¡°?Caudillo Blas Pi?ar!¡±
Era f¨¢cil verle rodeado de peque?as masas, en m¨ªtines o recordatorios de la muerte de Franco Notario de profesi¨®n, se ofrec¨ªa como nuevo caudillo para continuar la obra del dictador muerto

Unas veces en el coraz¨®n de Madrid y otras en m¨ªtines y recordatorios de la muerte de Franco, no era dif¨ªcil tropezarse con las (peque?as) masas que rodeaban a un hombre de verbo encendido y pelo perpetuamente engominado, al que gritaban a pleno pulm¨®n: ¡°?Caudillo Blas Pi?ar!¡±, en medio del tremolar de banderas, camisas arremangadas y boinas rojas, subrayando sus grav¨ªsimas advertencias contra ¡°el avance de los rojos¡±, ¡°la divisi¨®n de Espa?a¡± y otros terribles males que aguardaban a la Patria.
En efecto: Blas Pi?ar, notario de profesi¨®n, se ofrec¨ªa como nuevo caudillo para continuar la obra del dictador muerto en noviembre de 1975, que se hab¨ªa autoproclamado ¡°Caudillo de Espa?a por la gracia de Dios¡±. Muerto este hombre e instalados en el poder un Rey y, sobre todo, un primer ministro sospechoso y traidor para ellos (Adolfo Su¨¢rez), los neofranquistas cayeron en cismas que les impidieron actuar al un¨ªsono y reconocer entre ellos a un Jefe. Blas Pi?ar no era falangista ¨CManuel Vicent le describi¨® como un ¡°cat¨®lico de camisa blanca¡± ¨C y todav¨ªa menos era capaz de seguir a los ¡°siete magn¨ªficos¡±, aquellos exministros de Franco que abrazaron la oferta de Manuel Fraga para participar en la democracia. El fraguismo no consigui¨® gran cosa en los primeros compases electorales de la Transici¨®n ¨Csolo 16 esca?os en junio de 1977- , pero Blas Pi?ar fracas¨® al intentar la cuadratura del c¨ªrculo, esto es, denunciar al democracia mientras pretend¨ªa ser elegido senador.
Comprendida la lecci¨®n, los grup¨²sculos neofranquistas concentraron sus votos y en las elecciones de 1979 lograron un esca?o para Blas Pi?ar, que se pas¨® casi cuatro a?os en el Congreso. Pero influy¨® bastante poco. La irrupci¨®n de la tropa de Antonio Tejero, el 23 de febrero de 1981, le sorprendi¨® en el esca?o y tuvo que aguantar 18 horas de secuestro como los dem¨¢s diputados. Tras las elecciones de 1982 (las del primer triunfo de Felipe Gonz¨¢lez), Pi?ar perdi¨® el esca?o y Fuerza Nueva se disolvi¨® como partido, dejando una deuda considerable. Entonces trat¨® de imitar a los movimientos ultraderechistas franc¨¦s e italiano de la ¨¦poca: cambi¨® la nostalgia franquista por un mensaje de nacionalismo espa?ol y esp¨ªritu cristiano, y elimin¨® de entre los suyos los conatos de violencia y coacciones con los que algunos de sus j¨®venes cachorros se hab¨ªan conducido. Incluso lleg¨® a reconocer la Constituci¨®n como un ¡°hecho irreversible¡±. Pero nunca lo consigui¨®: la derecha espa?ola ya hab¨ªa descubierto muchas m¨¢s posibilidades en la Alianza Popular de Manuel Fraga y, cuando esta lleg¨® a su l¨ªmite electoral, en el Partido Popular encabezado por Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, autor de la gran operaci¨®n de integrar a toda las tendencias de la derecha y del centro bajo un ¨²nico mando pol¨ªtico.
Blas Pi?ar perdi¨® toda oportunidad. Durante los primeros a?os de este siglo todav¨ªa clamaba contra el peligro de una naci¨®n ¡°enferma, obnubilada, agonizante y fr¨ªvola¡±, que iba a romperse de un momento a otro, pero dej¨® en el ambiente m¨¢s ideas que influencia pol¨ªtica. Arrinconado completamente, el caudillo que pretend¨ªa continuar a Franco tuvo un papel realmente ef¨ªmero.
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