El Congreso se pone la tarea de cambiar su propia ley y recuperar el respeto de la calle

Ahora dicen que va en serio. Que esta vez no habr¨¢ ¡°l¨ªneas rojas¡±. Que el compromiso de reformar las normas por las que se rige el Congreso de los Diputados es firme por parte de todos. Este esp¨ªritu optimista ha caracterizado a los portavoces de los grupos parlamentarios tras su segunda reuni¨®n a puerta cerrada para organizar el trabajo. Y ya se han puesto tareas para el 5 de mayo. En los sucesivos intentos de reforma de los ¨²ltimos a?os, muchos han sido los asuntos que han supuesto el bloqueo y el fin de la negociaci¨®n. Uno de ellos ha sido el uso de las lenguas cooficiales. Ahora, varios, grupos, entre ellos, PP, PSOE, UPyD e Izquierda Plural, no quieren que vuelva a ocurrir, aunque para ERC s¨ª contin¨²a siendo un asunto esencial. ¡°Tenemos una ¨²ltima oportunidad para recuperar el respeto de los ciudadanos, de la calle¡±, ha advertido el portavoz socialista Pablo Mart¨ªn Per¨¦.

Toda la oposici¨®n quiere un mayor control del Poder Ejecutivo y m¨¢s campo de juego para las minor¨ªas. As¨ª, si todos los grupos de oposici¨®n piden, aunque no sumen la mayor¨ªa absoluta, que comparezca el presidente del Gobierno este no puede negarse a hacerlo. Los diputados podr¨¢n improvisar preguntas al Gobierno sin que los ministros sepan previamente de qu¨¦ se les va a interpelar. A la inglesa. Es decir, un diputado se levanta y lanza su pregunta a un miembro del Gobierno sin que este lo sepa con antelaci¨®n, como ocurre ahora.

El papel m¨¢s dif¨ªcil de estos trabajos, que empiezan ahora y pueden durar lo que resta de legislatura, lo tendr¨¢ el portavoz del Grupo Popular, Ignacio Astarloa. Este jurista, que representa al PP y con mayor¨ªa absoluta en el Congreso, sabe que la oposici¨®n va a pedir abrir en canal el Reglamento con la pretensi¨®n de que sus trabajos sean m¨¢s cercanos a los ciudadanos y que la oposici¨®n tenga m¨¢s margen de maniobra. Si el PP tiene una especial responsabilidad en atender las demandas de los portavoces, no menos la siente el PSOE. Si se consigue cerrar un acuerdo, algo que ha sido imposible en los ¨²ltimos 15 a?os, el nuevo reglamento entrar¨¢ en vigor la pr¨®xima legislatura, aunque es posible que algunos aspectos puedan estar funcionando antes.

Esta es una de las razones por la que se ha aprobado trabajar bloque a bloque, hasta once, sin que el desacuerdo en uno impida seguir con el siguiente. El primer bloque elegido, el procedimiento legislativo, con el que se quiere empezar el 5 de mayo, no ser¨¢ excesivamente complicado en la parte de t¨¦cnica legislativa y calidad de las leyes. Este apartado regula la vida del Congreso, porque en ¨¦l est¨¢n los Estatutos de Autonom¨ªa; las iniciativas populares y la forma de aprobar las leyes (lectura ¨²nica, urgencia...). Pese a su apariencia solo formal, es una cuesti¨®n de calado porque determina la participaci¨®n de la oposici¨®n.

Una participaci¨®n de los ciudadanos en la vida parlamentaria podr¨ªa conseguirse a trav¨¦s de la actual comisi¨®n de peticiones, adem¨¢s de instalar una Oficina del Ciudadano, que se conocer¨ªa como el ¡°diputado 351¡±; uno m¨¢s que los elegidos por los ciudadanos en las urnas. La asistencia de los diputados a su trabajo no solo estar¨ªa vigilada por sus grupos, de manera interna, sino por la propia instituci¨®n. Por tanto, tendr¨ªan que fichar o tener un sistema similar que refleje que est¨¢n en el Congreso. Todo es poco para controlar al Gobierno y para tener margen de maniobra, desde la perspectiva de la oposici¨®n. ¡°Hay una necesidad objetiva de que el Parlamento cambie¡±, advierte Jos¨¦ Luis Centella, de Izquierda Plural. S¨ª ve voluntad de cambio, la portavoz de UPyD, Rosa D¨ªez. Y, sin hacer vaticinios de qu¨¦ puede ocurrir, el portavoz de la mayor¨ªa, Ignacio Astarloa, del PP, mostr¨® su satisfacci¨®n por lo que ha escuchado. Pero solo es la segunda reuni¨®n; queda todo por hacer.