Una improvisaci¨®n necesaria

Creo que tiene pleno sentido, tanto pol¨ªtico como jur¨ªdico, el proteger a la persona de quien ha sido la m¨¢s alta magistratura del Estado durante a?os mediante su aforamiento ante el Tribunal Supremo. Por mucho que la opini¨®n, tanto la experta como la p¨²blica, sea hoy contraria con car¨¢cter general a la desmesurada extensi¨®n de los aforamientos en el sistema espa?ol, por implicar un trato distinto ante la ley que en muchas ocasiones deriva en un trato privilegiado, el caso del Rey reclama ese trato especial con toda justicia. Por no hablar de la prudencia, virtud m¨¢s importante a¨²n para la pol¨ªtica.

Vivimos en el mundo que vivimos, y la tentaci¨®n de llevar al juzgado de guardia al "ciudadano Borb¨®n" es demasiado fuerte como para que el sistema pol¨ªtico no la prevea e impida mediante la obligada remisi¨®n de cualquier querella a la sala segunda del Tribunal Supremo. Un sistema pol¨ªtico que no lo hiciera, que permitiera que el m¨¢ximo representante del Estado durante largos a?os pudiera ser objeto de pase¨ªllo al d¨ªa siguiente de abdicar, ser¨ªa simplemente irresponsable.

Otra cosa es constatar, con asombro, que tal medida no se ha adoptado desde hace a?os, con la m¨¢s plena normalidad jur¨ªdica. Que ni siquiera se aprovechara la modificaci¨®n sobre aforamientos que afectan a la familia real actualmente en curso en la Ley Org¨¢nica del Poder Judicial para incluir al exmonarca entre los aforados. Pura y simple imprevisi¨®n, o exceso de pudor cortesano al no querer siquiera sugerir que pudiera producirse una abdicaci¨®n. En cualquier caso, una imprevisi¨®n que obliga ahora al Gobierno a actuar chapuceramente y a establecer una norma de caso ¨²nico que siempre suena mal. Que sonar¨¢ mal ante la opini¨®n p¨²blica, como si se estuviera ya confesando que hay algo que tapar, y que suscitar¨¢ sin duda acres cr¨ªticas entre los diversos populismos hoy en boga, porque la verdad es que se les pone muy f¨¢cil.

Jos¨¦ Mar¨ªa Ruiz Soroa es abogado.