El discurso del m¨¦todo
El PSOE no tiene ninguna seguridad de llevarse la actual mayor¨ªa sociol¨®gica de izquierdas
No hace ni una semana que finaliz¨® la Conferencia Pol¨ªtica del PSOE y ya apenas se habla de ella. Qued¨® sepultada debajo de la basura que inunda las calles de Madrid, el caso Wert, los requiebros de la cuesti¨®n catalana y la sorprendente sentencia del Prestige. Imagino la frustraci¨®n de quienes con tanto esmero y dedicaci¨®n elaboraron el programa al ver c¨®mo se ha zapeado ya hacia otras cosas. La tiran¨ªa de la inmediatez que rige en los medios imposibilita la reflexi¨®n sosegada. Como dice Bourdieu, provoca, por el contrario, un pensamiento r¨¢pido, una representaci¨®n discontinua del mundo, fragmentada, que impide distinguir adecuadamente entre lo nuevo y las meras ¡°novedades¡±. Los discursos de los partidos son, adem¨¢s, poco medi¨¢ticos. En este nuevo espacio p¨²blico las ideas deben ser pr¨ºt-¨¤-porter,de f¨¢cil digesti¨®n. Lo que importa en realidad son las personas, qui¨¦n haya salido ganador o perdedor en el envite, la colocaci¨®n respectiva de los aspirantes cara a las pr¨®ximas primarias. O, en su caso, si el discurso resultante es m¨¢s o menos de izquierdas y las consecuencias electorales que eso pueda tener. Recuerden que hasta hace poco la mayor acusaci¨®n que se hac¨ªa al PSOE es que carec¨ªa de discurso. Cuando al fin lo aportan ya casi no parece interesar, la atenci¨®n se ha desviado hacia otro lado.
Ante este tipo de situaciones, tan dif¨ªcil como elaborar un discurso es tener la capacidad para venderlo, que sea discutido y resulte cre¨ªble. Hay que disponer de un m¨¦todo para difundirlo y captar la atenci¨®n, tener un discurso del discurso. No es un mero juego de palabras, es lo que exige la pol¨ªtica en estos tiempos ligeros para el pensamiento. Sin embargo, el problema al que se enfrentaba el partido antes de la conferencia pol¨ªtica no era solo un problema de ideas. Lo que estaba en juego era su misma cohesi¨®n interna bajo un liderazgo sin fisuras antes del gran salto en el vac¨ªo que significan unas primarias abiertas. Un liderazgo firme y un partido sin fracturas para poder emprender, precisamente, la renovaci¨®n del liderazgo. Y, a mi juicio, esto s¨ª lo ha conseguido dicha conferencia. Ha calado el mensaje de que lo que suelda a un partido socialdem¨®crata tiene m¨¢s que ver con las convicciones pol¨ªticas que comparte que la persona concreta encargada de defenderlas o, llegado el caso, ponerlas en pr¨¢ctica. Aqu¨ª la actual direcci¨®n s¨ª puede ponerse una medalla.
La siguiente cuesti¨®n consist¨ªa hacer cre¨ªble lo que hoy se ha convertido ya casi en la cuadratura del c¨ªrculo, emprender un giro a la izquierda y esperar a la vez alcanzar el gobierno. O, lo que es lo mismo, ser capaces de dise?ar una pol¨ªtica con ambici¨®n de superar los imperativos tecnocr¨¢ticos que hoy la animan y apartarse del centro, algo que hist¨®ricamente ha sido letal para cualquier partido con aspiraciones a alcanzar una mayor¨ªa en nuestro pa¨ªs; ignorar las limitaciones de facto a nuestra soberan¨ªa y empecinarse en recuperar la capacidad de acci¨®n pol¨ªtica. Quiz¨¢ por eso el programa aprobado empieza con consideraciones de pol¨ªtica europea, aunque es la parte que ha pasado m¨¢s desapercibida. Con todo, el problema estrat¨¦gico reside en evitar que dicho giro a la izquierda y la potencial creaci¨®n de un ¡°frente popular¡± despu¨¦s de las elecciones movilice el voto del PP que ahora se encuentra escondido o desconcertado. Mientras que el PSOE tiene que competir con otros por el voto de izquierdas, el PP se encuentra solo a la derecha y le basta con moderarse m¨ªnimamente para aspirar a una buena parte del caladero centrista.
El PSOE no tiene, pues, ninguna seguridad de llevarse la actual mayor¨ªa sociol¨®gica de izquierdas. Pero esta no es la cuesti¨®n principal. Las pr¨®ximas elecciones no ser¨¢n s¨®lo en clave de izquierda-derecha, sino tambi¨¦n y sobre todo en clave territorial e identitaria. Gran parte de los recientes males del partido socialista derivan de la percepci¨®n de que no ha hecho oposici¨®n. Entre otras razones porque la oposici¨®n visible al Gobierno no la han ejercido uno o varios partidos, la ha protagonizado Catalu?a. Las pr¨®ximas elecciones se convertir¨¢n en una especie de nueva batalla del Ebro. Si esto es as¨ª, el discurso del m¨¦todo para ganarlas no es el aprobado en la conferencia pol¨ªtica de Madrid, sino en la territorial de Granada. Y aqu¨ª el PSOE s¨ª que se ubica en el centro. Basta que sepa vender lo que plantea, el giro federal del Estado de las Autonom¨ªas y un discurso de la identidad nacional como comunidad de ciudadanos. Desarrollar m¨¢s y mejor lo aprobado en Granada sin olvidarse de Madrid. ?Casi nada!
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