El p¨¦ndulo catal¨¢n
El enroque del Gobierno es el mayor aliciente para incrementar la presi¨®n independentista
Desde 2011, la trayectoria seguida por el problema catal¨¢n se viene ajustando a una reiterada oscilaci¨®n pendular, entre el polo positivo, zigzagueante en apariencia pero firme en la orientaci¨®n independentista, y el polo negativo, desde el cual Rajoy y su Gobierno oponen un rechazo sin fisuras a la aspiraci¨®n pol¨ªtica de Mas. El enfrentamiento resulta inevitable, por cuanto la estrategia independentista se basa en la legitimidad de un poder constituyente catal¨¢n, sobre la cual anuncia un refer¨¦ndum/consulta de autodeterminaci¨®n, que el presidente de un Gobierno espa?ol no puede aceptar, por su deber de lealtad a la Constituci¨®n y a la resoluci¨®n del Tribunal Constitucional de 11/09/2008. Y por simple respeto a las reglas de la democracia, ante el monopolio de la comunicaci¨®n ejercido sobre el tema por el Govern y el car¨¢cter tramposo de las preguntas hiladas: una de anzuelo en que cabe todo, y la segunda condicionada por el resultado de la anterior y sin alternativa a la independencia. Impresentable.
Hasta aqu¨ª, todo claro. Falta empero tomar en consideraci¨®n que en ese lapso de tiempo el independentismo se ha constituido en opci¨®n predominante entre los catalanes y, sobre todo, una abrumadora mayor¨ªa apoya la celebraci¨®n de la ¡°consulta¡±. Es un fen¨®meno bien conocido en la evoluci¨®n de los secesionismos: la autodeterminaci¨®n se presenta al observador como un fen¨®meno democr¨¢tico normal, que ha de ser respetado, y no como lo que es, un recurso de excepci¨®n para casos patentes de opresi¨®n nacional (colonias, Kosovo) carente de justificaci¨®n en reg¨ªmenes democr¨¢ticos constitucionales (Escocia no forma parte de Inglaterra y no hay Constituci¨®n). M¨¢s aun cuando aqu¨ª cabe abrir la puerta desde una reforma constitucional, que adem¨¢s mediante el federalismo y la reforma del sistema de financiaci¨®n incidiera, seg¨²n probaron las encuestas, sobre las preferencias pol¨ªticas de los catalanes.
Pero aunque acrecido casi ayer, el independentismo mayoritario es una realidad hoy en Catalu?a, y por consiguiente, interpela al Gobierno espa?ol, exigiendo una respuesta dentro de la democracia, m¨¢s all¨¢ del simple no, que lleva al desastre con la aplicaci¨®n del 155. De nuevo, como tras la sentencia del Constitucional al Estatut, y ahora justificadamente, la opini¨®n p¨²blica catalana ve cumplidas las acusaciones sobre la cerraz¨®n de Madrid. El enroque es as¨ª el mayor aliciente para incrementar la presi¨®n social por la independencia.
Y para que avancen el odio y la incomprensi¨®n reflejados en el ¡°Espa?a contra Catalu?a¡±. Da pena ver a un historiador como Fontana, olvidando en su relato sobre el conflicto ¡°el proteccionisme que impos¨¤ un dia Catalunya¡± (Camb¨®), clave secular de nuestra pol¨ªtica econ¨®mica, y cerrando su intervenci¨®n en plan arenga. S¨ªntoma de un estado de cosas que exige de Rajoy pensar y proponer una respuesta para Catalu?a.
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