¡°?Por qu¨¦ el juez no quiere escuchar a un menor burkin¨¦s expulsado?¡±

Mohamed Camara, guineano, e Ibrahim Sare, burkin¨¦s, eran en 2012 menores de edad, tutelados por la ciudad de Melilla, y estaban alojados en el centro de la Pur¨ªsima. Cuando, el 14 de noviembre, acudieron a hacer una visita al CETI de Melilla fueron apresados por dos hombres de paisano que les trasladaron hasta Mariguari, un punto de la verja adyacente al sector A 13, un lugar discreto donde no hay ninguna c¨¢mara de vigilancia de la Guardia Civil.

No tardaron en aparecer sus agentes ¡°con dos veh¨ªculos y dos motos¡±, seg¨²n relat¨® Camara por tel¨¦fono a este corresponsal el 20 de noviembre pasado. Un agente abri¨® con llave la portezuela que da acceso a Marruecos y ambos chavales se vieron obligados a cruzarla. Hab¨ªan sido expulsados tras meses de estancia legal en Espa?a.

Las devoluciones en caliente afectan a subsaharianos que han saltado la valla o entrado por mar y a los que se les echa el guante antes de que acudan a la comisar¨ªa, donde son identificados antes de ingresar en el CETI. Aquellos dos hombres que detuvieron a los menores africanos debieron pensar que a¨²n no hab¨ªa efectuado esos tr¨¢mites. Fue un enorme error.

Alarmadas por el problema que se les pod¨ªa venir encima, las autoridades intentaron traerles de vuelta a Marruecos. El comisario jefe de Melilla, ?ngel Riesco, reconoci¨® en su momento haber efectuado ¡°gestiones humanitarias¡±. El polic¨ªa adscrito al consulado de Espa?a en Nador, la ciudad colindante con Melilla, les localiz¨® y se reuni¨® con ellos para estudiar f¨®rmulas para organizar su regreso. No prosperaron. Sare, el peque?o de los subsaharianos, volvi¨® a Melilla por sus propios medios.

La ONG melillense Prodein puso los hechos en conocimiento del ministerio p¨²blico y el Defensor del Pueblo envi¨® un requerimiento a la Jefatura Superior de Polic¨ªa. Esa doble expulsi¨®n puede ser constitutiva de varios delitos: vulneraci¨®n de la ley del menor, detenci¨®n ilegal y abandono de menores. Despu¨¦s Sare present¨® una denuncia y, finalmente, Andaluc¨ªa Acoge y la Asociaci¨®n Unificada de Guardias Civiles se sumaron a ella como acusaci¨®n popular y particular.

¡°El juzgado de instrucci¨®n la archiv¨® sin haber efectuado ninguna diligencia, sin haber llamado a declarar al chaval ni haberle ense?ado fotos de guardias presuntamente implicados en aquella expulsi¨®n¡±, se sorprende Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez, abogado de Andaluc¨ªa Acoge.

¡°Recurrimos el archivo y esta vez el juzgado s¨ª encomend¨® una investigaci¨®n¡­ a la Guardia Civil y, al poco tiempo de recibirla, volvi¨® a archivar¡± la denuncia, se indigna Rodr¨ªguez. ¡°?Por qu¨¦ no pidi¨® que investigase a la polic¨ªa, que no est¨¢ aparentemente involucrada en la expulsi¨®n?¡±, se pregunta. ¡°?Por qu¨¦ no llama a declarar a Sare?¡±.