Presentaci¨®n en sociedad
El PP no ha dejado nunca de vacunar a la sociedad con un virus modificado de la ultraderecha
La posibilidad de que la ultraderecha europea selle una alianza para competir primero en las pr¨®ximas elecciones europeas y hacer pol¨ªtica despu¨¦s en el Parlamento se est¨¢ concretando. La presentaci¨®n en sociedad de esa posible alianza conjuntamente por Geert Wilders y Marine Le Pen en La Haya el pasado mi¨¦rcoles ha sido una de las noticias destacadas de la semana, recibida como tal por los medios de comunicaci¨®n. Se trata, por el momento, de solo un primer paso y es todav¨ªa mucho el tiempo que queda hasta la celebraci¨®n de las elecciones, pero, tal como sopla el viento, a tenor de lo que van indicando los sondeos de opini¨®n, es m¨¢s que probable que la ultraderecha deje de estar en la situaci¨®n marginal en que ha estado desde hace bastante m¨¢s de medio siglo, que gane en respetabilidad y que se tenga que empezar a contar con ella en la direcci¨®n pol¨ªtica de la UE.
La irrupci¨®n de la ultraderecha como una opci¨®n pol¨ªtica respetable a escala europea puede proyectarse despu¨¦s en los diversos sistemas pol¨ªticos de los Estados miembros, aunque la enorme diferencia que hay entre el sistema electoral para las elecciones al Parlamento Europeo y los diferentes sistemas electorales nacionales no permite concluir que se puede producir la traslaci¨®n inmediata de los resultados europeos a los diferentes pa¨ªses. Lo m¨¢s probable es que ocurra lo contrario.
Pero antes de que llegue el d¨ªa en que hay que depositar el voto en las urnas, vamos a tener una campa?a electoral, que la ultraderecha ya ha empezado, mientras que no lo han hecho todav¨ªa las dem¨¢s opciones pol¨ªticas. La ultraderecha tiene delimitados ya los ejes en torno a los cuales va a girar su discurso pol¨ªtico y los est¨¢ empezando a dar a conocer a la ciudadan¨ªa europea.
A pesar de ser una opci¨®n pol¨ªtica contraria a la Uni¨®n Europea, es la ¨²nica que tiene un discurso com¨²n para el cuerpo electoral de todos los pa¨ªses de la Uni¨®n. No deja de llamar la atenci¨®n que quienes est¨¢n en contra de la Uni¨®n Europea son los que est¨¢n aprovechando mejor el espacio p¨²blico europeo para transmitirlo. Pero as¨ª es. Y como consecuencia de ello, es m¨¢s que probable que sea ella la que fije los t¨¦rminos en que se va a desarrollar el debate electoral, arrastrando a los dem¨¢s a un terreno en el que se van a sentir, como m¨ªnimo, inc¨®modos.
La ultraderecha va a tener una presencia en la campa?a electoral previsiblemente muy superior a la que va a tener en los resultados. No es f¨¢cil que se produzca un corrimiento masivo en el voto ciudadano. Pero el discurso que se va a abrir camino puede alterar el equilibrio pol¨ªtico tanto a escala europea como en los distintos Estados miembros de la Uni¨®n Europea. El desplazamiento del centro de gravedad hacia la derecha puede convertirse en el anticipo de una deriva continental.
La forma en que la irrupci¨®n de la ultraderecha puede influir en Espa?a no es f¨¢cil de prever. A diferencia de lo que ocurre en la mayor parte de los pa¨ªses europeos, en Espa?a la ultraderecha no tiene presencia aut¨®noma. La desaparici¨®n de UCD tras las elecciones de 1982 y la ocupaci¨®n de su espacio pol¨ªtico por AP acab¨® conduciendo a la concentraci¨®n del voto de derecha y ultraderecha en un solo partido. Esa concentraci¨®n se vio afectada por la presencia del CDS de Adolfo Su¨¢rez en las elecciones de 1986 y 1989, cuando AP no se hab¨ªa refundado como PP, pero desde 1989 ha competido como ¨²nico partido de toda la derecha espa?ola.
La constituci¨®n de una ultraderecha aut¨®noma en Europa con peso no ser¨ªa en principio una buena noticia para el PP. Un referente de ultraderecha europeo puede incitar a que se ensaye una f¨®rmula de ese tipo en Espa?a. Incitaci¨®n que podr¨ªa encontrar terreno abonado no solo fuera sino tambi¨¦n dentro del PP. Con nuestro sistema electoral el coste de la divisi¨®n del voto de derecha podr¨ªa ser notable.
No creo que esto vaya a ocurrir. Los dirigentes del PP son muy conscientes del riesgo que tendr¨ªa para ellos que existiera en Espa?a una opci¨®n pol¨ªtica de ultraderecha y, en consecuencia, tendr¨¢n previstas todas las medidas imaginables para evitar que esta posibilidad pueda materializarse. Lo m¨¢s probable, en mi opini¨®n, es que el PP se aproxime en su discurso a las posiciones de extrema derecha, a fin de evitar que una opci¨®n de esta naturaleza pueda implantarse. En realidad, es lo que viene haciendo desde siempre. El PP no ha dejado nunca de vacunar a la sociedad espa?ola con un virus modificado de la ultraderecha. En el tiempo que viene no cabe esperar nada distinto.
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