Las mujeres en la yihad, para cocinar y engendrar hijos
Los expertos no conocen a ninguna que haya luchado con las armas
Las mujeres que se integran en la yihad en Siria o Irak se dedican habitualmente a cocinar y a contraer matrimonio con alg¨²n combatiente para engendrar hijos, seg¨²n varios expertos en la materia. Estos no conocen ning¨²n caso de mujer que haya luchado con las armas. Por eso, estas fuentes ponen en duda que las dos j¨®venes detenidas en Melilla fueran a pegar tiros. Hasta ahora, se conoc¨ªa la presencia de decenas de chicas tunecinas en las zonas de combate, aunque ¨²nicamente haciendo labores de intendencia. Muchas de las musulmanas radicalizadas sienten fascinaci¨®n por Fatiha Mejjati, una marroqu¨ª de 53 a?os, apodada La viuda negra. Mejjati estaba en Afganist¨¢n con su marido, Karim, y sus dos hijos cuando Al Qaeda derrib¨®, el 11 de septiembre de 2001, las Torres Gemelas y destruy¨® parte del Pent¨¢gono.
La familia Mejjati huy¨® a Pakist¨¢n, a Bangladesh y Arabia Saud¨ª, donde Fatiha fue secuestrada con su hijo Ilyas, con el que pas¨® un a?o en c¨¢rceles secretas de Riad y, despu¨¦s, de Marruecos. Su marido y su hijo peque?o, Adam, murieron en abril de 2005 en un enfrentamiento con las fuerzas de seguridad saud¨ªes en Al Rass. Mejjati ha escapado recientemente de Marruecos burlando a los cuatro centinelas que la vigilaban y se ha integrado en el Estado Isl¨¢mico reci¨¦n fundado por el autoproclamado califa Abu Bakr al Bagdadi, que abarca una amplia franja de Siria e Irak. Mejjati anunci¨® su exilio voluntario el pasado 9 de julio en una de sus cuentas de Twitter.
Colg¨® una foto suya posando ante el tribunal isl¨¢mico de Yarabulus, cerca de Alepo, en manos del Estado Isl¨¢mico desde hace un semestre. Se la ve vestida con un niqab negro que solo deja sus ojos al descubierto, pero en las p¨¢ginas yihadistas se asegura que la foto es aut¨¦ntica. El diario marroqu¨ª Annass afirma incluso que al poco de cruzar la frontera contrajo matrimonio con el lugarteniente del califa. Mejjati es un icono entre quienes invocan la religi¨®n para practicar la violencia. En un mundo en el que s¨®lo los hombres tienen derecho a la palabra es la ¨²nica mujer que destaca.
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