Gestos y miradas c¨®mplices
Fue un acto corto, sencillo pero a la vez solemne Una ceremonia en la que el Rey dejaba el paso a su heredero
Fue un acto corto, sencillo pero a la vez solemne. Una ceremonia in¨¦dita en la casa real espa?ola, en la que el Rey dejaba el paso a su heredero. Ocurri¨® en el Sal¨®n de Columnas del Palacio Real. All¨ª don Juan Carlos rubric¨® su abdicaci¨®n en presencia de la reina Sof¨ªa, los que ser¨¢n los nuevos Reyes de Espa?a, sus hijas las infantas Leonor y Sof¨ªa; la infanta Elena y las hermanas del todav¨ªa Monarca, Pilar y Margarita, adem¨¢s del presidente de Gobierno, del Congreso, del Senado y representantes de los Poderes del Estado.
Don Juan Carlos no pronunci¨® ninguna palabra pero tuvo un gesto que ya se hab¨ªa anunciado. Una vez que hubo firmado el fin de su reinado regres¨® a su puesto de honor, pero cedi¨® su puesto a su hijo. Fue una manera sencilla de escenificar el relevo, el nuevo tiempo que acaba de comenzar. Antes pas¨® junto a la Reina que, de nuevo, le rob¨® un fugaz beso en la mejilla. Una imagen inusual entre los Reyes de Espa?a, ausentes desde hace a?os de muestras de cari?o. Solo se recuerda una en los ¨²ltimos tiempos. Sucedi¨® en septiembre. Los Reyes aguardaban la llegada de Guillermo y M¨¢xima de Holanda, que acud¨ªan a almorzar al palacio de La Zarzuela. Minutos antes don Juan Carlos hab¨ªa sido informado por los m¨¦dicos de que deb¨ªa someterse a una nueva operaci¨®n en la cadera. Un ayudante se lo cont¨® a do?a Sof¨ªa y ella, a llegar a su lado, le susurr¨® algo y le bes¨® fugazmente en la mejilla ante la sorpresa de los presentes.
M¨¢s emotivo ha sido el abrazo de este mi¨¦rcoles de don Juan Carlos a su hijo Felipe, desde ma?ana Felipe VI. Vestidos con traje oscuro, coincidieron en la elecci¨®n de la corbata: tonos brillantes, en rosa la del rey saliente, y en azul la del rey entrante. Ambos luc¨ªan en el ojal la m¨¢xima condecoraci¨®n, una versi¨®n simplificada del Tois¨®n de Oro. Luego lleg¨® una cerrada ovaci¨®n que humedeci¨® los ojos de don Juan Carlos y despu¨¦s los besos de sus nietas, Leonor, pr¨®xima princesa de Asturias, y Sof¨ªa. En ese cruce de afectos, el Rey sufri¨® un ligero traspi¨¦s y cay¨® sobre su asiento.
Do?a Letizia, que repiti¨® el traje de Felipe Varela que ya llev¨® el d¨ªa de la entrega del premio Cervantes el pasado mes de abril, no par¨® de aplaudir a su suegro que se olvid¨® de saludar a su nuera con alguna muestra de cari?o en p¨²blico. Pero la gran ignorada en la ceremonia del adi¨®s fue la infanta Cristina, desterrada de la agenda oficial de la familia real por la imputaci¨®n de su marido en el caso N¨®os. Ella, como millones de espa?oles, lo ha seguido por televisi¨®n.
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