Espa?a tiende la mano a la influyente comunidad jud¨ªa de Nueva York
Alberto Ruiz-Gallard¨®n admite los errores cometidos en el pasado con los sefard¨ªes
Alberto Ruiz-Gallard¨®n present¨® ante el poderoso lobby jud¨ªo de EE UU la reforma legal que abrir¨¢ por completo a descendientes de la di¨¢spora sefard¨ª el acceso a la nacionalidad espa?ola, al considerarlo un derecho. "El pasaporte espa?ol significa seguridad y certeza", dijo. El titular del Ministerio de Justicia eligi¨® como tel¨®n de fondo la sede de la American Jewish Committee en Nueva York, donde admiti¨® los errores del pasado con la comunidad jud¨ªa. La ciudad de los rascacielos es la metr¨®poli donde se concentra el mayor n¨²mero de jud¨ªos fuera de Israel.
El objetivo era explicar el anteproyecto ante una comunidad que tiene sus ra¨ªces m¨¢s profundas en los jud¨ªos expulsados de Espa?a y Portugal en el siglo XV, y que buscaron refugio en la Nueva ?msterdam. Los jud¨ªos de origen sefard¨ª residentes en Nueva York tambi¨¦n incluyen a los que llegaron m¨¢s tarde de Siria, Marruecos y otros pa¨ªses no europeos. Es un colectivo particular, que trata de preservar la cultura y costumbres de sus ancestros.
Ruiz-Gallard¨®n destac¨® as¨ª el v¨ªnculo especial de la comunidad sefard¨ª con Espa?a, pese al tiempo transcurrido y las generaciones. ¡°No hay un caso semejante en la historia de los pueblos expulsados en que los desterrados hayan mantenido su cultura y lengua de origen durante tanto tiempo y en destinos tan alejados¡±, se?al¨® al hablar del ¡°destino entrecruzado de espa?oles y jud¨ªos¡±.
Nueva York, como indic¨® el pol¨ªtico espa?ol, acoge en la actualidad a la segunda comunidad sefard¨ª del mundo tras la que vive en el Estado de Israel. Ruiz-Gallard¨®n aprovech¨® la alocuci¨®n para poner el acento en los ¡°errores cometidos¡± en el pasado con el pueblo de Abraham. ¡°Resulta tentador preguntarse c¨®mo ser¨ªa Espa?a de no haber puesto a sus jud¨ªos en la dram¨¢tica tesitura de decidir en cuatro meses si se convert¨ªan al cristianismo o abandonaban el pa¨ªs¡±, plante¨® a los asistentes.
¡°Lo que ocurri¨®, ocurri¨®, y por desgracia nunca podremos ya evitar el sufrimiento de aquellos jud¨ªos forzados a despedirse de su patria, ni el empobrecimiento que esto le caus¨® a Espa?a¡±, admiti¨® el ministro, que sin embargo defendi¨® que con la nueva propuesta legal busca tender la mano al pueblo jud¨ªo. ¡°Podemos empezar juntos otra historia. Podemos recorrer un camino que no tiene por qu¨¦ separarse otra vez. Sin necesidad de olvidar el ayer ni de caer en la ilusi¨®n de que podemos cambiarlo¡±, remach¨®.
Bastar¨¢ acreditar la condici¨®n de sefard¨ª
Espa?a, como record¨® el ministro, estableci¨® relaciones diplom¨¢ticas con Israel hace tres decenios. Y haciendo menci¨®n a unas palabras del Rey Don Juan Carlos en la sinagoga de Madrid entonces, ¡°ya no se puede decir que los judeoespa?oles viven en Espa?a como si estuvieran en su casa, porque de hecho est¨¢n su propia casa¡±. Pero admiti¨® que quedaba a¨²n una asignatura pendiente: volver a abrir las puertas a los que se les cerr¨® y a los que ¡°mantuvieron una admirable fidelidad a la memoria¡±.
Gallard¨®n explic¨® a partir de ah¨ª que la ley en preparaci¨®n ampl¨ªa las opciones por las que los sefard¨ªes podr¨¢n acceder a la nacionalidad espa?ola. Ya no deber¨¢n renunciar a la ciudadan¨ªa en los pa¨ªses con los que no exista convenio de doble nacionalidad. Y al considerarse un derecho, bastar¨¢ con que el ciudadano acredite su condici¨®n de sefard¨ª y una vinculaci¨®n con Espa?a. Habr¨¢ discrecionalidad al valorar veracidad de las pruebas.
¡°Si una lecci¨®n se puede aprender de la experiencia sefard¨ª es la sabidur¨ªa para conciliar identidades y sentimientos de pertenencia muy diferentes y complementarios, sin necesidad de renunciar a las ra¨ªces m¨¢s profundas¡±, indic¨® el ministro al referirse a la cuesti¨®n de preservar la doble nacionalidad. Tambi¨¦n resalt¨® que la lucha contra el antisemitismo es una de las prioridades del Gobierno espa?ol. ¡°Hemos ido m¨¢s all¨¢ de lo que nos pide la Uni¨®n Europea¡±, destac¨®. ¡°All¨ª donde el Estado de derecho es claro y firme, se vuelve m¨¢s dif¨ªcil que cunda la intolerancia¡±.
El ministro concluy¨® diciendo que ¡°nada nos obliga a repetir los mismos errores¡± del pasado. La relaci¨®n del Ejecutivo espa?ol durante los sucesivos gobiernos con la comunidad jud¨ªa neoyorquina es muy estrecha. Coincidiendo con la celebraci¨®n de la Asamblea General de las Naciones Unidas, un miembro de la delegaci¨®n suele mantener un encuentro con sus representantes de organizaciones jud¨ªas estadounidenses. As¨ª lo hizo el pasado septiembre el ministro de Exteriores, Jos¨¦ Manuel Garc¨ªa-Margallo.
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