La Marcha de la Dignidad toma el centro de Madrid con miles de personas
La protesta concluy¨® con 24 detenidos, de ellos tres menores, y un centenar de heridos Los manifestantes llegados a pie desde fuera de Madrid no pasaron de 2.000 La protesta se inspira en el sindicato de Gordillo y en los campamentos de IU en Extremadura
Las ocho marchas por la dignidad confluyeron ayer en Madrid. A unas 2.000 personas que llegaron a pie desde distintas partes de Espa?a se les unieron decenas de miles m¨¢s en la capital. Los organizadores de la multitudinaria manifestaci¨®n cifran la asistencia en dos millones de personas. La Delegaci¨®n del Gobierno se?al¨® sobre las nueve de la noche que hab¨ªa 50.000 manifestantes, cifra que posteriormente rebaj¨® a 36.000 asistentes.
Las ocho marchas trataban de ser una met¨¢fora de un malestar que recorre Espa?a. Un malestar concreto sepultado bajo n¨²meros escalofriantes: casi seis millones de parados, decenas de miles de desahucios y miles de millones de recortes en gasto social. La marcha desemboc¨® en manifestaci¨®n. Todo discurri¨® de forma pac¨ªfica y planificada hasta entrada la noche, cuando elementos radicales y polic¨ªas antidisturbios entraron en acci¨®n. Pasadas las nueve de la noche, ya hab¨ªa 24 detenidos, de los que tres eran menores. Adem¨¢s, los disturbios causaron un centenar de heridos leves o muy leves, de los que 55 eran polic¨ªas. En total, 15 personas fueron trasladadas a hospitales para una valoraci¨®n, seg¨²n Emergencias Madrid.
La convocatoria de la Marcha inclu¨ªa tres lemas principales (¡°No al pago de la deuda¡±, ¡°Ni un recorte m¨¢s¡±, ¡°Fuera los Gobiernos de la troika¡±). Pero de ese programa de m¨ªnimos se supo poco ayer. Palideci¨® frente a la diversidad de reivindicaciones de las pancartas. ¡°Si no luchas, pueden contigo¡±, protestaba Mamen Ruiz, murciana de 32 a?os con dos hijos y que se uni¨® a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) de su ciudad cuando vio cerca el desahucio. Virginia, de 47 a?os y funcionaria de Justicia se manifestaba ¡°por las tasas, por la ley del aborto y para decirle a Gallard¨®n que se vaya¡±. Bel¨¦n Calvo, maestra, de 32 a?os y en paro desde hace tres, tom¨® un autob¨²s en Burgos por la ma?ana vestida con una camiseta con la leyenda ¡°Gamonal. Barrio vivo, barrio combativo¡±. ¡°He venido porque tengo dignidad¡±, sentenci¨®. En el remolino de voces decepcionadas se fundieron extrabajadores de Panrico y Coca-cola, barrenderos de Madrid, las mujeres del carb¨®n asturiano, peque?os partidos de izquierda, miembros de las mareas antirrecortes¡
Las ocho marchas que llegaron el viernes a las proximidades de Madrid se despertaron temprano ayer. Despu¨¦s de un tentempi¨¦ de fruta y verdura en el barrio de Vallecas, la procedente de Murcia y Valencia (que durmi¨® en el polideportivo de Rivas Vac¨ªamadrid) fue recibida en el centro con l¨¢grimas, bocadillos, sopa de cocido en vasos de pl¨¢stico y agua. Desde all¨ª, unas 2.000 personas continuaron hasta Atocha.
El sustrato de la protesta fueron las columnas de caminantes que siguieron el trazado de las seis carreteras nacionales que confluyen en la capital. Pero la verdadera materia prima de la concentraci¨®n fueron los madrile?os y los llegados en trenes, coches y autobuses desde todo el pa¨ªs. En Atocha todas las columnas se unieron en un brazo que avanz¨® hasta la plaza de Col¨®n, donde se ley¨® un manifiesto.
A las ocho y media de la tarde se registraron unas cargas en G¨¦nova despu¨¦s de que un grupo comenzara a lanzar objetos ante las vallas colocadas por los antidisturbios junto a la sede del PP. Fue la ¨²nica acci¨®n violenta rese?able durante la marcha. La preocupaci¨®n por episodios de este tipo ha sido constante. Agripa Herv¨¢s, organizador de la marcha este y miembro de Esquerra Unida del Pa¨ªs Valenci¨¤ reconoc¨ªa cierta inquietud: ¡°Tememos que grupos extremistas estropeen una marcha pacifista¡±. Esta alerta dio pie a un despliegue policial de r¨¦cord: 1.650 antidisturbios, adem¨¢s de efectivos de la Guardia Civil y la polic¨ªa municipal.
Un centenar de heridos y 24 detenidos tras la marcha
La Marcha de la Dignidad fue pac¨ªfica hasta bien entrada la noche. Solo entonces elementos radicales y polic¨ªas antidisturbios entraron en acci¨®n. Pasadas las nueve de la noche, ya hab¨ªa una veintena de detenidos, despu¨¦s de varias cargas policiales y el recibimiento a pedradas de los agentes. Casi en la medianoche la cifra se cerr¨® en 24 detenidos, de los que tres eran menores.
La Delegaci¨®n del Gobierno inform¨® de que a los detenidos se les acusa de resistencia y atentado a la autoridad, vandalismo y destrozos en el mobiliario urbano.
Emergencias de Madrid ha informado tambi¨¦n de que hay 101 heridos de car¨¢cter leve o muy leve, de los que 67 son polic¨ªas (46 nacionales y 9 municipales) y, el resto, 34 ciudadanos que participaban en la marcha. Adem¨¢s, 15 personas han sido trasladadas a hospitales para una valoraci¨®n m¨¦dica.
La manifestaci¨®n entre Atocha y Col¨®n figuraba en los permisos de la Delegaci¨®n del Gobierno en Madrid a nombre de un particular. La Marcha de la Dignidad se presenta como un movimiento sin l¨ªderes que ha progresado a golpe de asambleas. En gran medida es cierto, pero eso no significa que sus inicios no hayan sido cincelados con esmero. El gran impulsor de la iniciativa ha sido el Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) de Diego Ca?amero y Jos¨¦ Manuel S¨¢nchez Gordillo, pero el germen del movimiento se plant¨® el a?o pasado en Extremadura, en los Campamentos Dignidad. Esta semilla ha ido reg¨¢ndose hasta ramificar en una elaborada organizaci¨®n que ofrece cobijo a las reivindicaciones de m¨¢s de 300 colectivos y miles de ciudadanos sin ninguna adscripci¨®n.
Los Campamentos Dignidad nacieron en M¨¦rida con una concentraci¨®n frente a una oficina de empleo que exig¨ªa la creaci¨®n de 25.000 puestos p¨²blicos y una renta b¨¢sica. Abrazado a estas dos reivindicaciones el movimiento fue trepando con vigor, lo que le permiti¨® entretejerse a colectivos en expansi¨®n, como la PAH.
Manuel Ca?ada, excoordinador general de Izquierda Unida en Extremadura y tres veces candidato a presidir la Junta, se convirti¨® en cabeza visible del campamento. Ca?ada, miembro de la vertiente m¨¢s ortodoxa del Partido Comunista (la que en Extremadura ha rehusado pactar con el PSOE) se propuso demostrar que los parados representaban una fuente de movilizaci¨®n social. ¡°Los Campamentos Dignidad somos el 15-M obrero¡±, ha sido una de sus consignas, insistiendo en lo f¨¦rtil que resulta el clima de anarqu¨ªa y pluralidad para movimientos de contestaci¨®n.
La estrategia de Ca?ada es un buen ejemplo de la gordillizaci¨®n de la izquierda del sur: el recurso a acciones de resistencia civil para hacer pol¨ªtica fuera de los canales parlamentarios. El extreme?o reconoce el ascendiente del alcalde de Marinaleda, ha participado en encierros y asaltos a supermercados, y colabora con los impulsores del modelo de okupaci¨®n social de la Corrala Utop¨ªa, plataforma sevillana pr¨®xima al SAT.
Los Campamentos organizaron una primera Marcha Dignidad en Extremadura en septiembre de 2013. En esta fase Ca?ada tambi¨¦n tendi¨® puentes con el Frente C¨ªvico Somos Mayor¨ªa de Julio Anguita, que ha terminado oficiando de maestro de ceremonias en los actos de presentaci¨®n de la Marcha de la Dignidad.
Con estos padrinos, el mismo mes de septiembre se desarroll¨® una primera reuni¨®n en Madrid para planificar una marcha estatal. A partir de este pistoletazo de salida arranc¨® una fren¨¦tica actividad marcada por la instituci¨®n de peque?as plataformas locales dedicadas a recabar apoyos econ¨®micos, difundir el proyecto por Internet y negociar con sus respectivos Ayuntamientos el alojamiento de las columnas de manifestantes.
Las asociaciones que han contado con medios (especialmente sindicatos e IU) han cedido locales e infraestructuras para las reuniones de los comit¨¦s, pero el movimiento se ha basado en la autofinanciaci¨®n. Por ejemplo, el viaje en los autobuses que llegaron ayer a la capital le ha costado una media 20 euros a cada viajero. Todos los detalles se han cuidado a pesar de la multicefalia imperante. Un equipo jur¨ªdico de 50 letrados voluntarios se ha movilizado para enfrentarse a previsibles problemas legales en las manifestaciones. ¡°Si te detienen, hay que decir ¡®equipo jur¨ªdico 22m¡±, reza su cuenta de Twitter.
El colectivo Campamento Amigo 15M, red con experiencia en movilizaciones como las mareas ciudadanas, se ha ocupado de coordinar la b¨²squeda de domicilios en Madrid. Esta red avisa de que no gestiona la creaci¨®n de un campamento, asunto peliagudo despu¨¦s de que varios colectivos expresaran su ambici¨®n de repetir una instalaci¨®n como la de los indignados en la puerta del Sol en 2011, algo que la Delegaci¨®n de Gobierno asegur¨® que evitar¨ªa a toda costa.
A las nueve de la noche se hab¨ªan producido t¨ªmidos intentos de extender tiendas por Recoletos sin demasiado ¨¦xito.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.