Desde Rusia, a por el sol
La clase media rusa emigra en busca de un alto nivel de vida La comunidad ha crecido en Espa?a durante la crisis

Un grupo de ni?as de rostro p¨¢lido y coleta tirante abandona en tropel la clase de ballet de Inessa Sovga, antigua primera bailarina en San Petersburgo y ahora profesora de ballet en la Costa del Sol. Desembarc¨® en Espa?a hace cuatro a?os y dice que no cambiar¨ªa su nueva vida por nada. "Con este clima, todo es posible", sentencia en un lujoso club marbell¨ª en el que instruye a sus peque?as alumnas, la mayor¨ªa tambi¨¦n rusas.
Como Sovga, decenas de miles de rusos se han instalado en Espa?a en busca de sol y buena vida. Tambi¨¦n como ella, han elegido zonas de playa para vivir. La Costa del Sol, la Blanca y la Brava son los destinos preferidos de los que vienen de Rusia, el pa¨ªs con el mayor saldo migratorio positivo ¡ª3.327 personas¡ª, seg¨²n las cifras de migraciones provisionales publicadas esta semana por el Instituto Nacional de Estad¨ªstica. Es una comunidad relativamente peque?a, ¡ª61.513 personas¡ª, pero que no ha dejado de crecer durante la crisis, cuando inmigrantes de medio mundo hac¨ªan las maletas. Los datos del padr¨®n indican que la comunidad rusa se ha duplicado en diez a?os.
El perfil de los que vienen ha ido cambiando al comp¨¢s de los vaivenes econ¨®micos espa?oles. Cada vez menos rusos con pocos recursos vienen a trabajar a un pa¨ªs que tiene poco empleo que ofrecer y cada vez m¨¢s pudientes llegan atra¨ªdos por las posibilidades de inversi¨®n que ofrece un pa¨ªs que ha colgado el cartel de "se vende" y en el que con dinero se puede disfrutar de una vida placentera. Como en el caso de los chinos, los profundos cambios de la econom¨ªa global, entre ellos el ascenso de la clase media emergente, han acabado por cristalizar tambi¨¦n en nuestras costas.
Mosc¨² espera adem¨¢s un fuerte incremento de emigraciones a Espa?a. Muchos rusos vienen como turistas y la experiencia les anima a quedarse. En 2013 lleg¨® un mill¨®n y medio de turistas rusos; una cifra que crece en 300.000 personas al a?o. La probabilidad de que algunos de ellos acabe convertido en residente, se multiplica, calcula Alexander Korchagin, agregado de prensa y cultura de la Embajada de Rusia en Madrid. La mayor¨ªa de los que llegan son mujeres ¡ªal menos el 60%¡ª y parte de ellas son solteras o divorciadas que se casan con espa?oles. Forman una comunidad muy activa, organizada en asociaciones culturales, donde los ni?os aprenden ruso, m¨²sica, baile y fortalecen los lazos con el pa¨ªs de sus padres.
Los llamados turistas residenciales, que trabajan en Rusia pero viven buena parte del a?o en Espa?a, van ganando terreno. Un perfil cl¨¢sico es el del empresario que compra una casa en la costa, en la que se instalan la mujer y los hijos. El marido va y viene y dirige sus empresas a distancia desde la villa costera. Dimitry Matveev, al frente de un importante despacho de abogados en Mosc¨² es uno de ellos, con casa y familia cerca de Gand¨ªa. "Lo ¨²nico malo son las cinco horas de vuelo. Todo lo dem¨¢s es fant¨¢stico. La comida, el mar la cultura", cuenta por tel¨¦fono durante un atasco camino del aeropuerto de Mosc¨².
Si en lugares de la Costa Blanca como Torrevieja se asienta la clase trabajadora, la Costa del Sol es el destino preferido de los pudientes y Marbella, su meca. Aqu¨ª vienen a ver y a dejarse ver. Pero tambi¨¦n cada vez m¨¢s a invertir y a residir. Aqu¨ª, el mercado ruso es la novia deseada de los empresarios locales, que deben contar con un ruso parlante en sus filas si aspiran a prosperar. Los carteles en cir¨ªlico forman parte del paisaje. En los supermercados no faltan los pasillos con alcoholes y embutidos importados y desde M¨¢laga, hay vuelos directos casi a diario a Mosc¨².
Alexander Surgutanov es un reflejo del poder¨ªo ruso en la Costa del Sol. Dirige dos peri¨®dicos ¡ªimprimen 14.000 ejemplares de cada uno¡ª, una revista y tres webs dirigidas a los rusos en Espa?a y radicado en Fuengirola. Sus publicaciones deben ser una de las pocas que gozan de buena salud en la prensa escrita mundial. En ellas se anuncia todo aquel que quiera seducir al mercado ruso. "Los rusoparlantes suelen invertir en Espa?a, crean puestos de trabajo. El principal negocio es el inmobiliario". Surgutanov lleva 15 a?os aqu¨ª y ha sido testigo del crecimiento de su comunidad. "Hay una poblaci¨®n flotante que no aparece en las estad¨ªsticas y que crece un 30% cada a?o".
Sergei Sinichkin, director comercial de la inmobiliaria Drumelia, abre las puertas de su despampanante oficina en una urbanizaci¨®n de lujo a las afueras de Marbella. Esta oficina provisional rodeada de palmeras y buganvillas ha sido construida para lanzar una promoci¨®n de 14 viviendas de tres millones de euros cada una. Sinichkin cuenta que si antes ven¨ªa gente de Mosc¨² o San Petersburgo, "ahora llegan de toda Rusia, de Vladivostok y hasta de Kamchatka (Siberia)", dice este corpulento empresario, que trufa sus frases con chistes y grandes risotadas. "Los espa?oles y los rusos tenemos el mismo sentido del humor".
Sinichkin, cree que las autoridades espa?olas han hecho un buen trabajo endureciendo la lucha contra el blanqueo de capitales. La reputaci¨®n de Marbella como refugio de la mafia rusa es algo de lo que reniega buena parte de la comunidad que lucha por combatir el estigma. La prensa local aparece salpicada con cierta frecuencia de noticias de tiroteos, detenciones de mafiosos y redes de blanqueo. Sinichkin es de los que sostiene que la situaci¨®n ha mejorado mucho, pero tambi¨¦n que en su campa?a por instaurar la ley y el orden, las autoridades espa?olas "imponen una excesiva carga burocr¨¢tica a los inversores, que puede llegar a desincentivar a los clientes". El dinero de sus millonarios, asegura Sinichkin, llega limpio como el jaspe.
Unos kil¨®metros m¨¢s all¨¢, atravesando la llamada milla de oro, se encuentra Puerto Ban¨²s, el epicentro de la burbuja marbell¨ª. Es el lugar que eligi¨® Slav Dom (la Casa eslava) para poner en pie un grupo empresarial compuesto por un restaurante, alquiler de coches, de viviendas, servicios de mantenimiento, limpieza... todo dirigido a rusoparlantes. "Estamos en continuo crecimiento", explica Masha Delendik, la directora comercial en su restaurante, en el que sirven agua mineral georgiana. "Los que vivimos en Espa?a hemos cambiado a lo largo de los a?os. Ahora somos una comunidad mucho m¨¢s grande, pero sobre todo m¨¢s unida y con una autoestima colectiva m¨¢s potente", piensa esta joven.
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