Los otros b¨¢rbaros de ¡®la Parot¡¯
El fallo del tribunal de Estrasburgo supone, adem¨¢s de la excarcelaci¨®n de terroristas, la puesta en libertad de los m¨¢s sanguinarios criminales de los noventa
La salida de prisi¨®n de etarras ¡ªno de golpe en un autob¨²s, como tem¨ªan las asociaciones de v¨ªctimas, pero s¨ª de una docena larga por semana en varios microbuses¡ª gracias a la anulaci¨®n de la doctrina Parot, ha dejado en segundo plano la excarcelaci¨®n de algunos de los delincuentes ordinarios que m¨¢s alarma social generaron en los a?os noventa del siglo pasado. Ayer traspasaron las puertas de la prisi¨®n de Herrera de La Mancha (Ciudad Real) Emilio Mu?oz Guadix, condenado por el secuestro y asesinato en 1993 de la joven madrile?a Anabel Segura, y Valent¨ªn Tejero, el asesino de la ni?a vallisoletana Olga Sangrador un a?o antes. La jurisprudencia del Tribunal Supremo anulada por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos les hab¨ªa mantenido en prisi¨®n m¨¢s tiempo del que les correspond¨ªa con arreglo al C¨®digo Penal de 1973, con el que fueron condenados.
La posibilidad de que los etarras excarcelados tras pasar entre 20 y 30 a?os en prisi¨®n vuelvan a delinquir es muy remota: ETA ha decretado el cese definitivo de su actividad terrorista y todos los an¨¢lisis indican que este es un hecho irreversible. Sin embargo, los criminales ordinarios que han quedado en libertad ¡ªen especial los violadores¡ª no est¨¢n sujetos a la disciplina de una organizaci¨®n. Muchos se hallan muy lejos de estar reinsertados y su vuelta a las calles representa un peligro cierto para la sociedad. Por ello, en algunos casos el Gobierno trata de retrasar su salida lo m¨¢ximo posible. La Abogac¨ªa del Estado reclam¨® ayer a la Audiencia Provincial de Valencia que aplique la doctrina Parot de manera parcial a Miguel Ricart, el ¨²nico condenado por el asesinato de las tres ni?as de Alc¨¤sser.
Emilio Mu?oz Guadix franque¨® los muros de Herrera de La Mancha ayer a mediod¨ªa, despu¨¦s de que la Audiencia Provincial de Toledo decretara su excarcelaci¨®n inmediata de acuerdo con el fallo de Estrasburgo del pasado 21 de octubre. El asesino de Anabel Segura, condenado a 43 a?os de prisi¨®n, ha sido uno de los pocos excarcelados que han hablado con los periodistas que les esperaban a las puertas de la prisi¨®n. ¡°No soy un peligro para la sociedad. Yo comet¨ª un error grave, que lo asum¨ª desde el primer momento, no como otros, y ya est¨¢ (...). He pagado mi condena, que es de lo que se trata, de pagar las condenas, y yo ya he pagado mi condena¡±, asegur¨®
Mu?oz Guadix declar¨® tambi¨¦n su arrepentimiento por el crimen. ¡°?C¨®mo no se va a acordar uno, se acuerda por el delito tan grave, qui¨¦n puede perdonar eso? Se nos fue de las manos, pero no se puede hacer nada, pedir perd¨®n y nada m¨¢s¡±, dijo mientras esperaba que alg¨²n allegado le viniera a recoger al centro penitenciario manchego.
Mu?oz Guadix y su compinche C¨¢ndido Ortiz, El Candi ¡ªfallecido hace cinco a?os en prisi¨®n¡ª raptaron al azar a Anabel Segura mientras corr¨ªa por la urbanizaci¨®n La Moraleja, en Madrid, el 12 de abril de 1993. Su intenci¨®n era obtener un rescate de 150 millones de pesetas (900.000 euros). Tras introducirla a punta de navaja en la furgoneta del suegro de Emilio ¡ªque trabajaba como repartidor y churrero en Pantoja (Toledo)¡ª, los dos criminales vagaron durante seis horas por carreteras de Madrid, Segovia y ?vila. Cerca de la capital abulense, la furgoneta se qued¨® sin gasolina.
Mientras El Candi cargaba un bid¨®n de combustible en una gasolinera cercana, Emilio Mu?oz exig¨ªa a Anabel detalles sobre su familia. Los dos delincuentes, que improvisaban el secuestro sobre la marcha, decidieron trasladar a su v¨ªctima a una f¨¢brica de ladrillos abandonada en Numancia de la Sagra (Toledo). All¨ª, temerosos de que alguien les hubiese visto perpetrar el secuestro, decidieron eliminar a la joven. Tras atarla de pies y manos y amordazarla con cinta adhesiva, la ahorcaron.
El asesinato no detuvo, sin embargo, su af¨¢n de lucro. Durante semanas, los asesinos siguieron reclamando un rescate a la familia de la joven. La esposa de Mu?oz, Felisa Garc¨ªa, lleg¨® a grabar una cinta en la que fing¨ªa la voz de la chica y que fue enviada a sus padres dos meses despu¨¦s de la desaparici¨®n de Anabel. Tras una tortuosa investigaci¨®n policial, el cad¨¢ver fue localizado el 29 de septiembre de 1995 y los autores del crimen puestos a disposici¨®n judicial.
El otro asesino excarcelado ayer, Juan Manuel Valent¨ªn Tejero, de 52 a?os, llevaba en prisi¨®n m¨¢s de 21 a?os, desde dos d¨ªas despu¨¦s de raptar, violar y asesinar a Olga Sangrador, una ni?a de nueve a?os que desapareci¨® el 25 de junio de 1992 del pueblo vallisoletano de Villal¨®n de Campos. Por aquel crimen, le condenaron a 50 a?os de c¨¢rcel.
De no hab¨¦rsele aplicado la doctrina Parot, Tejero hubiera salido de prisi¨®n en abril de 2012. Meses antes de esa fecha, la fiscal¨ªa pidi¨® que se le computaran los beneficios penitenciarios seg¨²n la interpretaci¨®n del Tribunal Supremo que dio nombre a la doctrina, y fij¨® su fecha de salida en 2025.
Valent¨ªn Tejero sali¨® de Herrera de la Mancha poco antes de las 17 horas. Con un aspecto m¨¢s que desali?ado, con barba y cabello de varios meses, carg¨® con un petate y una bolsa de enseres. Nadie le esperaba en la puerta, al margen de los medios de comunicaci¨®n, a quienes no dirigi¨® ni una palabra. Deambul¨® unos metros y entr¨® en una cabina desde la que llam¨® a un taxi para que acudiera a buscarle. Su destino, desconocido. En su mano izquierda portaba una alianza. Tejero estuvo casado, tiene dos hijos y regentaba un quiosco en el barrio de La Victoria de Valladolid.
¡°Espero que se equivoquen todos los informes psicol¨®gicos que advierten de la peligrosidad del preso¡±, se?al¨® ayer a Europa Press el abogado de la familia de Sangrador Caballo, Luis Antonio Calvo.
Sobre Tejero reca¨ªan, en conjunto, penas por un total de 63 a?os. Entre 1983 y 1988 fue condenado en cinco ocasiones por delitos de esc¨¢ndalo p¨²blico, abusos y violaci¨®n. Cuando en 1992 secuestr¨®, viol¨® y mat¨® a Olga Sangrador disfrutaba de un permiso de seis d¨ªas, concedido por el juez de vigilancia penitenciaria.
No tiene ¡°conciencia del mal¡±, ha declarado a El Norte de Castilla la psic¨®loga que ha intentado tratarle a lo largo de los dos decenios que ha pasado entre rejas. Pero ¨¦l nunca ha querido someterse a ning¨²n tratamiento. La psic¨®loga apunta a que no se trata de una persona violenta en su vida diaria, pero que su car¨¢cter muta en violencia extrema con ni?as de entre nueve y 16 a?os.
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