Una nota final excepcional
No hay en nuestros ¨²ltimos 40 a?os de vida colectiva una figura pol¨ªtica que haya sido, sucesivamente, tan jaleada, vilipendiada, ignorada y, por ¨²ltimo, tan admirada y reconocida
"Esta es Castilla ¡ªen nuestro caso, cabr¨ªa decir Espa?a¡ª que hace a los hombres y los gasta". Pero, al menos en el caso de Adolfo Su¨¢rez, se podr¨ªa completar la amarga frase dejada para la historia, al pie del cadalso, por don Alfonso Fern¨¢ndez Coronel (all¨¢ por 1353) con un estrambote reconfortante: "¡y que, pasado un tiempo, los rescata y realza". No hay en nuestros ¨²ltimos cuarenta a?os de vida colectiva una figura pol¨ªtica que haya sido, sucesivamente, tan jaleada, vilipendiada, ignorada y, por ¨²ltimo, tan admirada y reconocida como Adolfo Su¨¢rez. No es mi opini¨®n: es lo que indican los datos.
En los sondeos realizados en los a?os en que presidi¨® el gobierno, Su¨¢rez obtuvo evaluaciones, entre la ciudadan¨ªa, que no bajaron del 5 y que, en ocasiones, superaron el 6 ¡ªnotas medias, siempre en una escala evaluativa de 0 a 10, m¨¢s que positivas para una figura p¨²blica¡ª. En 1987, cuando a¨²n aleteaba el CDS que creara, lograba mantener un 5,2. Pero en 1991, dimitido ya como presidente del partido, e inmediatamente relegada su figura al desv¨¢n de los juguetes pol¨ªticos rotos, el ¨²ltimo sondeo en que su nombre fue incluido le otorg¨® un pobre 3,7.
Y vinieron poco despu¨¦s tiempos distintos, en que se consider¨® necesario pasar a una pol¨ªtica "sin complejos" ¡ªen realidad, a una pol¨ªtica sin modales, o, al menos, sin los modales de pacto, transacci¨®n y mutua lealtad de nuestros primeros a?os democr¨¢ticos¡ª. Y ello, no sin cierta paradoja, contribuy¨® a agigantar ¡ªen el recuerdo de quienes la vivieron y en el relato transmitido a quienes la conocieron solo de o¨ªdas¡ª nuestra transici¨®n a la democracia: el modo en que fue afrontada por los distintos actores pol¨ªticos y el logro hist¨®rico colectivo que supuso la generosidad y alturas de miras de todos ellos.
Y eso rescat¨® de las sombras a quien ¡ªciertamente con el amparo e impulso de la Corona¡ª tuvo que llevar el tim¨®n en los primeros y m¨¢s turbios momentos de la misma. Y se recuper¨® la memoria de su figura, quiz¨¢ como involuntaria compensaci¨®n del destino a la que ¨¦l perd¨ªa. As¨ª, en el ¨²ltimo sondeo en que, en mi conocimiento, volvi¨® a someterse a evaluaci¨®n ciudadana a Adolfo Su¨¢rez ¡ªrealizado por Metroscopia en noviembre de 2010, es decir, cuando ya era conocida la decadencia f¨ªsica del primer presidente de gobierno de la actual democracia¡ª este apareci¨® en un destacado, estelar, primer lugar con una puntuaci¨®n media excepcional (7,9).
Cabe pensar que, en alguna medida, su estado de salud pudo haber propiciado en ese momento alg¨²n plus de conmiseraci¨®n ¡ªy quien sabe si de mala conciencia¡ª en algunos de sus conciudadanos. Pero parece impensable que eso, por s¨ª solo, baste para explicar que votantes del PP, PSOE e IU, y que espa?oles j¨®venes, de mediana edad o mayores, coincidan, tantos a?os despu¨¦s, en otorgar una nota final tan excepcional a quien, probablemente, se marcha sin tener conciencia de haberla obtenido.
Jos¨¦ Juan Toharia es catedr¨¢tico em¨¦rito de Sociolog¨ªa y presidente de Metroscopia.
?Qu¨¦ evaluaci¨®n le merece cada una de las siguienes figuras p¨²blicas?
TOTAL | Votantes de | Edad | |||||
PSOE | PP | IU | 18-34 | 35-54 | +55 | ||
Adolfo Su¨¢rez | 7.9 | 8.1 | 8.4 | 7.0 | 7.1 | 7.9 | 8.5 |
El rey Juan Carlos | 7.1 | ||||||
Barack Obama | 6.7 | ||||||
El pr¨ªncipe Felipe | 6.4 | ||||||
Felipe Gonz¨¢lez | 6.3 | ||||||
Javier Solana | 6.1 | ||||||
Angela Merkel | 6.0 | ||||||
Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar | 4.6 | ||||||
El Papa (Benedicto XVI) | 4.5 | ||||||
Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero | 3.9 | ||||||
Mariano Rajoy | 3.8 | ||||||
Fidel Castro | 2.3 | ||||||
Hugo Ch¨¢vez | 1.9 |
Fuente: Metroscopia, noviembre de 2010.
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