La confianza de los espa?oles en la UE bate su m¨ªnimo hist¨®rico

La desconfianza de los espa?oles en las instituciones comunitarias alcanza su suelo hist¨®rico. Las dificultades de la Uni¨®n Europea (UE) en hacer frente de la crisis econ¨®mica que asola la periferia desde finales de 2008 se traduce en desapego a Bruselas: a principios de junio, cuando se realiz¨® el Eurobar¨®metro que este viernes publica el Ejecutivo comunitario, el 79% de los espa?oles dec¨ªan no confiar en el trabajo de la UE frente a un 16% que daban su visto bueno. El 5% restante prefer¨ªa no opinar. Estos datos, los peores de toda la serie hist¨®rica, sit¨²an a Espa?a como el pa¨ªs que menos conf¨ªa en Europa de entre los 28 Estados miembros, 15 puntos porcentuales por debajo de la media comunitaria y en un nivel similar al de Reino Unido, donde el poso del euroescepticismo ha quedado de relieve en las ¨²ltimas elecciones europeas.

El apoyo de los espa?oles al proyecto europeo, como el resto de indicadores de confianza en las instituciones, ha seguido un camino paralelo al de los datos macroecon¨®micos. En la primavera de 2008, cuando la palabra crisis a¨²n no hab¨ªa hecho acto de presencia en el lenguaje de la calle, la UE inspiraba confianza a dos de cada tres espa?oles y el 65% de los consultados ve¨ªa positivamente la pertenencia de Espa?a al club comunitario. Dos a?os despu¨¦s, cuando Espa?a ya se encontraba inmersa en la mayor recesi¨®n de la democracia y la tasa de paro rozaba el 20%, el desaliento de la ciudadan¨ªa empez¨® a hacer mella en la confianza en Europa y solo el 43% de los encuestados afirmaba creer en el proyecto com¨²n; un nivel excepcionalmente bajo en perspectiva hist¨®rica pero a¨²n superior a la media europea.

Siguiendo esta l¨®gica aritm¨¦tica ¡ªa mayor profundidad de la recesi¨®n y el desempleo, menor confianza en las instituciones¡ª la situaci¨®n actual, tras seis a?os de destrucci¨®n de riqueza y con una tasa de paro que triplica los niveles previos a la crisis, entra dentro de lo imaginable. Entre enero y junio, la desconfianza de los espa?oles hacia las instituciones comunitarias ha ca¨ªdo cinco puntos porcentuales (del 21% al 16%). En el mismo per¨ªodo, el nivel de desafecto se ha disparado un 8% (del 71% al 79%).

En el resto de Europa, incluso en los pa¨ªses que menos han sufrido los rigores de la recesi¨®n, los datos siguen sin arrojar buenas noticias para el futuro del proyecto europeo. Sin embargo, la sangr¨ªa da muestras de haberse frenado en el 31% de apoyo. Las mejores cifras de adhesi¨®n se corresponden con dos Estados de reciente incorporaci¨®n a la UE: Ruman¨ªa (que entr¨® en el club comunitario en 2007) y Lituania (2004), ambas con un 58%. A continuaci¨®n, Malta (52% de respaldo), Bulgaria (50%) y Estonia (50%), cierran la lista de Estados miembros en los que los europe¨ªstas suman m¨¢s de la mitad de la poblaci¨®n.

De entre los grandes pa¨ªses, las cifras ratifican la posici¨®n de Francia (34%) como gran valedor de la UE, seguida por Alemania ¡ªla naci¨®n m¨¢s poblada y verdadera locomotora de la econom¨ªa europea¡ª, con un 30% de apoyo, e Italia (24%). La segunda econom¨ªa de la UE, Reino Unido, acompa?a a Espa?a en los ¨²ltimos lugares de la clasificaci¨®n europea con un paup¨¦rrimo 16%.

Sonia Piedrafita, del think tank bruselense CEPS, se?ala que el efecto desgaste de la crisis sobre el nivel de confianza ciudadana en la UE ha sido mayor porque la recesi¨®n ha tenido dimensi¨®n europea y las medidas para hacerle frente han sido acordadas en el ¨¢mbito comunitario. Sin embargo, Piedrafita considera que el dato debe ponerse en perspectiva. "Al fin y al cabo la Uni¨®n Europea sigue siendo mejor valorada que el Gobierno y el Parlamento espa?ol, en los que la desconfianza asciende al 89%", sostiene. A su juicio, el desapego de los ciudadanos es "con la pol¨ªtica y los pol¨ªticos en general" m¨¢s que con el proyecto en s¨ª de la UE, "que los ciudadanos siguen apreciando positivamente". Y apunta otro dato: seg¨²n el Eurobar¨®metro hecho p¨²blico este viernes, un 92% de los espa?oles tiende a desconfiar de los partidos pol¨ªticos. "No creo que los indicadores mejoren simplemente como consecuencia de la recuperaci¨®n econ¨®mica si ¨¦sta no viene acompa?ada de una regeneraci¨®n pol¨ªtica de los partidos serios y responsables", concluye.