Cicloturismo de alto riesgo en Baleares
Seis ciclistas turistas han muerto en 2014, cuatro por fallos card¨ªacos y dos por accidentes
El aumento de los turistas que viajan a Baleares para practicar ciclismo, hasta unos 100.000 solo entre enero y mayo, ha provocado un incremento de los accidentes y de las muertes en este colectivo. En lo que va de 2014, seis ciclistas turistas han muerto en las islas: cuatro perecieron a causa de ataques card¨ªacos o por las heridas provocadas al caer desde la bicicleta al sufrir los s¨ªncopes, otro fue atropellado y el ¨²ltimo sufri¨® una colisi¨®n frontal con un autom¨®vil.
Los atropellos accidentales delictivos no quedan impunes. Este mes de febrero, un agente de la Polic¨ªa Nacional, Rodolfo ?lvarez, fue condenado por un juez de Palma a tres a?os y medio de c¨¢rcel por impactar con su autom¨®vil contra un ciclista con resultado de muerte. Al volante de un coche camuflado de la polic¨ªa, Rodolfo lanz¨® contra el tronco de un ¨¢rbol a una ciclista alemana que rodaba con su marido por una carretera habitual de cicloturistas, en Cap Blanc. Fue en marzo de 2012, y con el agente condenado viajaba un inspector policial, Carlos Jos¨¦ Garc¨ªa, que pagar¨¢ una multa; ambos huyeron sin auxiliar a la v¨ªctima. Estaban fuera de servicio y hab¨ªan ido de copas.
M¨¢s de cuatro a?os de c¨¢rcel para un conductor que atropell¨® a un ciclista y se fug¨®
Un conductor de 32 a?os, Daniel Abalos, atropell¨® con su coche a un ciclista en Mallorca y le caus¨® la muerte, en un d¨ªa soleado de noviembre de 2012, a las nueve de la ma?ana. Daniel se dio a la fuga y coloc¨® la matr¨ªcula a otro autom¨®vil. Un juez lo ha condenado a cuatro a?os y cinco meses de c¨¢rcel por los delitos de homicidio por imprudencia grave, de omisi¨®n del deber de socorro y por falsedad en documento oficial por ¡°intentar confundir¡± a los investigadores y ¡°crear una apariencia falsa¡± con el baile de placas.
Daniel de 32 a?os, ¡°circul¨® de manera desatenta¡±, en un coche ¡°en p¨¦simas condiciones, a una velocidad algo superior a la m¨¢xima permitida [90 kil¨®metros por hora]¡±. Iba sin seguro. Estuvo 20 horas sin dormir y toda la noche tomando copas. No se percat¨® de la presencia de un grupo de tres ciclistas mallorquines que iban pegados al arc¨¦n en un tramo de carretera despejado y recto de Art¨¤, Mallorca. Embisti¨® a Joan, un ciclista aficionado de Sant Joan, que dej¨® mujer, dos hijos menores y su madre, que ejercieron la acusaci¨®n particular.
Ahora, en solo cuatro d¨ªas, entre finales de abril y comienzos de mayo de 2014, han muerto cinco ciclistas en distintos enclaves de Mallorca, tres de ellos al sufrir paradas cardiorrespiratorias fruto del sobreesfuerzo y posibles lesiones previas. Ten¨ªan entre 50 y 66 a?os. Accidentes fortuitos, muertes por causas naturales fruto del agotamiento, explican las notas informativas de los servicios de emergencia y polic¨ªa. Son accidentes sin intervenci¨®n de otros veh¨ªculos.
El cicloturismo, para los empresarios y los gobernantes de Baleares, es una ¡°parte importante de la oferta tur¨ªstica, un sector muy productivo¡±. As¨ª, se acude a ferias sectoriales de promoci¨®n en busca de m¨¢s clientes. Ante la gravedad y reiteraci¨®n de los accidentes, se cre¨® una Comisi¨®n de Seguridad Vial de los Ciclistas en Mallorca que analiza las circunstancias de los accidentes y qu¨¦ medidas hay que tomar.
Se han activado campa?as de informaci¨®n con la Direcci¨®n General de Tr¨¢fico y la Guardia Civil para marcar usos de seguridad m¨¢xima para ciclistas y conductores de coches y motos. En todas las Islas Baleares se han establecido decenas de rutas secundarias para los ciclistas en las que se exige circulaci¨®n lenta a los coches. Otras v¨ªas tienen carriles exclusivos laterales.
Pero los ciclistas aficionados tienen tendencia a querer emular las grandes cl¨¢sicas, las carreras o etapas que disputan deportistas profesionales o amateurs. As¨ª, usan carreteras generales en rutas abiertas al tr¨¢fico rodado o ascienden peque?as colinas en v¨ªas en zig-zag.
Estos d¨ªas del puente de mayo decenas y decenas de pelotones e hileras improvisados sortean dificultades y coches en las rutas insulares. En las islas existen varias decenas de hoteles tur¨ªsticos que disponen de ofertas y equipamientos especializados para grupos de ciclistas. Con talleres para las m¨¢quinas de dos ruedas y pedales, men¨²s especiales y salas de reanimaci¨®n. En muchas plazas de pueblos se han dispuesto zonas de descanso para deportistas y aparcamientos para ciclistas. Tambi¨¦n se hallan en las rutas peque?os hitos, placas o ramos de flores que recuerdan algunas de las v¨ªctimas mortales.
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