Salvamento rescata hoy una ¨²nica balsa con 10 subsaharianos en Tarifa
La normalidad vuelve al Estrecho tras admitir Marruecos "disfunciones" en el operativo de las ¨²ltimas horas. Entre los inmigrantes ha llegado un hombre de 62 a?os de Benin
Los servicios de Salvamento, la Guardia Civil y la Cruz Roja estaban preparados para lo peor. Dos helic¨®pteros trazaban desde bien temprano cuadr¨ªculas desde el aire para peinar el Estrecho. Una patrullera del instituto armado y la lancha Alkaid de Sasemar iban y ven¨ªan frente a las costas de T¨¢nger, de donde zarp¨® esta semana una flotilla de 90 barcas de juguete con m¨¢s de 1.300 inmigrantes a bordo, todos rescatados con vida y a salvo en territorio espa?ol.
Pero desde muy pronto las labores de rastreo evidenciaron diferencias con los d¨ªas previos. Hoy s¨ª hab¨ªa patrulleras de Marruecos en el mar, algo que no sucedi¨®, seg¨²n todos los testigos consultados, ni el lunes ni el martes, cuando se produjo la mayor llegada de barquitas de pl¨¢stico que se recuerda en el Estrecho.
El canal 16, el que utilizan los barcos por radio para lanzar las alertas, lleg¨® a registrar tres llamadas de ¡°hombre al agua¡± antes del mediod¨ªa. Pero ese sistema, el conocido Pan Pan ¨Cen jerga n¨¢utica- que avisa del avistamiento de pateras, no detallaba coordenadas. Sin embargo la b¨²squeda se prolong¨® durante toda la jornada. Los rescatadores contemplaron la posibilidad de que se tratase de una falsa alarma, hasta que la embarcaci¨®n de Salvamento Mar¨ªtimo Alkaid dio con 10 n¨¢ufragos, todos varones a bordo de lo que aqu¨ª ya todos conocen como toy, ese tipo de lancha con el que juegan los ni?os en las playas.
Entre los rescatados estaba Osama, de 62 a?os. Llega de Coton¨², la capital de Benin. Huye, seg¨²n su precario relato en ingl¨¦s, de una amenaza de muerte por parte de una familia que clama venganza contra ¨¦l por un crimen que dice no haber cometido. Est¨¢ dispuesto a trabajar de carnicero y seguir con su oficio. O a asumir cualquier otro trabajo para una vida nueva.
Y esta fue la ¨²nica barca que avist¨® el dispositivo de b¨²squeda por mar y desde el aire. Si en jornadas anteriores las lanchas de juguete dibujaron una especie de regata temeraria, con sus remos de madera de apenas medio metro para recorrer los 14 kil¨®metros entre Espa?a y Marruecos, ayer la normalidad volvi¨® al Estrecho. La calma coincidi¨® con el mea culpa del Gobierno marroqu¨ª, un reconocimiento p¨²blico en el que Rabat admiti¨® disfunciones en el operativo de esta semana, algo que todos en la frontera espa?ola daban por hecho.
Sin el ajetreo de las v¨ªsperas, la carpa de la Guardia Civil en el espig¨®n de Tarifa, cobij¨® a los 10 ¨²ltimos emigrantes de la mayor oleada que se recuerda cuando llegaron a primera hora de la tarde.
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