Una instituci¨®n en crisis de confianza

A?o 2014. Una Infanta de la familia real espa?ola se sienta frente a un juez para dar explicaciones por su presunta implicaci¨®n en un caso de corrupci¨®n. Un hecho sin precedentes que, adem¨¢s, se da en un contexto de creciente crisis de confianza de la ciudadan¨ªa hacia las instituciones (incluida la monarqu¨ªa), seg¨²n las encuestas. En ese clima social de desafecto, la declaraci¨®n judicial de do?a Cristina puede incidir de forma contradictoria: por un lado, alimentando la sensaci¨®n de que la corrupci¨®n lo ha invadido todo y llega hasta la familia real, anta?o la instituci¨®n con m¨¢s respaldo popular; por otro, esperanzando a quien vea en esa declaraci¨®n una prueba de que, antes o despu¨¦s, la ley se impone y obliga a todos ¡ªo a casi todos, porque el Rey carece de responsabilidad penal¡ª a rendir cuentas.

Tres soci¨®logos consultados ayer por EL PA?S ven improbable que, en este momento, sea la segunda interpretaci¨®n la que cale. ¡°La gente est¨¢ descre¨ªda. Ha habido cierta condena previa ya, porque durante todo el proceso contra Urdangarin [marido de la Infanta] ha cundido la sensaci¨®n de trato de favor¡±, opina Jos¨¦ Pablo Ferr¨¢ndiz, vicepresidente de la empresa demosc¨®pica Metroscopia. ¡°Depender¨¢ de lo que pase finalmente, pero la actitud general ante la declaraci¨®n de la Infanta ya es de sospecha¡±, afirma. Antonio Alaminos, catedr¨¢tico de Sociolog¨ªa en la Universidad de Alicante, coincide: ¡°La opini¨®n p¨²blica est¨¢ m¨¢s por el vaso medio vac¨ªo que por el medio lleno. Esta declaraci¨®n de la Infanta no transmite un mensaje de igualdad ante la ley, y menos de optimismo¡±, sostiene. ?l augura que do?a Cristina ser¨¢ finalmente exculpada y que eso ser¨¢ recibido por la opini¨®n p¨²blica como ¡°un agravio m¨¢s¡± en una ¡°lista de impunidades¡±.

¡°La gente agradecer¨ªa mucho que la Infanta enfrentara la declaraci¨®n con la m¨¢xima naturalidad, y eso se ve tambi¨¦n en los gestos¡±, apunta Ferm¨ªn Bouza, catedr¨¢tico de Sociolog¨ªa en la Universidad Complutense de Madrid, que pone como ejemplo la an¨¦cdota de si do?a Cristina bajar¨¢ en coche o andando la rampa de entrada al juzgado de Palma.

La monarqu¨ªa fue durante a?os una de las instituciones mejor valoradas por los espa?oles. En octubre de 2011, sin embargo, la alarma salt¨® en el bar¨®metro del CIS: la monarqu¨ªa obtuvo una nota del 4,89, el primer suspenso desde que en 1994 el organismo hab¨ªa empezado a preguntar por la confianza en las instituciones. El CIS dej¨® de hacer esa pregunta durante meses ¡ªtampoco la hab¨ªa hecho siempre antes de eso¡ª, y volvi¨® a incluirla en abril de 2013: la nota baj¨® a¨²n m¨¢s: al 3,68 (aunque todav¨ªa por encima de partidos pol¨ªticos, Gobierno, Parlamento, Iglesia o sindicatos). No ha vuelto a preguntar.

Seg¨²n datos de Metroscopia, en 1998 un 72% de los espa?oles prefer¨ªa la monarqu¨ªa como forma pol¨ªtica del Estado, y solo un 11% abogaba por la Rep¨²blica. En 2012 esa diferencia era de 53% frente a 37%. En tres lustros, la distancia entre mon¨¢rquicos y republicanos se ha acortado mucho en esa encuesta. Por otro lado, los espa?oles creen que la corrupci¨®n est¨¢ extendida al 95% (la media de la UE es del 76%), seg¨²n el primer estudio sobre la corrupci¨®n elaborado por la Comisi¨®n Europea y publicado este mes.