Emigraci¨®n irregular, regreso a¡ 2005
A¨²n persisten las mismas condiciones que empujaron a los j¨®venes africanos a salir del continente
El a?o 2013 y los primeros meses de 2014 se han caracterizado, en lo que respecta a los flujos migratorios irregulares en el Mediterr¨¢neo, por un cuasi regreso a las mismas situaciones explosivas que se produjeron en las fronteras de las ciudades espa?olas en Marruecos (Ceuta y Melilla) durante el verano de 2005 y en Malta y Lampedusa (entre 2006 y 2009).
Los puntos ¨¢lgidos de este nuevo movimiento han sido, primero, el naufragio de un barco a principios de octubre de 2013 que hab¨ªa zarpado de Libia con cerca de 500 inmigrantes irregulares a bordo, de los cuales m¨¢s de 350 murieron ahogados (informaci¨®n publicada el 4 de octubre de 2013 en lepoint.fr); luego el fallecimiento a mitad de febrero de 2014 de probablemente m¨¢s de 15 personas que intentaron, junto con un numeroso grupo de inmigrantes subsaharianos, entrar a nado a Ceuta desde la costa marroqu¨ª; y finalmente, el intento de cerca de 1.400 inmigrantes subsaharianos, sirios y argelinos de burlar nuevamente, el pasado martes 4 de marzo a primera hora de la ma?ana, las vallas de protecci¨®n y otros sistemas de control instalados en las fronteras mar¨ªtimas y terrestres de Ceuta.
En particular, todo esto parece indicar que despu¨¦s de la ola de transformaciones que se produjeron durante los primeros meses de revueltas en el norte de ?frica, las tendencias migratorias anteriores se han puesto en marcha, lo que significa que a¨²n persisten las mismas condiciones que empujaron a los j¨®venes africanos a salir del continente, es decir la crisis econ¨®mica y social que enfrentan sus pa¨ªses, los conflictos violentos que se producen dentro de cada naci¨®n y entre los distintos estados y que ponen en peligro su seguridad, as¨ª como los desastres naturales relacionados principalmente con el cambio clim¨¢tico que les obligan a intentar vivir en otros lugares. La primavera ¨¢rabe no ha sido otra cosa que un epifen¨®meno que ha modificado moment¨¢neamente la situaci¨®n.
Marruecos sigue siendo incapaz de hacer frente a la permeabilidad de su frontera oriental
Dicho lo cual, hay que tener en cuenta las siguientes consideraciones:
El caos de seguridad que azota a ?frica subsahariana, a Libia y hasta cierto punto tambi¨¦n a T¨²nez y al sur de Argelia (pa¨ªs cuyo ej¨¦rcito ha sido incapaz de impedir el ataque terrorista al emplazamiento gas¨ªstico de Tiguentourine en enero de 2013) ha hecho que las fronteras de esta zona de ?frica sean mucho m¨¢s incontrolables que hace diez a?os.
Parece que la nueva pol¨ªtica migratoria que ha puesto en marcha Marruecos desde enero de 2014, que implica la regularizaci¨®n de decenas de miles de inmigrantes ilegales (casi 40.000), no ha convencido a los inmigrantes afectados ya que no consideran al reino alauita como un aut¨¦ntico lugar de entrada y asilo.
Deben aumentarse los recursos econ¨®micos para combatir los motivos que empujan a emigrar
Marruecos sigue siendo incapaz de hacer frente a la permeabilidad de su frontera oriental, y Argelia por su parte, sobre todo en esta etapa preelectoral en que se encuentra, no parece querer controlarla para no prestar ning¨²n tipo de ayuda ni a los marroqu¨ªes ni a los europeos que demandan una mayor y mejor protecci¨®n de las fronteras exteriores.
Espa?a, y Europa en su conjunto, a pesar de la crisis que contin¨²an afrontando, siguen siendo un objetivo vital para millones de j¨®venes africanos que buscan una vida mejor.
Actualmente, ?qu¨¦ se puede hacer?
Debe celebrarse una nueva reuni¨®n intergubernamental euroafricana similar a la que tuvo lugar en Rabat en julio de 2006, pero esta vez con un mayor compromiso pol¨ªtico y los recursos econ¨®micos y humanos necesarios para reducir, donde sea preciso, los motivos que empujan a los j¨®venes a emigrar.
Si no hay cooperaci¨®n entre los gobiernos de Marruecos y Argelia, la frontera oriental de Marruecos continuar¨¢ siendo un coladero, aun cuando Marruecos decidiera levantar un ¡°muro de protecci¨®n¡± de 450 kil¨®metros al norte de la zona fronteriza con Argelia, tal como intent¨® hacer a finales de 2013. Del mismo modo, ha de tenerse en cuenta la permeabilidad de la frontera que comparte Argelia con N¨ªger y Mal¨ª ya que es m¨¢s que probable que sea all¨ª donde se concentre el principal foco migratorio que afecta a la regi¨®n del Sahel y a la euromediterr¨¢nea.
Marruecos debe hacer una ¡°pol¨ªtica migratoria¡± en colaboraci¨®n con los pa¨ªses de ?frica subsahariana, de donde proceden la mayor parte de los inmigrantes, incluso cuando se trate de firmar acuerdos de readmisi¨®n con pa¨ªses cuyos ciudadanos no pueden ni entrar en Europa ni beneficiarse de las condiciones de una estancia legal y digna en Marruecos.
Europa no debe permitir que Espa?a y Marruecos se enfrenten solos a la inmigraci¨®n ilegal procedente de ?frica. La Uni¨®n europea, m¨¢s que nunca, pero tambi¨¦n otros pa¨ªses como Estados Unidos, China o Jap¨®n deben aunar esfuerzos para conseguir que ?frica deje de ser el continente del que la mayor¨ªa de sus j¨®venes quieren huir.
Y si Espa?a devolviera a los africanos, en este caso a Marruecos, los ¨²ltimos territorios que ocupa en ?frica, tal vez ser¨ªan muchos los j¨®venes inmigrantes potenciales que dejar¨ªan de pensar que las puertas de Europa se encuentran en su continente y volver¨ªan a trabajar y a vivir en sus respectivos pa¨ªses.
Dicho de otro modo, como Espa?a quiere permanecer a toda costa en ?frica, debe pagar un precio por ello y, a partir de ahora, ese precio se pagar¨¢ mediante un enfrentamiento pol¨ªtico y humano cada vez m¨¢s desigual contra una de las grandes lacras de nuestro tiempo, la inmigraci¨®n ilegal y el tr¨¢fico de seres humanos.
Mehdi Lahlou es profesor de Econom¨ªa del Instituto Nacional de Estad¨ªstica y Econom¨ªa de Rabat.
Traducci¨®n de Virginia Solans.
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