Alfredo recupera la qu¨ªmica
Rubalcaba comunic¨® a principios de a?o al rey Juan Carlos su decisi¨®n de abandonar la pol¨ªtica El Monarca le sorprendi¨® confi¨¢ndole su abdicaci¨®n
La noche antes de que anunciara su antepen¨²ltimo paso atr¨¢s de la primera l¨ªnea de la pol¨ªtica, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba empez¨® a leer Los cuerpos extra?os,la ¨²ltima novela negra de Lorenzo Silva, dedicada y regalada por su autor. Alfredo para los pr¨®ximos, Rubalcaba para el resto del mundo, hizo p¨²blico ayer que abandona el Congreso con la misma iron¨ªa con la que durante 21 a?os ha ejercido de diputado, la misma que siempre han jaleado los suyos y tanto ha molestado a los adversarios: ¡°Deseo que me echen tanto de menos como yo les voy a echar a ustedes¡±.
Rubalcaba (1951, Solares, Cantabria) vuelve a su puesto de profesor de Qu¨ªmica Org¨¢nica en la Universidad Complutense de Madrid que abandon¨® hace 32 a?os, a punto de cumplir 32, para incorporarse en diciembre de 1982 como jefe de Gabinete del entonces ministro de Educaci¨®n, Jos¨¦ Mar¨ªa Maravall. Una carrera que le llev¨® a ministro del ramo. De sus manos nacieron leyes como la Logse, la Ley de Reforma Universitaria y la Ley de la Ciencia. ¡°La de la Ciencia me la redact¨¦ yo solito y me siento muy, muy orgulloso de ella¡±, afirma.
Alfredo P¨¦rez Rubalcaba lleg¨® a la C¨¢mara baja en 1993, donde ha seguido como parlamentario en todas las legislaturas. Fue ministro de Educaci¨®n y Ciencia y de la Presidencia con Felipe Gonz¨¢lez, en cuya etapa final tuvo que lidiar con los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n y de los GAL. Negociador incansable, con gran capacidad de seducci¨®n en la distancia corta, volvi¨® al Gobierno en 2006 de la mano de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. Con ¨¦l fue vicepresidente, portavoz y ministro del Interior.
Rubalcaba condujo el proceso hacia el final de ETA con una combinaci¨®n de firmeza e inteligencia mientras aguantaba el chaparr¨®n diario de las v¨ªctimas y del PP, que lo acusaban de connivencia con la banda, de mu?ir el chivatazo del bar Fais¨¢n, de haber aprovechado el 11-M para facilitar el regreso del PSOE al poder. Unas acusaciones que siempre le han causado hondo dolor. Y justo antes de las generales de 2011, ETA confirmaba que abandonaba el terror. ?l siempre se ha sentido orgulloso de ser uno de los art¨ªfices principales del fin de la violencia. Pero nunca ha reivindicado en p¨²blico ni ese ¨¦xito ni otro que considera igualmente importante: la pol¨ªtica de seguridad vial, que ha logrado que las v¨ªctimas de tr¨¢fico se reduzcan a los niveles de los a?os sesenta.
Hace 15 d¨ªas, Rubalcaba, pol¨ªtico desde que se levanta hasta que se acuesta (e incluso en sue?os), tom¨® caf¨¦ con un amigo y compa?ero de la universidad al que le cont¨® que quer¨ªa volver a la facultad. Su entorno ya sab¨ªa desde hac¨ªa tres meses que quer¨ªa volver a ense?ar ¡ª¡°siempre he sido profesor¡±, suele decir¡ª. El todav¨ªa l¨ªder del PSOE considera que su etapa se ha acabado, especialmente tras los dos ¨²ltimos a?os, que califica de ¡°muy dif¨ªciles¡±. Los a?os en los que se le ha visto adelgazar m¨¢s, inclinarse ligeramente hacia adelante.
El v¨ªa crucis comenz¨® tras la dura derrota electoral en las generales de 2011 (a las que fue convencido de que iba a perder) y no se apacigu¨® tras el congreso que el PSOE celebr¨® en Sevilla en febrero de 2012, en el que fue confirmado como secretario general socialista. Su entorno asegura que fue ¡°forzado¡± por quienes no quer¨ªan que el partido quedara en manos de Carme Chac¨®n, a la que venci¨® solo por 22 votos.
Rubalcaba ten¨ªa decidido irse a primeros de a?o, y as¨ª se lo comunic¨® a Juan Carlos I. Pero este le confi¨® que estaba preparando su abdicaci¨®n. El socialista decidi¨® que su obligaci¨®n ¡ª¡°yo soy muy formalista¡±¡ª era seguir al frente del partido hasta que Felipe VI subiera al trono.
Entre medias lleg¨® el estrepitoso resultado de las elecciones europeas. Tir¨® la toalla al d¨ªa siguiente, pero decidi¨® quedarse y pilotar el partido hasta el cambio de l¨ªder, que se sustanciar¨¢ en el congreso que los socialistas celebrar¨¢n el 26 y 27 de julio. El pen¨²ltimo paso atr¨¢s.
Ahora le queda acabar el libro de Silva (el final de una trilog¨ªa sobre la corrupci¨®n), dar el relevo en el PSOE y seguir en el esca?o hasta la primera semana de septiembre. El antiguo velocista ya sabe que tendr¨¢ que reciclarse ¡ª ?cu¨¢nto ha cambiado la qu¨ªmica org¨¢nica? ¡°Me tengo que poner al d¨ªa¡±, responde¡ª y que no dar¨¢ clases hasta el segundo cuatrimestre del curso.
Le queda pasar las vacaciones en ese pueblo al lado de Llanes (Asturias) donde gusta de pasear y jugar a las cartas. Pol¨ªtico casi de nacimiento, seguir¨¢ ayudando al PSOE, y est¨¢ seguro de que deber¨¢ vivir con un recuerdo f¨ªsico permanente de su propia historia: la escolta. Pero se va satisfecho: ¡°Nunca cre¨ª que fuera a durar tanto, pero siempre he pensado que la decisi¨®n que tom¨¦ hace m¨¢s de 30 a?os mereci¨® la pena¡±, se ha despedido en Facebook.
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