¡°Juan Carlos es la imagen de la Espa?a bien hecha¡±

El ¨²ltima d¨ªa como Rey de Juan Carlos I, la figura que ha representado a Espa?a en Latinoam¨¦rica durante casi cuatro d¨¦cadas, se vivi¨® con expectaci¨®n en los medios de comunicaci¨®n mexicanos, que llegaron a retransmitir en directo el momento. En las calles de la Ciudad de M¨¦xico, el inter¨¦s era m¨¢s bien menor. La salida del hombre que representaba hasta hace poco la Espa?a institucional y democr¨¢tica a este lado del Atl¨¢ntico se ha visto como un relevo tranquilo y organizado, propio del paso del tiempo.

La ausencia de intrigas palaciegas no ha convertido la sucesi¨®n en un tema de debate recurrente en el Distrito Federal, una urbe que mira m¨¢s a Brasil con motivo del Mundial, o al Senado, donde se discute la apertura a la inversi¨®n extranjera del petr¨®leo nacional. El escritor Rafael P¨¦rez Gay considera que las noticias sobre la Corona no tiene mayor impacto social salvo la extra?eza que produce en una Rep¨²blica como la mexicana la figura de un Rey como algo elevado e importante. El cambio se observa con m¨¢s inter¨¦s en determinados c¨ªrculos, sobre todo aquellos conformados por espa?oles residentes o descendientes de espa?oles. "Para la ¨¦lite intelectual s¨ª tiene su peso y se considera un hecho relevante. Quien en muchos sentidos posibilit¨® la Transici¨®n cede el paso ahora a una nueva generaci¨®n. Todo esto ocurre en un momento muy dif¨ªcil para ¨¦l y para Espa?a", conviene P¨¦rez Gay.

La colonia espa?ola, cada vez m¨¢s importante en M¨¦xico por las expectativas de crecimiento de su econom¨ªa, ha seguido el asunto con inter¨¦s. M¨¦xico acogi¨® a los exiliados republicanos que hu¨ªan de la dictadura de Franco pero ahora recibe a espa?oles treinta?eros que siempre vivieron bajo el reinado de Juan Carlos I. "Es una buena noticia porque a estas alturas, y como estaba de deteriorada la instituci¨®n, el cambio era muy necesario. Juan Carlos fue un gran personaje y est¨¢ por ver si Felipe sabe estar a la altura y dota de sentido a una monarqu¨ªa sin su padre", opina el dise?ador gr¨¢fico zaragozano Antonio Sabater.

El estudioso de la historia latinoamericana Jaime Henao, regente de un bar, el Bolero, muy frecuentado por espa?oles en la colonia Roma, considera la sucesi¨®n un parteaguas: "En la realidad hist¨®rica es una sensaci¨®n dividida entre un grupo de latinoamericanos a los que les da igual y otro grupo que siente que hay una tutor¨ªa que hace falta". En opini¨®n de este colombiano, "la marcha de Juan Carlos puede producir en los segundos un sentimiento de orfandad".

Para el novelista e historiador H¨¦ctor Aguilar Cam¨ªn, el acontecimiento s¨ª significa mucho para M¨¦xico. Cree que no hay que olvidar que para Am¨¦rica Latina la construcci¨®n de la democracia espa?ola y la conducta del monarca en este proceso era una experiencia modelo, a estudiar e imitar. "Es la imagen de la Espa?a bien hecha y pr¨®spera. Todo eso est¨¢ en la imaginaci¨®n y en la memoria de los mexicanos", abunda. Aguilar Cam¨ªn invita a no quedarnos solo con los ¨²ltimos a?os m¨¢s bien decadentes del reinado: "Echadas todas las cuentas, son los mejores a?os de la historia de Espa?a. No en el sentido de imperio, sino como sociedad pr¨®spera y homog¨¦nea".

Al margen del f¨²tbol, la firma de Juan Carlos con la que se pone fin a su reinado tras 39 a?os acapar¨® el protagonismo medi¨¢tico. Una foto del monarca con la pluma en la mano abr¨ªa la p¨¢gina web del peri¨®dico Reforma. "Avala su decisi¨®n de ceder el trono a su hijo Felipe para renovar la instituci¨®n con el impulso de una nueva generaci¨®n", se le¨ªa en la noticia. El diario El Universal colocaba la informaci¨®n entre sus noticias m¨¢s destacadas y a?ad¨ªa una fotogaler¨ªa y un v¨ªdeo del evento. La Jornada arrinconaba el evento a mitad de su p¨¢gina web con una fotograf¨ªa del nuevo rey Felipe VI y todos los presidentes de la democracia espa?ola, Felipe Gonz¨¢lez, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar y Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, salvo los fallecidos Adolfo Su¨¢rez y Leopoldo Calvo Sotelo. Milenio televisi¨®n, una cadena dedicada casi por completo al seguimiento de la actualidad, retransmiti¨® en directo la r¨²brica de la ley de abdicaci¨®n. El tiempo de Felipe VI ha comenzado, tambi¨¦n en este lado del mundo.

La imagen de Espa?a

Entre los 400.000 espa?oles residentes en Argentina hay de todo, como no pod¨ªa ser de otra forma en la mayor colonia espa?ola del mundo. Est¨¢n los viejos gallegos que llegaron incluso antes de la guerra civil, abundan los argentinos hijos de espa?oles y hay tambi¨¦n cientos de j¨®venes que aterrizaron en los ¨²ltimos a?os. Pero dentro de esa diversidad, la mayor¨ªa de los consultados valora la conveniencia de que el pr¨ªncipe Felipe releve ahora a su padre como Jefe de Estado.

Pedro Bello, de 75 a?os, presidente de la Federaci¨®n de Sociedades Espa?olas en Argentina, que engloba a 170 instituciones federadas, destaca que el rey Juan Carlos se halla en ¡°plena lucidez¡± y al mismo tiempo, su hijo est¨¢ ¡°perfectamente formado¡± para asumir la jefatura de Estado. ¡°Desde que don Juan Carlos vino en su primera visita en 1978 no dej¨® de trabajar por Espa?a. Llegaba con empresarios y se firmaban convenios de colaboraci¨®n. Despu¨¦s tuvo un papel puntal en el golpe de Estado. Las personas mayores recordamos muy bien todo eso. Los j¨®venes, evidentemente, pueden estar descontentos por las circunstancia que atraviesa la econom¨ªa espa?ola, que les obliga a emigrar. Pero salir hoy de Espa?a es muy distinto de cuando salimos nosotros. La mayor¨ªa ten¨ªamos muy poca formaci¨®n, hab¨ªa un caudal muy grande de analfabetos. Hoy Espa?a tiene una juventud muy formada. Y ojal¨¢ se pueda trabajar juntos en levantarla¡±.

Jos¨¦ Benito L¨®pez Carballedo, de 80 a?os y presidente del Club Espa?ol, un instituci¨®n con162 a?os de historia, cree que si el Rey supo ¡°conducir una transici¨®n en paz¡± tambi¨¦n habr¨¢ estudiado ahora muy el proceso de cambio. ¡°En Espa?a siempre va a haber algunos que piensen distinto y que pidan una rep¨²blica. En eso consiste una democracia, en que siempre haya gente que piensa distinto. Pero yo creo que lo mejor para el pa¨ªs es la coronaci¨®n del pr¨ªncipe Felipe¡±.

En ese sentido se expresa tambi¨¦n Jos¨¦ Mar¨ªa Vila Al¨¦n, de 67 a?os y ex presidente del Centro de Galicia en Buenos Aires: ¡°El rey Juan Carlos siempre nos ha hecho sentir orgullosos de ser espa?oles y nos ha hecho quedar bien en Argentina. Yo he podido comprobar ese toque de admiraci¨®n que despierta en los dem¨¢s. Cada visita suya fue un acontecimiento de primera magnitud. Pero creo que la imagen de renovaci¨®n con el nuevo rey me parece muy oportuna¡±.

Entre los m¨¢s j¨®venes la diversidad de opiniones es m¨¢s patente. Diego Herchhoren, de 28 a?os, quien lleva cuatro a?os en Buenos Aires como analista de sistemas, ha impulsado una p¨¢gina de Internet en Argentina para reclamar un refer¨¦ndum sobre monarqu¨ªa o rep¨²blica. ¡°Las mayor¨ªas sociales que nos hemos incorporado a la lucha social en los ¨²ltimos a?os hemos puesto en evidencia la figura como del Rey como defensor de la democracia, cuando evidentemente no lo es. Se ha puesto de manifiesto que la Monarqu¨ªa no est¨¢ hecha para proteger los derechos sociales de los trabajadores o de los emigrantes¡±.

As¨ª se expresa tambi¨¦n la periodista Laura Saf¨®n, de 23 a?os, quien lleg¨® hace nueve meses a Buenos Aires, trabaja en un instituto de Econom¨ªa y es miembro de Podemos. ¡°Los espa?oles tenemos derecho a elegir nuestra sistema de Gobierno. Aunque se corone a Felipe, muchos espa?oles y exiliados vamos a seguir luchando porque impere la verdadera democracia¡±.

Por su parte, Santos Gast¨®n Juan, de 34 a?os, presidente de Asociaci¨®n de J¨®venes Descendientes de Espa?oles, con unos 10.000 registrado, prefiere aportar una opini¨®n m¨¢s intermedia: ¡°Dentro de nuestra organizaci¨®n hay quien apoya la monarqu¨ªa y quien est¨¢ en contra. Por eso ofrecemos una visi¨®n institucional. Para nosotros, la coronaci¨®n es la continuidad de un orden previsto en la Constituci¨®n espa?ola. Ahora bien: puedo decir que vemos con buenos ojos que el nuevo rey sea una persona joven, as¨ª le podr¨¢ imprimir una nueva din¨¢mica a la monarqu¨ªa¡±.