Londres ampl¨ªa el contencioso sobre las aguas del Estrecho de Gibraltar

El Gobierno espa?ol cree que su hom¨®logo brit¨¢nico est¨¢ sobreactuando en el conflicto de Gibraltar, inventando incidentes donde no los hay y creando tensiones innecesarias con un pa¨ªs aliado por razones de pol¨ªtica interna. El director general de Pol¨ªtica Exterior, Ignacio Yb¨¢?ez, recibi¨® este viernes durante media hora al embajador brit¨¢nico en Madrid, Simon Manley, para trasladarle su ¡°m¨¢s en¨¦rgica protesta y malestar¡± por la forma en que Londres ha tratado el supuesto incidente protagonizado por el patrullero espa?ol Tagomago en aguas del Estrecho de Gibraltar el pasado d¨ªa 16.

El jueves, el Foreign Office convoc¨® al embajador espa?ol en Londres, Federico Trillo, para quejarse de la ¡°provocativa¡± actuaci¨®n de la Armada espa?ola, que habr¨ªa intentado desviar de su ruta a dos buques con origen o destino en el puerto de Gibraltar que se encontraban en aguas internacionales, lo que a su juicio constituir¨ªa una violaci¨®n de los convenios sobre libertad de navegaci¨®n y un ¡°c¨ªnico intento de perjudicar a la econom¨ªa gibraltare?a¡±.

El Ministerio espa?ol de Asuntos Exteriores asegur¨® que lo que el Reino Unido calificaba como ¡°incidente¡± no fue en realidad sino la actuaci¨®n rutinaria de un buque de la Armada espa?ola en sus aguas de soberan¨ªa. ¡°El Plan Permanente de Vigilancia y Seguridad Mar¨ªtima establece que los buques de pabell¨®n extranjero fondeados, parados o cuyos movimientos no se ajusten a patrones de navegaci¨®n convencionales, y por tanto vulnerando el derecho de paso inocente, sean invitados a salir de aguas territoriales¡±, explic¨® el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperaci¨®n en una nota.

Los barcos que fueron invitados a abandonar la zona por parte del patrullero Tagomago eran el granelero Sfakia Wave, con bandera chipriota, y el gasero Soyo, con pabell¨®n de Bahamas.

Tanto Espa?a como el Reino Unido los ubicaron aproximadamente en la misma zona ¡ªa 8.5 millas n¨¢uticas al este de Gibraltar, seg¨²n la versi¨®n brit¨¢nica, y a entre 7 y 9 millas de la cara levante del Pe?¨®n, seg¨²n la versi¨®n espa?ola¡ª, la diferencia es que la primera considera que esta ¨¢rea forma parte de sus aguas territoriales y el segundo, de las aguas internacionales.

Se trata, en realidad, de un efecto colateral de la disputa sobre las aguas que rodean Gibraltar. Espa?a solo reconoce como brit¨¢nicas las aguas interiores del puerto, mientras que Londres extiende su jurisdicci¨®n hasta las tres millas al este y sur del Pe?¨®n (y hasta la mitad de la bah¨ªa de Algeciras). Este es el conflicto ya conocido y el que ha dado lugar a m¨²ltiples incidentes entre las patrulleras de la Guardia Civil y de la polic¨ªa gibraltare?a en el ¨²ltimo a?o.

Exteriores cree que el Foreign Office magnifica los incidentes en Gibraltar por razones de pol¨ªtica interna

Pero no es el ¨²nico contencioso que afecta a las aguas del Estrecho. El ¨²ltimo encontronazo diplom¨¢tico ha puesto de manifiesto que Londres no reconoce tampoco la soberan¨ªa espa?ola en una amplia zona de mar situada entre las tres y las doce millas al Este del Pe?¨®n; es en esta ¨¢rea donde se encontraban el Tagomago y los dos buques.

En realidad, el conflicto existe desde hace mucho tiempo (EL PA?S reproduce un mapa de la versi¨®n brit¨¢nica de las aguas del Estrecho que data de 1999). ?Por qu¨¦ surge ahora? Madrid cree que Londres act¨²a por razones de pol¨ªtica interna y recuerda el reciente informe de la Comisi¨®n de Exteriores de la C¨¢mara de los Comunes que ped¨ªa a C¨¢meron una actitud ¡°m¨¢s dura¡± hacia Espa?a en el contencioso de Gibraltar. Desde que gobierna el PP, el Foreign Office ya ha convocado cinco veces a Trillo. Ayer, el Ministerio espa?ol de Exteriores record¨® que convocar al embajador es ¡°un acto muy serio que debe reservarse para situaciones de especial gravedad¡± y que ¡°las reiteradas convocatorias al embajador de Espa?a en Londres por supuestos incidentes que, entre amigos y aliados deber¨ªan ser tratados de forma diferente, establece una din¨¢mica diplom¨¢tica inadecuada¡±.

El Ministerio de Exteriores asegur¨® que ¡°es contrario a este tipo de escaladas¡± pero, al final, hizo lo mismo que el Foreign Office: convocar al embajador brit¨¢nico para quejarse.