Y ahora es el turno de Ruz y Valencia
Aqu¨ª ponemos fin a esta serie. Queda un largo trecho, quiz¨¢ un a?o, para que los acusados se sienten en el banquillo. Hay que felicitarse por lo conseguido, que no es todo pero es mucho
Sus m¨¢s de 2.000 tomos hacen del caso G¨¹rtel el m¨¢s voluminoso que se ha visto en la Audiencia Nacional, ya de por s¨ª acostumbrada a grandes causas. M¨¢s de cien imputados y casi otros tantos abogados defensores: m¨¢s de 80. Ya dijimos que se han cursado 147 comisiones rogatorias a 21 pa¨ªses. Y en Valencia hay abiertas seis causas para el mismo caso. Jueces, oficiales de juzgados, secretarias, decenas de t¨¦cnicos de Hacienda y de polic¨ªas han dedicado miles y miles de horas de trabajo a esta minucia que dec¨ªa el PP. La lista de presuntos delitos es larga, larga: blanqueo de dinero, cohecho, fraude fiscal, prevaricaci¨®n, tr¨¢fico de influencias, falsedad en documento p¨²blico, oficial y mercantil, financiaci¨®n ilegal, malversaci¨®n de caudales p¨²blicos¡ ?Volumen econ¨®mico? Todav¨ªa imposible de calcular, pero piensen, seguramente, en unas cuantas decenas de millones o incluso cientos. Un dinero.
Quienes conocen bien el caso creen que este mes de febrero, justo a los cinco a?os de aquellos autos de Garz¨®n, el juez Pablo Ruz puede tener ya todos los datos sobre su mesa, porque habr¨¢n acabado de llegar los informes de la UDEF, la Intervenci¨®n General del Estado y la Agencia Tributaria. Incluso ya est¨¢n aqu¨ª los resultados de todas las comisiones rogatorias enviadas a Suiza y a otros pa¨ªses, incluidos varios para¨ªsos fiscales y hasta la Secci¨®n Cuarta de la Audiencia decret¨® el martes pasado que la pr¨¢ctica totalidad de las pruebas obtenidas durante los cinco a?os de investigaci¨®n del caso G¨¹rtel son v¨¢lidas, porque las escuchas ordenadas por Garz¨®n "no contaminan el resto de la causa". De nuevo, fracaso de las defensas para intentar anular el proceso.
B¨¢rcenas, que todo lo puede
La presencia de Luis B¨¢rcenas, 56 a?os, en la administraci¨®n del PP desde 1982, gerente del partido y tesorero en 2008 nombrado por Mariano Rajoy, hace que todo el caso G¨¹rtel d¨¦ un salto gigantesco de calidad. El extesorero, con capacidades escaladoras y trepadoras reconocidas, es un elemento clave para entender qu¨¦ ha unido durante tantos a?os al Partido Popular con la trama Correa. Queda mucho por ver del todopoderoso personaje, desde sus modestos inicios en el partido con ?ngel Sanch¨ªs, hoy tambi¨¦n imputado, hasta contemplarle en Soto del Real con casi 50 millones de euros en cuentas bloqueadas en Suiza. Es tanta su potencia y volumen ¡ªamo absoluto de los multimillonarios dineros del PP durante a?os¡ª que sin duda requiere de cuidados muy precisos. No hay judicialmente un "caso B¨¢rcenas", pero s¨ª hay un "caso B¨¢rcenas" que desentra?ar. En alg¨²n momento habr¨¢ que hacerlo.
Pablo Ruz, un juez joven, tiene 38 a?os, y escasamente conocido del gran p¨²blico, se hizo cargo provisionalmente del Juzgado n¨²mero 5 de la Audiencia Nacional en junio de 2010, tras el triunfo de la persecuci¨®n contra Garz¨®n. Desde entonces ha llevado a cabo un trabajo gigantesco en un juzgado que tiene a su cargo, adem¨¢s, otros muchos casos, entre ellos algunos tan importantes y medi¨¢ticos como la SGAE -unos 120 tomos-, Nueva Rumasa o, ¨²ltimamente, Pescanova o Neymar. Todo un desprop¨®sito de acumulaci¨®n de trabajo -y responsabilidad- para un solo juez.
Hay quien duda de que sea posible celebrar un macrojuicio con m¨¢s de cien acusados sentados en un banquillo kilom¨¦trico. Pero fuentes que conocen bien los entresijos de la Audiencia y la complejidad de G¨¹rtel, creen que el juez Ruz podr¨ªa estar pensando en separar el caso en dos -hay antecedentes muy conocidos, como el caso KIO- y dejar para una segunda fase algunos aspectos concretos. Con todo, hay que tener en cuenta que B¨¢rcenas deber¨ªa ser juzgado en el primer bloque, porque las causas con preso tienen preeminencia. Boadilla y Arganda, dada la complejidad de las cuentas en el extranjero, podr¨ªan quedarse para una segunda fase. Se dejar¨ªa as¨ª dos juicios de una medida manejable. Se opondr¨¢n algunos defensores, que preferir¨ªan, si no hay m¨¢s remedio que ir a juicio -a¨²n intentar¨¢n la nulidad por otras v¨ªas-, el jaleo y la confusi¨®n del macrojuicio. La teor¨ªa del r¨ªo revuelto. ?Y hay fecha en el horizonte para esa vista? Las mismas fuentes conf¨ªan en que sea el a?o pr¨®ximo, el 2015, el definitivo. Muchos a?os desde el inicio de la instrucci¨®n para los profanos, pero no excesiva tardanza para los criterios de un sistema tan garantista como el espa?ol y en el que muchos de los acusados, y el PP en primer lugar, de manera deplorable, han puesto todos los palos posibles en las ruedas de la maquinaria judicial.
Aunque es cierto que la justicia no siempre va lenta. Con Baltasar Garz¨®n, (Torres, Ja¨¦n, 1955) fue incluso a velocidad de Usain Bolt. Porque por ahora, el resumen judicial del caso G¨¹rtel es descorazonador. Ya hemos visto que hay, hasta el momento, un solo condenado de primera divisi¨®n: Baltasar Garz¨®n, mientras tambi¨¦n hay un absuelto de primera divisi¨®n: Francisco Camps. La realidad, a veces, parece una broma de mal gusto.
En Valencia la escasez de medios s¨ª es patente. Con 53 imputados por G¨¹rtel, pero otros tantos por distintos casos de corrupci¨®n -Blasco, Brugal, Alperi-, los cuatro jueces solo cuentan con dos secretarios judiciales y siete funcionarios. Sirva como dato risible que solo hay una fotocopiadora, que adem¨¢s sirve de esc¨¢ner, lo que hace que las colas para recoger la documentaci¨®n se hagan interminables. Hace un mes que se ha conseguido un juez de apoyo. Y hay, parece mentira, dos jueces anticorrupci¨®n que han trabajado, y trabajan, con un af¨¢n y un rigor encomiables. All¨ª, las seis causas van a tener que esperar meses incluso para tener fecha de juicio. El caso Fitur ya est¨¢ cerrado para la vista, pero como se est¨¢ celebrando otro juicio por corrupci¨®n, el caso Blasco, no podr¨¢ fijarse fecha hasta que ¨¦ste termine.
Mientras, los principales acusados de la trama -Correa y sus ayudantes- han decidido no declarar. Una defensa perfectamente coordinada que ha preferido confiar en las triqui?uelas jur¨ªdicas mejor que en probar la inocencia de los acusados. Quiz¨¢ porque esto ¨²ltimo, a la vista de las innumerables y patentes pruebas, sea un imposible. Se puede hacer una pregunta, aunque no sepamos la respuesta: ?Y qui¨¦n dirige y coordina a tantos abogados? Nadie se atreve a contestar con certeza absoluta. Si primero fue Federico Trillo -o eso opinan muchos de los consultados por EL PA?S-, hoy algunas fuentes dudan entre alguno de los abogados de los imputados, sobre todo Jos¨¦ Antonio Chocl¨¢n, ex juez y ahora defensor de Correa o Luis Rodr¨ªguez Ramos, que lo es de los hermanos Mart¨ªn Vasco, Jes¨²s Merino y Guillermo Ortega. Pero hay quien no descarta alguna "ayuda externa", con un nombre cercano a Trillo: Adolfo Prego, ex magistrado del Supremo y actual defensor de Dolores de Cospedal. Prego es, adem¨¢s, hombre de convicciones firmes. Ultraderechistas, pero firmes.
Lo dijimos el primer d¨ªa. Los ciudadanos tenemos mucho que agradecer a un grupo de funcionarios, con sueldos en muchos casos menos que medianos, que se creyeron su misi¨®n y trabajaron -y trabajan- durante horas y horas para esclarecer los complejos casos a los que se enfrentan. Gracias al empe?o de los anteriores y actuales jueces de la causa, Garz¨®n, Flors, Ruz y Ceres, a la labor de los fiscales encargados del caso, el trabajo policial y de los t¨¦cnicos de Hacienda, adem¨¢s de todo el personal auxiliar preciso, el caso G¨¹rtel ha logrado salir adelante.
Conviene recordarlo en estos tiempos de desprecio y desafecci¨®n hacia todo lo p¨²blico y, de manera muy especial, hacia la Justicia.
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