¡°Si matan a tu hermana, esperas que haya un juicio¡±
El carpetazo a la justicia universal afecta a personas que perdieron familiares o sufrieron torturas
Una rebeli¨®n ¡ªla de casi todos los jueces de instrucci¨®n de la Audiencia Nacional¡ª, una peligrosa laguna legal ¡ªla que ha permitido liberar a medio centenar de narcos¡ª y un agradecimiento ¡ªel del Gobierno chino¡ª. Es lo que ha provocado, de momento, la reforma del Gobierno para finiquitar el principio de jurisdicci¨®n universal modificando la ley para que solo puedan investigarse en la Audiencia causas por genocidio, cr¨ªmenes de guerra o torturas cuando los responsables sean espa?oles, residan en Espa?a o sean extranjeros cuya extradici¨®n haya sido denegada por autoridades espa?olas.
Cr¨ªmenes horrendos cometidos en lugares remotos como Irak, China, T¨ªbet, El Salvador o Ruanda acabaron en el despacho de un juez espa?ol porque sus v¨ªctimas pidieron justicia en la Audiencia Nacional, el tribunal desde el que se hab¨ªa ordenado detener al dictador chileno Augusto Pinochet. Las v¨ªctimas espa?olas acudieron a la Audiencia por entender que la justicia de su pa¨ªs perseguir¨ªa, all¨ª donde estuvieran, a los asesinos de sus compatriotas. Y las v¨ªctimas extranjeras lo hicieron porque en muchos casos era su propio pa¨ªs al que denunciaban, porque ese pa¨ªs no reconoce y por tanto no se somete al Tribunal Penal Internacional, porque no ten¨ªan otro sitio al que acudir.
Los jueces que han criticado con dureza la reforma ¡ª ¡°chapucera¡±, ¡°il¨®gica¡±, ¡°inconstitucional¡±¡ª pelean por mantener abiertas sus causas considerando los delitos como terrorismo o interpretando que prevalecen los tratados firmados por Espa?a, como el Convenio de Ginebra. Las v¨ªctimas pelean para no caer en el olvido. Este es su testimonio.
T.? Wangchen (T¨ªbet): ¡°China tiene a todos comprados¡±. El d¨ªa que desde la Audiencia Nacional se orden¨® detener al expresidente de China Jiang Zemin y otros cinco dirigentes del partido comunista chino por genocidio, torturas y cr¨ªmenes de lesa humanidad en T¨ªbet, Thubten Wangchen, tibetano, no se permiti¨® hacerse ilusiones. ¡°S¨¦ c¨®mo es China, sab¨ªa que responder¨ªan¡±. El pa¨ªs asi¨¢tico, que tiene el 20% de la deuda espa?ola, se apresur¨® a trasladar su malestar, y el partido en el Gobierno, el PP, se dio m¨¢s prisa a¨²n en impulsar una ley que forzara el archivo del caso. La reforma se public¨® en el BOE el pasado 14 de marzo, tras un procedimiento sumar¨ªsimo, sin consulta al Consejo de Estado o al Poder Judicial.
Wangchen esperaba ¡°las presiones de China¡±, pero confiaba en que ¡°el pa¨ªs que se hab¨ªa atrevido a perseguir a Pinochet¡± no cediera a ellas. La causa, abierta en 2008, persegu¨ªa a responsables de m¨¢s de 200 muertes, 1.000 heridos y 5.972 detenciones ilegales consideradas un crimen de lesa humanidad, pero fue archivada el pasado 23 de junio por la reforma del Gobierno. ¡°Estoy muy decepcionado. ?C¨®mo un pa¨ªs libre, democr¨¢tico, ha dejado que China le diga lo que tiene que hacer? ?Han cambiado derechos humanos por dinero! China tiene a todos comprados¡±.
Wangchen ten¨ªa cinco a?os cuando China invadi¨® T¨ªbet, en 1959. ¡°Mi padre me dijo: ¡®Mam¨¢ ha muerto¡¯. Los chinos la hab¨ªan fusilado. Mataron a muchas mujeres porque las ve¨ªan como f¨¢bricas de hacer tibetanos. Mi madre estaba entonces embarazada¡±. La familia huy¨® caminando por el Himalaya hasta Nepal. ¡°Dorm¨ªamos en la calle y com¨ªamos de lo que nos daban. Finalmente, el Dalai Lama pidi¨® a India que ayudara a los ni?os tibetanos y nos llevaron a la escuela. Con 16 a?os me hice monje y me prepar¨¦ con el Dalai Lama, lo mejor de mi vida¡±.
Wangchen lleva 32 a?os en Espa?a y tiene la nacionalidad desde 1996. ¡°En Katmand¨² conoc¨ª a unos hippies espa?oles que ven¨ªan a buscar drogas y a los que ense?¨¦ a meditar. Me invitaron a Espa?a y finalmente me qued¨¦. Este pa¨ªs me ha decepcionado, pero no pierdo la esperanza. El Gobierno espa?ol cambiar¨¢ y China no va a callarnos¡±, asegura.
Zhao (China): ¡°Las torturas no eran para que hablara, sino para que sufriera¡±. Tambi¨¦n ha sido archivada la querella contra China por genocidio y torturas a los practicantes del movimiento espiritual Falun Gong, presentada en 2004. ¡°Espa?a tiene la responsabilidad y la obligaci¨®n de perseguir estos cr¨ªmenes y defender los derechos humanos porque puede hacerlo: es un pa¨ªs democr¨¢tico, tiene los medios y la experiencia y China no¡±, afirma Zhao Fenghua, de 46 a?os, torturada por practicar Falun Gong. ¡°China lo prohibi¨® en 1999 ¡ªlo considera un ¡°culto diab¨®lico¡±¡ª porque se asust¨® de que tanta gente creyera en otra cosa que no fuera el Partido Comunista. As¨ª empez¨® la persecuci¨®n¡±. Zhao asegura que pagaban 120 d¨®lares (el sueldo de un mes) por delatar a seguidores del movimiento.
A ella la detuvieron dos veces. ¡°La primera en 1999. Nos intentaban lavar el cerebro con v¨ªdeos y nos obligaban a trabajar horas y horas fabricando objetos para exportaci¨®n, en mi caso, flores de pl¨¢stico¡±, recuerda.
El segundo arresto, asegura, estuvo a punto de matarla. Fue en 2003. ¡°Ped¨ª que me liberaran porque no hab¨ªa cometido ning¨²n delito e inici¨¦ una huelga de hambre. Entonces empezaron las torturas: no para que hablara, sino para que sufriera. Cada d¨ªa cuatro presos me inmovilizaban y otra presa me met¨ªa una sonda muy gruesa por la nariz para inyectarme comida. Yo sent¨ªa que me ahogaba. Lo hac¨ªan de una forma tan brusca que cada vez sangraba por la nariz y vomitaba. Despu¨¦s me llevaban a una celda aislada y me encadenaban con esposas y una anilla al suelo de tal forma que no pod¨ªa ni sentarme ni ponerme de pie. Era imposible dormir. Dej¨¦ la huelga de hambre. Hab¨ªa o¨ªdo que una chica muri¨® ahogada mientras le hac¨ªan lo que a m¨ª¡±.
Poco despu¨¦s, fue trasladada al campo de reeducaci¨®n y trabajos forzados con otros practicantes de Falun Gong. ¡°Un polic¨ªa me oblig¨® a firmar un papel en el que dec¨ªa que iba a estar tres a?os en ese campo. Estaba tan d¨¦bil que me trasladaron en camilla. Los del campo de trabajo no me aceptaron porque tem¨ªan que muriera all¨ª. Discutieron mucho con el polic¨ªa que me hab¨ªa llevado. Finalmente, me liberaron¡±.
Durante todo ese tiempo, Zhao no vio a un abogado. Tampoco tuvo un juicio pese a que pretend¨ªan privarla tres a?os de libertad. El llamado ¡°sistema de reeducaci¨®n por el trabajo¡± permite a la polic¨ªa china encarcelar sin ning¨²n proceso judicial a prostitutas, drogadictos, activistas, disidentes y practicantes de Falun Gong. El Ministerio de Justicia chino aseguraba que hab¨ªa 160.000 personas internadas en 350 centros de este tipo en 2008. La televisi¨®n p¨²blica eleva esa cifra a 310.000.
Familia Couso. ¡°Fue un crimen de guerra¡±. ¡°A ver qu¨¦ zancadilla nos viene ahora. Ya estamos preparados¡±, asegura Maribel Permuy, madre de Jos¨¦ Couso, el c¨¢mara de Telecinco muerto por un misil estadounidense el 8 de abril de 2003 en Bagdad, durante la guerra de Irak. El pleno de la sala de lo penal acaba de avalar al juez Santiago Pedraz para que siga investigando el caso, pero 11 a?os de lucha han ense?ado a esta familia a no hacer grandes celebraciones cuando dan pasos adelante ¡ªcomo la orden de detenci¨®n de 2005 contra tres militares estadounidenses¡ª y sobre todo a no hundirse ante esos reveses que Permuy llama zancadillas ¡ªcomo el descubrimiento, en 2010, de los cables de Wikileaks que revelaban la maniobra de EE UU con las autoridades espa?olas para cerrar la causa¡ª. ¡°Nos han archivado el caso varias veces pero la querella sigue viva. Y nunca vamos a tirar la toalla. Iremos al Constitucional, a Estrasburgo hasta que se celebre un juicio justo por la muerte de mi hijo, que fue un crimen de guerra¡±.
Sabela Couso habl¨® con su hermano tres d¨ªas antes de que lo mataran. ¡°Le re?¨ª por unas im¨¢genes suyas que hab¨ªa visto en el informativo y que estaban grabadas en la calle. ?l me dijo: ¡®No te preocupes porque ahora vamos a grabar todo en el hotel, donde nos han dicho que tenemos que estar. Ah¨ª estamos seguros¡¯. Nuestro miedo y el suyo era a un fuego cruzado. No se nos pasaba por la cabeza que EE UU le disparara¡±. La ma?ana que le mataron, recuerda su madre, ¡°los americanos atacaron tambi¨¦n Al Yazira y muri¨® otro periodista¡±.
Couso no muri¨® en el acto. Mientras se desangraba, todav¨ªa consciente, le dijo a su compa?ero Jon Sistiaga: ¡°Ha sido el tanque americano¡±. Llevaba toda la ma?ana grab¨¢ndolo, as¨ª que vio c¨®mo se giraba, apuntaba y disparaba al hotel. ¡°Todo eso est¨¢ grabado¡±, recuerda Maribel. ¡°Desde aquel d¨ªa tengo que dormir con la radio para intentar borrar esa imagen de mi hijo ensangrentado, arrastrado con un colch¨®n por los periodistas, pidi¨¦ndoles que le tapen la cara para que sus hijos no le vieran as¨ª¡±. Los ni?os ten¨ªan entonces 3 y 6 a?os. El mayor empieza ahora la universidad. Los responsables del disparo que mat¨® a su padre han hecho caso omiso de la orden de detenci¨®n de la justicia espa?ola. ¡°?Antes se helar¨¢ el infierno!¡±, respondi¨® un funcionario estadounidense cuando le preguntaron si ir¨ªan a declarar a Espa?a.
Maribel acaba de reunirse con todos los grupos parlamentarios. ¡°Les dije que si fuera la madre de una v¨ªctima de ETA estar¨ªan todos a mi lado, pero como no lo soy, mi hijo Jos¨¦ es un muerto de segunda¡±. Tiene mala experiencia con los pol¨ªticos. ¡°Trillo me llam¨® para decirme que el cuerpo de mi hijo ya hab¨ªa salido de Bagdad. Los periodistas fueron a la morgue, abrieron los sacos y comprobaron que Jos¨¦ segu¨ªa all¨ª. Hicieron una colecta para comprar hielo y que su cuerpo no se descompusiera¡±, relata Maribel. ¡°Lo m¨¢s satisfactorio de esta lucha ha sido esa solidaridad. Toda la gente an¨®nima que ven¨ªa a apoyarnos en las protestas ante la embajada de EE UU y que despu¨¦s de tantos a?os de ver sus caras y recibir sus abrazos forma parte de ti¡±.
Sirera (Ruanda).¡°Se hicieron la foto ante el cuerpo de mi hermana. Luego se olvidaron¡±. ¡°Cuando matan a alguien de tu familia esperas que haya un juicio. Todos tenemos una idea de lo que es justo. Hasta los ni?os saben diferenciar lo que est¨¢ bien de lo que est¨¢ mal. El Gobierno sabe que esta reforma motivada exclusivamente por intereses econ¨®micos est¨¢ mal, pero le da igual. Eso s¨ª, cuando repatriaron el cuerpo de mi hermana, los pol¨ªticos, en concreto Matutes y Gallard¨®n, bien que fueron a hacerse la foto. Despu¨¦s se olvidaron¡±, critica Jos¨¦ Mar¨ªa Sirera, hermano de Mar¨ªa Flors, asesinada en Ruanda en 1997. Ten¨ªa 33 a?os.
La causa abierta en la Audiencia Nacional por el genocidio de Ruanda es otra de las que corre peligro. Se present¨® en 2005 e inclu¨ªa a nueve v¨ªctimas espa?olas, entre ellas Flors Sirera, enfermera asesinada el 18 de enero de 1997 con otros dos cooperantes espa?oles de M¨¦dicos del Mundo, Luis Valtue?a y Manuel Madrazo.
Mahmud S. Daf (S¨¢hara). ¡°El juez me dijo: ¡®Esperemos que nos dejen trabajar¡±. Un equipo de forenses espa?oles recuper¨® en septiembre de 2013 de dos fosas comunes en el S¨¢hara los restos de ocho fusilados en 1976. Entre ellos, el padre y el hermano de 14 a?os de Mahmud Selma Daf, quien se sum¨® a la querella por genocidio al pueblo saharaui interpuesta contra Marruecos en 2006. El juez Baltasar Garz¨®n se declar¨® competente para investigar la causa en 2007 y su sustituto, Pablo Ruz, la mantiene abierta. ¡°Me tom¨® declaraci¨®n el pasado 12 de febrero. Fue muy emocionante que un juez me escuchara. Al terminar me dijo: ¡®Esperemos que nos dejen trabajar¡±.
Mahmud ten¨ªa cuatro a?os cuando su padre y su hermano desaparecieron. ¡°Mi madre nunca se recuper¨®. Cada noche se despertaba gritando: ¡®?D¨®nde est¨¢ mi hijo?, ?Qu¨¦ han hecho con mi marido?¡±, recuerda. Un testigo que hab¨ªa presenciado las ejecuciones permiti¨® localizar la fosa. Y una prueba de ADN demostr¨® que los restos pertenec¨ªan al padre y al hermano de Mahmud.
¡°Espa?a tiene una responsabilidad en el S¨¢hara. Y un pa¨ªs democr¨¢tico que ha sido la marca de la defensa de los derechos humanos no puede, de la noche a la ma?ana, cambiar una ley por intereses econ¨®micos¡±, lamenta.
C.Mart¨ªn-Bar¨® (El Salvador) ¡°Ya no tengo fuerzas¡±. El 16 de noviembre de 1989 fueron asesinados por militares salvadore?os seis jesuitas (cinco espa?oles) y dos mujeres. En 1990 se celebr¨® en El Salvador un juicio: solo dos de los 14 procesados fueron condenados y una ley de amnist¨ªa los dej¨® en libertad poco despu¨¦s. En enero de 2009, la Audiencia Nacional admiti¨® una querella contra los responsables. En 2011, el juez Velasco proces¨® a 20 cargos militares salvadore?os por la matanza, incluido el entonces ministro de Defensa. En 2014, el Gobierno espa?ol aprob¨® de urgencia una ley para cerrar investigaciones de este tipo. El juez la mantiene abierta, por asesinato terrorista. Pero todo este proceso ha desanimado a la familia del jesuita Nacho Mart¨ªn-Bar¨®. ¡°Ya no tengo fuerzas¡±, explica su hermana Cristina.
¡°Mi hermano ten¨ªa 17 a?os cuando lleg¨® a El Salvador¡±, recuerda. Cuando lo mataron, acababa de cumplir 47, era vicerrector de la Universidad Centroamericana e Ignacio Ellacur¨ªa, asesinado con ¨¦l ese d¨ªa, el rector. ¡°Algunos de los asesinos hab¨ªan sido alumnos suyos¡±. A Cristina le gustar¨ªa que los responsables fueran ¡°juzgados en Espa?a¡±, pero admite que tiene pocas esperanzas.
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