Historia de un ¨¦xito
Los que gobiernan miran hacia arriba, como si la soberan¨ªa ya no estuviera en la ciudadan¨ªa
La democracia al rev¨¦s. Los que gobiernan solo miran hacia arriba, como si la soberan¨ªa ya no estuviera en la ciudadan¨ªa. Y esta se siente tratada como un incordio inevitable, de ah¨ª la desconfianza. Los gobernantes viven en la creencia de que los perdedores son invisibles y no cuentan. Pero cuando la parte de la sociedad que lo pasa mal es mucho mayor que la franja de los integrados que han trampeado la crisis sin apenas enterarse, la invisibilidad es pura utop¨ªa. El gobernante prefiere los indicadores num¨¦ricos que no tienen rostro ni sufrimiento. La realidad le resulta obscena y trata de minimizarla con la propaganda.
El Gobierno habla de ¨¦xito. As¨ª lo est¨¢ proclamando cada d¨ªa Rajoy entre nosotros ¡ª¡°Espa?a est¨¢ mejor que el a?o pasado y peor que el a?o que viene¡±¡ª y as¨ª espera proclamarlo al mundo entero a partir de la visita a Obama en enero. Con cuatro millones de personas en el umbral de la pobreza energ¨¦tica; con una devaluaci¨®n de los salarios que est¨¢ rompiendo la sociedad hasta llevarla a los peores niveles de desigualdad de la zona euro; con el trabajo como un bien cada vez m¨¢s escaso; con un paro juvenil que condena a los j¨®venes a no emanciparse (el 38% de los que tienen entre 25 y 34 a?os viven con los padres); con los mileuristas rebajados a sueldos de 700 u 800 euros, ?de qu¨¦ ¨¦xito se trata?
Es la historia de un retroceso, favorecido por el suicidio ideol¨®gico de la izquierda en las dos d¨¦cadas anteriores, que nos ha dejado sin alternativa. Una austeridad distribuida de modo nada equitativo, con manifiesto castigo a los salarios medios y bajos, nos est¨¢ conduciendo a situaciones de miseria y precariedad que este pa¨ªs cre¨ªa haber abandonado hace d¨¦cadas. El Gobierno busca consolidarse por la v¨ªa del f¨¦rreo control social. El jefe de la polic¨ªa, Ignacio Cosid¨®, ha reconocido que la ley de seguridad no responde a ninguna demanda social. Es una apuesta ideol¨®gica que nos retrotrae a aquellos tiempos en que a la seguridad ciudadana se la llamaba orden p¨²blico. El ministro Fern¨¢ndez D¨ªaz quiere comprar unas tanquetas que lanzan chorros de agua contra los manifestantes. Un icono de los peores sistemas represivos. Si a?adimos la ley Wert como s¨ªmbolo de la involuci¨®n auton¨®mica y la ley Gallard¨®n sobre el aborto como signo de la restauraci¨®n moral, no hay duda sobre el ¨¦xito que busca el Gobierno: el regreso a la Espa?a excluyente que trata a los discrepantes como irresponsables y al que se atreve ¡°a ser ¨¦l y ense?arse tal como es¡±, para decirlo al modo de Camus, como enemigo. El ¨²nico ¨¦xito posible saldr¨¢ de la capacidad de resistencia de los ciudadanos.
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