¡°El Consejo de Ministros aprob¨® que mi hermano muriera en el garrote vil¡±
V¨ªctimas del franquismo relatan cr¨ªmenes y persecuciones a la juez argentina Mar¨ªa Servini
Una delegaci¨®n de 13 denunciantes ha viajado a 10.000 kil¨®metros de Espa?a para buscar justicia. La juez argentina Mar¨ªa Servini de Cubr¨ªa ha tomado declaraci¨®n esta semana a familiares de v¨ªctimas del franquismo, por el proceso abierto tras la querella presentada en Buenos Aires por los cr¨ªmenes del franquismo. Muchos de ellos, que estuvieron acompa?ados por cinco parlamentarios espa?oles, declararon entre l¨¢grimas y destacaron que era la primera vez en su vida que pod¨ªan atestiguar ante unos tribunales por los cr¨ªmenes cometidos contra ellos, sus familiares o sus compa?eros de militancia. Estos son algunos de sus testimonios.
Mar¨ªa Josefa Zorroza, bilba¨ªna de 57 a?os, denunci¨® el asesinato de su t¨ªo Te¨®filo. ¡°?l se embarc¨® a la mar siendo muy joven, en septiembre de 1935, con 20 a?os, en el barco Udondo, que transportaba carb¨®n, como muchos otros, con el fin de ayudar a la familia y ganar dinero¡±, relat¨® Mar¨ªa Josefa ante la juez. ¡°Un a?o despu¨¦s, el buque fue apresado junto a otros cuatro nav¨ªos m¨¢s por las fuerzas sublevadas del golpe militar franquista. Toda su tripulaci¨®n, 40 hombres, y dos pasajeros fueron fusilados. Fueron condenados a muerte sin consejo de guerra. Se les acus¨® de traidores a la patria¡±, cont¨® la denunciante. ¡°Mi padre nunca nos cont¨® de ¨¦l (de su hermano Te¨®filo) porque no quer¨ªa transmitir su pena. La pena que tenemos en la familia es la de mi padre, que muri¨® hace algunos a?os, y la alegr¨ªa que ¨¦l hubiera sentido de ver que, despu¨¦s de tantos a?os, al final podemos hablar de este tema ante un juez¡±, agradeci¨® Zorroza.
Mercedes Puig, barcelonesa de 53 a?os, cont¨® la ejecuci¨®n con garrote vil de su hermano Salvador en 1974. ?l ten¨ªa 23 a?os y militaba en el Movimiento Ib¨¦rico de Liberaci¨®n, ¡°de orientaci¨®n anarquista y sobre todo anticapitalista y de lucha armada¡±, cont¨® Mercedes. ¡°Robaban a bancos para ayudar a las cajas de resistencia de los obreros en huelga y vivir ellos tambi¨¦n, y hacer una revista para difundir sus creencias¡±, explic¨® la denunciante. ¡°La Polic¨ªa cre¨® un grupo especial para pillarlos. Mi hermano recibi¨® dos o tres culatazos en la cabeza. Le sacaron un arma que llevaba en la chaqueta y entonces empezaron a pelear¡±, relat¨® Mercedes sobre la detenci¨®n. En la refriega muri¨® un polic¨ªa y Salvador result¨® herido de bala en el hombro y en la mand¨ªbula. Lo acusaron de homicidio. ¡°No aceptaron ni pruebas de bal¨ªstica ni, una prueba pericial psiqui¨¢trica. El 1 de marzo (de 1974 Jos¨¦) Utrera Molina (secretario general del Movimiento) firm¨® la sentencia, Franco dio el enterado y todo el Consejo de Ministros lo aprob¨®. En ning¨²n momento nos dijeron de qu¨¦ forma ser¨ªa asesinado. Cuando lleg¨® y vio el garrote fue heavy (duro)¡±, cont¨® Mercedes.
¡°El retorno fue acoso y desprecio¡±
Elsa Osaba, de 68 a?os, vive en Madrid, pero naci¨® en Rives, Francia, durante el exilio de su familia. "Quiero denunciar c¨®mo fue el exilio y deportaci¨®n de mis familiares", comenz¨® su declaraci¨®n. "Cuando Barcelona fue bombardeada por tropas nazis e italianas, huyeron y se replegaron en lo que se llam¨® el ¨¦xodo. Fueron m¨¢s de 200 kil¨®metros ametrallados. En la retirada murieron m¨¢s de 15.000 personas. Toda la ilusi¨®n de ser recibidos por el pa¨ªs de los derechos del hombre (Francia) se torn¨® en desilusi¨®n y dolor cuando fueron recluidos en campos de concentraci¨®n en Argel¨¨s-sur-Mer. Este campo acogi¨® a m¨¢s de 100.000 espa?oles, entre ellos mi madre y mi abuela", relat¨® Elsa. Su padre y dos de sus t¨ªos tambi¨¦n pasaron por campos de concentraci¨®n, incluso el de Mauthausen, en Alemania. Elsa record¨® que los exiliados espa?oles vivieron como ap¨¢tridas durante el franquismo y se quej¨® de que tampoco recibieron el reconocimiento de los Gobiernos democr¨¢ticos. "Denuncio que el retorno de mis padres y el m¨ªo propio a Espa?a fue, en 1957, una dura prueba por el acoso, desprecio y dificultades que, en mi caso, me ocasionaron tartamudez", describi¨® Osada.
La sevillana Elisa Maquena, de 49 a?os, se present¨® para relatar que su bisabuelo Juan Rodr¨ªguez Tirado fue fusilado en 1936. Dos de los hijos de este fueron hechos prisioneros y otro, asesinado. Francisca tambi¨¦n denunci¨® que en 1963 su madre "acudi¨® a dar a luz a un hospital de Sevilla". "En la familia creemos que es uno de los casos de ni?os robados a familias pobres y de ideolog¨ªa de izquierda ocurridos a ra¨ªz del Gobierno de Franco, donde se estableci¨® una pol¨ªtica de separaci¨®n de los hijos de las madres para que no les inocularan el gen rojo comunista", se?al¨® Maqueda.
Andoni Txasco, de 58 a?os, relat¨® la represi¨®n policial de una huelga en su ciudad, Vitoria, el 3 de marzo de 1976. All¨ª murieron cinco personas y m¨¢s de 100 resultaron heridas. Al d¨ªa siguiente, los polic¨ªas cazaron a Txasco y a otros tres compa?eros de militancia en la calle. ¡°Me dirig¨ª a protegerme contra una pared, cubri¨¦ndome con los brazos dado que ya padec¨ªa desde la ni?ez una lesi¨®n en el ojo izquierdo, ante el temor de ser alcanzado en el ojo sano. La Polic¨ªa empez¨® a golpearme brutalmente alcanz¨¢ndome en la espalda, en los brazos y dem¨¢s parte del cuerpo. Les dije que me llevaran detenido, que no hab¨ªa hecho nada, pero que dejaran de golpearme para que no me alcanzaran el ojo sano. En ese momento, me agarraron los brazos separ¨¢ndomelos y todos los golpes vinieron a la cara y la cabeza. Uno entr¨® de lleno en el ojo derecho, no ve¨ªa nada. Entre insultos como 'cabr¨®n, hijo de puta y comunista' me colocaron alambres entre las manos. Y me dejaron all¨ª, en mitad de la calle¡±, relat¨® Txasco. ¡°Pretendemos marcar las responsabilidades de las personas que planificaron esta actuaci¨®n¡±, dijo Andoni y apunt¨® contra Rodolfo Mart¨ªn Villa, entonces ministro de Asuntos Sindicales, Alfonso Osorio, vicepresidente del Gobierno, y el fallecido Manuel Fraga, ministro de la Gobernaci¨®n.
Mar¨ªa Antonia Oliver, de 56 a?os, preside la Asociaci¨®n Memoria de Mallorca y como tal aport¨® los nombres de 1.578 asesinados en la isla a partir del golpe, entre ellos, su abuelo y su t¨ªo abuelo. La asociaci¨®n present¨® su denuncia en 2006 en la ¡°conocida popularmente como la causa del juez Garz¨®n¡±. ¡°Agotamos todas las instancias en nuestros pa¨ªs. En todas ellas se nos desestim¨® la causa¡±, coment¨® Oliver ante la juez, sin citar la amnist¨ªa de 1977 que ha sido cuestionada por la ONU. ¡°Mi madre, con 90 a?os, hubiera querido estar aqu¨ª, pero no puede andar. Es un ejemplo de todas las personas que nos piden justicia antes de morir¡±, dijo Oliver antes de acusar al Gobierno de Mariano Rajoy de obstaculizar la causa abierta en Argentina.
Pablo Mayoral, madrile?o de 62 a?os, declar¨® que fue uno de los procesados en los cuatro consejos de guerra organizados en 1975. Cinco de los acusados fueron ejecutados. ?l fue condenado a 30 a?os de prisi¨®n, pero liberado en 1978. Fue sentenciado por las muertes de un polic¨ªa y un guardia civil, despu¨¦s de recibir ¡°palizas de todo tipo¡± y con deficiente asistencia jur¨ªdica. ¡°Fuimos acusados sin ninguna prueba¡±, recuerda Mayoral. ¡°Lo ¨²nico que reconocimos fue nuestra militancia en el Partido Comunista de Espa?a (marxista-leninista) y en el Frente Revolucionario Antifascista y Patriota (FRAP)¡±, dijo en referencia a la resistencia a la dictadura de Francisco Franco.
Jos¨¦ Luis Gal¨¢n, madrile?o de 38 a?os, denunci¨® que su padre, V¨ªctor, antes de morir, le relat¨® que hab¨ªa sido sometido al trabajo forzado en la d¨¦cada del 40 por haber sido soldado de la Rep¨²blica. Construy¨® el aer¨®dromo de La Morgal, en Asturias, ¡°haciendo mucho trabajo manual de gran desgaste f¨ªsico¡±, con una ¡°alimentaci¨®n insuficiente¡±. ¡°Las condiciones higi¨¦nicas de los pabellones donde dorm¨ªan eran inexistentes. Eran muy frecuentes las enfermedades respiratorias como consecuencia del fr¨ªo y la humedad. Les obligaban a ba?arse en charcas naturales. El vestuario era muy precario. Fueron muchos los trabajadores forzados, estableciendo un modelo de mercado del que se beneficiaron grandes empresas¡±, advirti¨® Jos¨¦ Luis.
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