Mandela y su `entrega? por la CIA... de Kennedy
John
John F. Kennedy entre Allen Dulles (izquierda) y John McCone, 27 Septiembre de 1961
La apelaci¨®n a Friedrich Nietzche es obligada al ver c¨®mo los l¨ªderes pol¨ªticos de Estados Unidos han reaccionado ante la muerte de Nelson Mandela.
"Toda acci¨®n requiere olvido: como la vida de todo ser org¨¢nico requiere no solo luz sino tambi¨¦n oscuridad", escribi¨® el fil¨®sofo alem¨¢n en 1874 (Sobre la utilidad y los perjuicios de la historia para la vida)
Como ya hemos apuntado aqu¨ª en otra ocasi¨®n, el escritor Jorge Luis Borges, retoma el tema del olvido como exquisita cualidad de la memoria en uno de sus cuentos. Se trata de?Funes el memorioso,?1944.
Pero, ?que pinta Mandela en esto?
Nelson Mandela fue detenido el 5 de agosto de 1962. Un a?o antes, en 1961, hab¨ªa sido declarado inocente junto con varios compa?eros como colof¨®n de un proceso de seis largos a?os. Tras esta victoria, Mandela sale de Sud¨¢frica. Realiza una gira de seis meses para obtener apoyos internacionales para su partido Congreso Nacional Africano (ANC) contra el regimen del Apartheid.
En aquellas fechas, agosto de 1962, Mandela tiene a los agentes de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) norteamericana sobre sus talones. Y ser¨¢ esta organizaci¨®n la que informar¨¢ a la Polic¨ªa sudafricana sobre su paradero en Sud¨¢frica con vistas a su detenci¨®n.
Wikipedia lo despacha en cuatro lineas.
"El 5 de agosto de 1962, la polic¨ªa detiene a Mandela junto con Cecil Williams cerca de Howick. Parece ser que las autoridades sudafricanas conocieron la localizaci¨®n de Mandela por la CIA. Se le encerr¨® en Johanesburgo acusado de incitar a los trabajadores a la huelga y salir del pa¨ªs sin permiso".
Pero aqu¨ª hay una gran historia.
Mandela y sus compa?eros son encarcelados y juzgados por violaci¨®n de la ley de Sabotaje y la ley de Eliminaci¨®n del Comunismo, por presunta participaci¨®n en m¨¢s de 200 actos de sabotaje en apoyo de la guerrilla y por facilitar la revoluci¨®n violenta y la invasi¨®n armada. Se les conden¨® a cadena perpetua.
La historia de la participaci¨®n de la CIA en la operaci¨®n se asom¨® en la prensa norteamericana durante los primeros meses de 1990.
Pero fue la visita de Mandela a Estados Unidos, prevista para el 20 de junio de 1990, cuatro meses despu¨¦s de ser liberado, tras 27 a?os en prisi¨®n, la que precipita la confirmaci¨®n.
En los primeros d¨ªas de junio de 1990, un grupo de prensa de Atlanta, Georgia, llamado Cox News Service, public¨® la primicia.
El diario The New York Times se hizo eco en su edici¨®n del 10 de junio de 1990.
"El servicio de inteligencia [CIA], utilizando a un agente infiltrado en el partido del Congreso Nacional Africano (ANC) aport¨® a los agentes de seguridad de Sud¨¢frica informaci¨®n precisa sobre las actividades del se?or Mandela que permiti¨® a la polic¨ªa proceder a su arresto, seg¨²n la versi¨®n de Cox News Service", dice el citado diario.
El diario apunta: "La informaci¨®n cita a un oficial retirado que no identifica, quien dijo que un alto funcionario de la CIA le dijo lo siguiente inmediatamente despu¨¦s del arresto de Mandela: 'Le hemos entregado a Mandela a la Seguridad Sudafricana. Le hemos dado todos los detalles, qu¨¦ ropa usar¨ªa, el d¨ªa y el lugar donde se encontrar¨ªa' ".
http://www.nytimes.com/1990/06/10/world/cia-tie-reported-in-mandela-arrest.html
El director de la CIA en aquellas fechas era John McCone. Nombrado por John Kennedy a finales de 1961 para sustituir a Allen Dulles, McCone, bajo supervisi¨®n del fiscal general del Estado, Robert Kennedy, llev¨® adelante algunas de las grandes operaciones de la guerra fr¨ªa.
Cuba ya era uno de los grandes focos, desde el intento fallido de invasi¨®n de Bah¨ªa de los Cochinos (abril de 1961) que le cost¨® el puesto a Dulles.
A McCone le toc¨® lidiar con la crisis de los misiles (octubre de 1962).
Pero no fue Cuba el ¨²nico de sus objetivos.
Estaban Am¨¦rica Latina y ?frica.
La CIA ayud¨® instaurar la dictadura militar en Ecuador (junta de cuatro oficiales entre julio de 1963 y marzo de 1966), y aport¨® una importante ayuda dineraria a la campa?a del dem¨®crata cristiano Eduardo Frei Montalva en las elecciones de 1964, ante el temor de una victoria de Salvador Allende, que se presentaba por tercera vez a la presidencia de Chile.
(M¨¢s tarde, en 1970, McCone, ya como miembro del consejo de administraci¨®n de la multinacional International Telephone and Telegraph (ITT), se reuni¨® con el entonces director de la CIA Richard Helms, durante la presidencia de Richard Nixon, para ofrecer 1 mill¨®n de d¨®lares de la compa?¨ªa a fin de impedir la victoria de Allende en las elecciones de 1970. Una parte de este dinero, 350.000 d¨®lares, se enviaron a varios partidos de la derecha).
McCone era un republicano en la Administraci¨®n Kennedy, m¨¢s tarde mitificada como la corte de Camelot. Y todos sus pasos estaban bajo control, seg¨²n se hab¨ªa acordado, del hermano del presidente. Es decir, de Bobby Kennedy.
En ?frica, la CIA ayud¨® a armar en el Congo al teniente general Mobutu Sese Seko para derrocar definitivamente al gobierno de Patrice Lumumba quien asume como primer ministro elegido democr¨¢ticamente, tras proclamarse, en 1960, la independencia respecto de B¨¦lgica.
Pero hay que detenerse en Lumumba para comprender lo que estaban haciendo Estados Unidos y la CIA en aquellos d¨ªas y su conexi¨®n con el seguimiento y la entrega de Mandela a los servicios de seguridad sudafricanos en 1962. Era un tablero de ajedrez. Hab¨ªa que mover cada ficha con cuidado. La CIA iba a por Lumumba y a por Mandela.
Tras ser desalojado del poder, Lumumba est¨¢ abocado a la resistencia. Las autoridades norteamericanas y belgas organizan una operaci¨®n que acomete un escuadr¨®n de la muerte de agentes belgas. Lumumba es arrestado y ejecutado el 17 de enero de 1961, seis meses despu¨¦s de la proclamaci¨®n de la independencia.
EE.UU segu¨ªa tambi¨¦n muy de cerca la situaci¨®n de Sud¨¢frica, tras la declaraci¨®n de su independencia en 1961 y la proclamaci¨®n de la Rep¨²blica.
Hab¨ªa que consolidar el regimen del Apartheid.
La detenci¨®n y posterior condena a cadena perpetua de Mandela era una pieza del puzle.
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