Felipe, ¨ªntimo
El nuevo Rey tiene una relaci¨®n c¨®mplice y especial con su madre, do?a Sof¨ªa Ha asumido un papel de mediador entre sus padres y cort¨® radicalmente con Urdangarin
En p¨²blico se muestra serio y algo t¨ªmido. En privado derrocha sentido del humor y calidez. Felipe de Borb¨®n y Grecia gana en las distancias cortas. Se parece a m¨¢s a su madre que a su padre. Pero do?a Sof¨ªa cree que en realidad a quien se asemeja es al rey Pablo, su abuelo materno, a quien no conoci¨®. La reina tiene debilidad por ¨¦l. Tanta que no ha dudado en varias ocasiones en afirmar: ¡°Estoy enamorada de mi hijo¡±. La relaci¨®n entre ambos es c¨®mplice y especial. Lo es desde que hace 46 a?os vino al mundo en la desaparecida cl¨ªnica madrile?a Nuestra Se?ora del Loreto. Ese d¨ªa su padre corri¨® por el pasillo gritando: ¡°?Ha sido un ni?o!¡±. Hab¨ªa llegado al mundo el heredero tras los nacimientos de las infantas Elena y Cristina.
Do?a Sof¨ªa siempre cri¨® a su hijo pensando en que alg¨²n d¨ªa ser¨ªa rey de Espa?a. Fiel a su compromiso con la Corona y empe?ada en que don Felipe ascendiera al trono, la Reina se ha mantenido fiel en su puesto. Horas despu¨¦s de que don Juan Carlos anunciara su intenci¨®n de abdicar, la Reina aseguraba: ¡°Todo va a seguir igual¡±. Era la manera que ten¨ªa de explicar que con su hijo en el trono la continuidad del proyecto mon¨¢rquico estaba asegurada. ¡°?l est¨¢ al tanto de todo¡±, a?ad¨ªa. Y es que el pr¨ªncipe de Asturias, aunque siempre ha dejado claro que no ten¨ªa ninguna prisa en heredar, est¨¢ preparado. ¡°A la orden¡± fue la respuesta que le dio a su padre cuando este le anunci¨® que hab¨ªa llegado su hora. Don Juan Carlos no quer¨ªa que su hijo se marchitara como Carlos de Inglaterra, que sigue esperando aunque ya ha cumplido la edad oficial de jubilaci¨®n.
Don Felipe ha sido pieza clave en los ¨²ltimos a?os en la familia. Ha ejercido de mediador entre sus padres y su voz se ha escuchado con fuerza cuando se ha analizado la repercusi¨®n que para la Corona ha tenido la imputaci¨®n de I?aki Urdangarin, por su implicaci¨®n en el caso N¨®os. El Pr¨ªncipe siempre ha sido rotundo y tanto en p¨²blico como en privado ha pedido que la justicia actuara. ?l ya lo hizo hace tiempo distanci¨¢ndose de la familia Urdangarin y Borb¨®n. Don Felipe pas¨® de pedirle a su cu?ado que se encargara de comprar el anillo de pedida para Letizia Ortiz de manera discreta en una joyer¨ªa de Barcelona a retirarle la palabra.
Los tres hermanos siempre se han llevado bien, pero entre Felipe y Cristina siempre hubo una relaci¨®n m¨¢s pr¨®xima por la similitud de sus caracteres. Ellos son m¨¢s parecidos a su madre. Elena es una Borb¨®n.
En el palacio de La Zarzuela, en familia, se habla en ingl¨¦s cuando est¨¢ la reina. Fue una norma que se impuso desde hace a?os en la casa con el objetivo de que el Pr¨ªncipe y las infantas obtuvieran un nivel de ingl¨¦s muy fluido. Con el Rey se comunican en castellano. A don Juan Carlos sus hijos le llaman el ¡°patr¨®n¡±, calificativo con el que ¨¦l tambi¨¦n se refer¨ªa a su padre, el fallecido conde de Barcelona. Un t¨¦rmino marinero que tambi¨¦n tiene que ver con la afici¨®n por la vela que comparte la familia.
En 1992, don Felipe conced¨ªa una entrevista a EL PA?S para hablar de su participaci¨®n en los Juegos Ol¨ªmpicos de Barcelona. Ser ol¨ªmpico es una tradici¨®n en su familia. Sus padres, los Reyes, lo han sido, su hermana Cristina tambi¨¦n, e incluso su t¨ªo Constantino de Grecia. ¡°Todos hemos navegado desde peque?os, quiz¨¢ eso te mueve a practicar m¨¢s y si tienes una opci¨®n de hacer alta competici¨®n lo intentas¡±. ?l lo logr¨® compartiendo equipo con Fernando Le¨®n. ¡°He hecho un poco de encaje de bolillos porque la gente que se dedica a preparar unos Juegos lo hace al ciento por ciento y varios a?os siempre. El ser aficionado tiene sus problemas¡±, explicaba. No solo fue ol¨ªmpico en el 92, sino que tambi¨¦n se convirti¨® en el abanderado del equipo espa?ol. Para el recuerdo queda aquella imagen emocionada de su hermana, la infanta Elena cuando le vio aparecer en el estadio Ol¨ªmpico durante la ceremonia de inauguraci¨®n. Ese d¨ªa don Felipe era la imagen del deporte espa?ol y tambi¨¦n la de una nueva Espa?a, m¨¢s moderna, que se presentaba renovada ante el mundo.
En 1992 ya se le adjudicaban novias a don Felipe. En aquella ¨¦poca se habla de su relaci¨®n con Isabel Sartorius. Pero tuvieron que pasar diez a?os para que conociera a Letizia Ortiz Rocasolano, la mujer del Telediario. Do?a Sof¨ªa fue la primera en percatarse de que algo estaba cambiando en la vida de su hijo, que desaparec¨ªa todos los d¨ªas cuando llegaba la hora del informativo. Pronto descubri¨® que la culpa de las ausencias la ten¨ªa la presentadora a quien hab¨ªa conocido en una cena en casa del periodista Pedro Erquicia.
La aparici¨®n de una profesional de la televisi¨®n divorciada supuso todo un tsunami en la vida de la familia real. Don Felipe estaba decidido a que esa vez nadie iba a interponerse en el camino de su felicidad. Ya cedi¨® con Isabel Sartorius, como m¨¢s tarde tuvo que hacer apartando de su vida a Eva Sannum. El Pr¨ªncipe apost¨® fuerte y gan¨®. Su madre fue una vez m¨¢s su c¨®mplice. Do?a Letizia lleg¨® al palacio de La Zarzuela en el invierno de 2003 para ser tutelada por la Reina. Ella le habl¨® de c¨®mo desempe?ar su papel y Letizia se lo agradeci¨® en p¨²blico el d¨ªa en que se hizo oficial el compromiso matrimonial. Una declaraci¨®n ya famosa de la princesa de Asturias porque el Pr¨ªncipe la interrumpi¨® y ella le pidi¨®: ¡°D¨¦jame acabar¡±.
Han pasado diez a?os del matrimonio de los pr¨ªncipes de Asturias. Ahora son padres de dos hijas, las infantas Leonor, de ocho a?os, y Sof¨ªa, de seis. Ellos son el futuro, los reyes del siglo XXI. Los que tienen por delante la tarea de dar un nuevo sentido a la monarqu¨ªa para que siga teniendo sentido su existencia.
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