¡°Sospechamos que a nuestros hijos les dispararon a bocajarro¡±
Cientos de musulmanes melillenses gritan en la frontera: ¡°Marruecos mata; Espa?a calla¡±
Abdeselam Ahmed Ali, espa?ol de 24 a?os, apodado Pisly, se hizo, el domingo 27 de octubre a las 17.38, una foto a bordo de la z¨®diac con la que navegaba frente a Punta Negri, a un centenar de kil¨®metros al este de Melilla, pero en aguas marroqu¨ªes. La envi¨® por WhatsApp a una persona amiga. Fue la ¨²ltima foto que le hicieron vivo. Una hora despu¨¦s muri¨® a manos de la Marina Real de Marruecos.
¡°?Cree usted que alguien que trafica con droga se hace fotos sonriente a bordo de una embarcaci¨®n?¡±. Abdeslam, el padre de Pisly, desmiente al tel¨¦fono con esta pregunta los rumores que han corrido sobre los trapicheos de su hijo y de su acompa?ante en la z¨®diac, Amin Mohamed Driss, espa?ol de 20 a?os. Ambos hab¨ªan salido a pescar, seg¨²n sus padres, con todos los permisos requeridos. La versi¨®n oficial marroqu¨ª sobre la muerte de los dos j¨®venes, difundida a trav¨¦s de la agencia de prensa MAP, no les acusa de ser traficantes, pero s¨ª de haberse ¡°dado a la fuga¡± cuando una patrullera de la Marina Real les dio el alto antes de regresar para tratar de embestirla. Tras tirar al aire, los infantes de marina marroqu¨ªes dispararon a dar y les mataron el 27 de octubre.
El ¡°brutal asesinato¡±, como lo describe Juan Jos¨¦ Imbroda, presidente de Melilla, ha provocado la ira de los j¨®venes musulmanes de Melilla. Convocados a trav¨¦s de las redes sociales, medio millar se concentr¨®, el s¨¢bado por la tarde, en la frontera de Beni Enzar con Marruecos que la polic¨ªa espa?ola se vio obligada a cerrar durante 45 minutos. Quiso as¨ª impedir que se acercaran a las fuerzas de seguridad marroqu¨ªes.
¡°?Marruecos mata; Espa?a calla!", "?Queremos justicia!¡± y ¡°?No somos marroqu¨ªes; somos espa?oles!¡±, fueron algunos de los esl¨®ganes que vociferaron. ¡°Lo hicimos todo lo alto que pudimos, para que nos escuchen del otro lado¡±, en Marruecos, dijo uno de los manifestantes. ¡°Me han quitado a mi hijo¡±, gritaba entre sollozos Malika, la madre de Pisly con la mirada puesta en el lado marroqu¨ª de la frontera.
El cortejo se dirigi¨® despu¨¦s hasta la Delegaci¨®n del Gobierno para protestar tambi¨¦n por el silencio del Ejecutivo. ¡°Esa pasividad nos hace pensar que los musulmanes somos espa?oles de segunda¡±, se lamenta Yonaida Selam, activista de la sociedad civil. Pese a que no hab¨ªa sido autorizada la manifestaci¨®n transcurri¨® sin incidentes.
A diferencia del silencioso Gobierno central, el de Melilla, en manos del Partido Popular, ha mostrado hasta la saciedad su solidaridad con las v¨ªctimas. Su presidente lleg¨® a proponer, el s¨¢bado, que se recojan firmas para exigir a Marruecos, a trav¨¦s de su Embajada en Madrid, que lleve a cabo una investigaci¨®n y depure responsabilidades. Imbroda asisti¨® al entierro, una de las mayores concentraciones que se recuerdan en Melilla. ¡°La manifestaci¨®n del s¨¢bado y la afluencia de miles de personas en el entierro [DEL JUEVES]nos reconfortan un poco¡±, explica Driss, el padre del m¨¢s joven de los chavales muertos. Ni ¨¦l ni Abdeselam se acaban de creer la versi¨®n oficial marroqu¨ª sobre la muerte de sus hijos.
¡°No nos han comunicado el resultado de la autopsia¡±, que se les practic¨® en el hospital Hassani de Nador y que dur¨® 90 minutos, ¡°ni el de la que se les hizo en Melilla el mi¨¦rcoles¡± y que dur¨® m¨¢s de siete horas, se?ala Abdeslam. Por ¡°los comentarios que hemos escuchado a los m¨¦dicos marroqu¨ªes sospechamos que a Amin y Pisly les dispararon a bocajarro¡± y no de lejos durante una persecuci¨®n. ¡°Solo as¨ª se explica que al cad¨¢ver de mi hijo la falte el h¨ªgado y parte del aparato digestivo¡±, recalca Abdeslam. ¡°Le debieron de disparar a quemarropa en el abdomen¡±, intuye. Ambos chavales tienen tambi¨¦n hematomas, sobre todo en la frente ¡°como si les hubiese pegado, o propinado alg¨²n golpe con la culata¡± antes de abrir fuego.
Cuando dispongan de las autopsias las familias decidir¨¢n si emprenden alguna acci¨®n legal. ¡°No se trata de ir contra Marruecos¡±, insiste Driss. ¡°Queremos que sus autoridades investiguen lo sucedido ese domingo¡± frente a Punta Negri ¡°y que juzguen al o a los responsables de la muerte de Amin y Pisly¡±.
El delegado del Gobierno minimiza las cuchillas
El ¡°mismo da?o¡± puede hacer una concertina cuando se agarra que una valla cuando alguien se cae de ella a varios metros de altura. El delegado del Gobierno en Melilla, Abdelmalik el Barkani, intent¨® con este y otros argumentos justificar, el pasado fin de semana, la reintroducci¨®n, por el Ministerio del Interior, de las cuchillas entremezcladas con alambre en lo alto de la verja que separa a la ciudad aut¨®noma de Marruecos.
Aminist¨ªa Internacional y otras ONG de defensa de los derechos humanos han protestado ante esta iniciativa. Las cuchillas provocan profundos cortes en las manos, piernas y, a veces, hasta en el rostro de casi todos los inmigrantes subsaharianos que intentan entrar en Melilla saltando la verja. Las ca¨ªdas durante los seis metros de escalada no son, en cambio, frecuentes.
Porque son muy lesivas las cuchillas fueron retiradas en 2007 por el Gobierno socialista que las mand¨® colocar a finales de 2005. Ahora se vuelven a poner aunque solo en algo menos de un tercio -unos tres kil¨®metros de recorrido- de la verja, all¨ª donde se produce la mayor¨ªa de los saltos. El Barkani no descart¨® que si la Guardia Civil lo considera necesario se instalen en todo el per¨ªmetro.
¡°A m¨ª no me gusta que est¨¦ la concertina, a m¨ª no me gusta que est¨¦ la valla, a m¨ª no me gusta que haya problemas con la inmigraci¨®n irregular, pero lo que est¨¢ claro es que hay un mandato que hay que cumplir por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que es que los subsaharianos no consigan entrar¡±, concluy¨® el delegado.
A la colocaci¨®n de las concertinas se a?adir¨¢ una malla tupida llamada ¡°antrepa¡± que impide a los inmigrantes introducir sus dedos para poder escalar.
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