanas era duro con la Generalitat, lanz¨® una idea: ¡°Hay una situaci¨®n pol¨ªtica [en Catalu?a] que debemos atender todos con el mayor tacto¡±.
De momento todo se trata de un juego de gestos. Empresarios de alto nivel y algunos pol¨ªticos se han empe?ado en los ¨²ltimos d¨ªas en presionar para cambiar el tono entre los dos gobiernos. Y lo han logrado. Tanto el Ejecutivo como la Generalitat parecen estar cumpliendo esa promesa realizada a sus interlocutores empresariales sobre la necesidad de un nuevo ambiente. De hecho, fuera de los focos se trabaja para crear el clima propicio a una nueva reuni¨®n entre Mariano Rajoy y Artur Mas, probablemente discreta, como la ¨²ltima, el 29 de agosto.
En ese juego de gestos, el Gobierno est¨¢ tratando de evitar echar m¨¢s le?a al fuego. De momento, aunque est¨¢ preparado hace d¨ªas, La Moncloa est¨¢ retrasando la publicaci¨®n del contrainforme que prometi¨® Montoro cuando Francesc Homs, al que todos han identificado ya como el gran impulsor de la apuesta independentista del Gobierno catal¨¢n, present¨® un texto de 50 folios sobre los agravios y las supuestas deudas que el Estado tendr¨ªa con Catalu?a, que sumar¨ªan casi 10.000 millones de euros. El texto de respuesta espera su hora de ver la luz aunque el Gobierno hab¨ªa trasladado, en p¨²blico y en privado, la idea de que har¨ªa pedagog¨ªa y tratar¨ªa de desmontar todas las teor¨ªas de la Generalitat sobre el supuesto maltrato a Catalu?a.
A pesar de esta pol¨ªtica de gestos, que supone un cambio con las ¨²ltimas semanas, los pol¨ªticos consultados en los ¨²ltimos d¨ªas de todos los partidos implicados insisten en que las posiciones de fondo a¨²n no se mueven. De hecho, el Gobierno, pese a intentar cuidar esas formas, trabaja con el escenario de que Mas fijar¨¢ antes de fin de a?o la fecha y la pregunta de la consulta para dar satisfacci¨®n a ERC y meter a esta formaci¨®n en el Ejecutivo catal¨¢n. Ah¨ª la batalla, vista desde el Gobierno, estar¨¢ en el tipo de pregunta, si es sobre la independencia como quiere ERC o m¨¢s gen¨¦rica. En este contexto el Gobierno promueve gestos con Duran como el de la vicepresidenta porque es ¨¦l quien m¨¢s est¨¢ presionando para evitar que la pregunta sea sobre la independencia. El Ejecutivo cree que Duran, el empresariado catal¨¢n y una parte de Converg¨¨ncia intentan frenar la apuesta rupturista de Mas, aunque nadie se hace muchas ilusiones de que sea posible. Adem¨¢s, nadie tiene claro qu¨¦ podr¨ªa ofrecer Rajoy a Mas, por lo que no se ve margen negociador.
Montoro rechaz¨® este mi¨¦rcoles en el Congreso incluso la posibilidad de reunir ahora la comisi¨®n bilateral Estado-Generalitat, una reclamaci¨®n de Duran para buscar alg¨²n foro negociador. Dijo que se reunir¨¢ cuando se den las circunstancias pol¨ªticas adecuadas para buscar entendimientos y no para ¡°poner de manifiesto las discrepancias¡±, como cree que suceder¨ªa ahora. Tanto el Gobierno como Duran parecen interesados en recuperar cuanto antes la relaci¨®n habitual de negociaci¨®n parlamentaria en la que el l¨ªder de Uni¨® y su mano derecha, Josep S¨¢nchez Llibre, son especialistas. El PP busca siempre a CiU. En la jornada de hoy se abstuvo en la ley de cajas y vot¨® en contra de la reforma local, a diferencia del PNV. Y este jueves llega al Congreso la reforma de pensiones en la que el PP busca el apoyo de CiU, de momento sin ¨¦xito.
En cualquier caso, en el d¨ªa a d¨ªa de los gobiernos, S¨¢enz de Santamar¨ªa mantiene una interlocuci¨®n relativamente fluida con Joana Ortega, la vicepresidenta catalana, y Montoro habla constantemente con el conseller de Econom¨ªa, Andreu Mas-Colell.
Aun as¨ª, cada uno sigue sus estrategias pol¨ªticas. Desde hace semanas el Gobierno viene lanzando sin grandes alharacas una especie de ofensiva de presencia en Catalu?a. Mientras se piensa en c¨®mo y cu¨¢ndo organizar un acto pol¨ªtico realmente importante del presidente en Catalu?a, los ministros, en especial la de Fomento, Ana Pastor, y los de perfil econ¨®mico, llevan varias semanas multiplicando all¨ª su presencia para contestar al mensaje del supuesto maltrato.
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