Arriesguemos
Es momento en el PSOE de o¨ªr la voz directa de los afiliados y luego de los espa?oles
Alfredo P¨¦rez Rubalcaba comunic¨® el lunes su decisi¨®n de convocar un congreso extraordinario el 19 y 20 de julio. El se¨ªsmo no ha impedido el reconocimiento, respeto y afecto que se debe a quien ejerce su responsabilidad sin eludirla, asumi¨¦ndola. Lo hace en primera persona, ante un deterioro electoral que certifica cambios en el paisaje demogr¨¢fico, pol¨ªtico y cultural en la sociedad espa?ola que requieren como nunca del empe?o del PSOE para leerlos respondiendo con nueva carga de ox¨ªgeno, hambre de futuro, ambici¨®n.
No hay un segundo que perder. Pero hay que pensar un segundo antes de precipitarse a repetir lo ya ensayado. Einstein nos ense?¨® que s¨®lo hay una forma de obtener un resultado distinto de los que ya han fallado: y es no volver a hacer lo mismo. Atreverse, innovar, inventar cuando es preciso. Hacer algo diferente.
A partir de ah¨ª, un clamor: no basta con un congreso como los conocidos. Tras una dura campa?a ¡ªs¨ª, con recursos menguados, pero de enorme intensidad¡ª la militancia se asoma a un extenuante stress test ante la perspectiva de hacer listas de delegados m¨¢s identificadas por su afinidad a alguno de los candidatos en liza que con su ideolog¨ªa o proyecto, tras el debate concluido en la Conferencia Pol¨ªtica de 2013. M¨¢xime cuando las bases han interiorizado el compromiso de invitar a toda la ciudadan¨ªa a elegir, con el PSOE y para Espa?a, el pr¨®ximo mes de noviembre, a quien con mejor garant¨ªa pueda derrotar al PP en 2015. Primarias abiertas, s¨ª. Los ciudadanos exigen m¨¢s que nunca del PSOE coherencia. Entre lo que dice y lo que hace. Entre lo que predica y lo que practica. No hay vuelta atr¨¢s en la promesa de elegir directamente ¡ªpor cuantos m¨¢s, mejor¡ª nuestra candidatura a la presidencia del Gobierno, so pena de defraudar una oportunidad de movilizaci¨®n y motivaci¨®n formidable en torno a nuestras respuestas ante la desigualdad, la injusticia y los estragos de la desafecci¨®n.
Los estatutos del PSOE no admiten interpretaci¨®n para que la ciudadan¨ªa elija al secretario general. Corresponde, por derecho, al partido darse un l¨ªder por y entre sus afiliados. S¨ª que es posible, sin embargo, que el comit¨¦ federal abra el proceso que lleva al congreso extraordinario del modo m¨¢s transparente y participativo de entre los disponibles. As¨ª se ensay¨® en Galicia. Un militante, un voto. Directamente, en la urna. Por todos los afiliados, en sus agrupaciones. En un mismo d¨ªa en toda Espa?a, y con el censo m¨¢s amplio y m¨¢s extenso posible. Muchos lo hemos sostenido en ¨¦sta y en otras circunstancias: de Pedro Zerolo a ?scar L¨®pez. Las urnas, cuanto m¨¢s grandes, mejor.
No es el momento de los compromisarios, ni de una campa?a que divida el partido en todas sus estructuras y niveles territoriales. Lo es el de o¨ªr la voz directa de los afiliados, y luego de los espa?oles. Y confiar en su sentido para resintonizar con lo que se respira fuera, a nuestro alrededor. Es el comienzo de un cambio en nuestro modo de hacer cosas. Arriesguemos.
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