Corrupci¨®n S. A.
Los grandes fraudes implican a empresas de todos los tama?os La CEOE cree que lo que ocurre no es m¨¢s que el reflejo de lo que pasa en la sociedad
A la hora de dictar una sentencia, adem¨¢s de aplicar las leyes, los jueces tienen en cuenta las llamadas ¡°reglas de experiencia¡±, que no es m¨¢s que trasladar el sentido com¨²n al derecho. As¨ª, parece l¨®gico que una persona que debe un dinero a una banda de narcos y que es encontrada por la polic¨ªa en el maletero del coche de sus acreedores, no se ha metido all¨ª voluntariamente. Otra regla indica que los asesinos intentan en lo posible que no haya testigos de sus cr¨ªmenes.
Estos ejemplos figuran en distintas sentencias recientes del Tribunal Supremo. Una norma de l¨®gica evidente, sin embargo, no ha llegado a¨²n a la jurisprudencia. Es la siguiente: cuando alg¨²n cargo p¨²blico cobra un soborno, por fuerza alguien le ha tenido que pagar. El protagonismo en las causas de corrupci¨®n se ha centrado casi siempre en los responsables pol¨ªticos y ha orillado muchas veces a las personas, por lo general empresarios, que pagaron cantidades por verse favorecidos en sus intereses. Muchas veces, los empresarios se presentan a s¨ª mismos como v¨ªctimas de una extorsi¨®n por la que se ven obligados a pasar si quieren hacer negocios. Sin embargo, el cohecho les permite situarse en una posici¨®n de ventaja frente a los competidores que deciden no pagar bajo cuerda, con la consiguiente alteraci¨®n de las condiciones del mercado.
La propia sentencia del caso Malaya, que conden¨® a una decena larga de empresarios y testaferros que quisieron hacer fortuna en Marbella, rechaza todo victimismo de quienes sobornaban a los pol¨ªticos. ¡°La situaci¨®n a que finalmente se vieron abocados los empresarios fue propiciada por ellos, pues conocedores de la existencia de un Plan General Urban¨ªstico, se dejan embaucar por cantos de sirena y, guiados por un desmedido af¨¢n de lucro, aceptan regir su operaci¨®n inmobiliaria por un plan parcial inexistente¡±. Ellos mismos se situaron, seg¨²n el juez, ¡°voluntariamente en esa dif¨ªcil posici¨®n de tener que aceptar las exigencias del se?or Roca¡±, el cerebro de la trama.
?Tiene Espa?a una clase empresarial especialmente corrupta? ¡°No lo creo, el nivel es el mismo que hay en el resto de la sociedad porque los empresarios somos un reflejo de ella¡±. El que responde es Juan Rosell, presidente de la CEOE que ha visto c¨®mo ese c¨¢ncer ha restado muchos puntos a la imagen de su propia organizaci¨®n tras la encarcelaci¨®n de su expresidente, Gerardo D¨ªaz Ferr¨¢n, por el caso Marsans. ¡°Con la corrupci¨®n tenemos que tener tolerancia cero, o menos que cero, que quien la haga, la pague. Para combatirla necesitamos una legislaci¨®n clara y estricta, de modo que a la persona que cometa un delito le salga muy caro. Los delitos deber¨ªan estar suficientemente penados¡±, dice. Y apunta hacia uno de los principales puntos d¨¦biles del sistema: la lentitud de la justicia. ¡°Bernard Madoff fue detenido en 2008 [por una estafa piramidal que sacudi¨® Wall Street] y condenado un a?o despu¨¦s. Aqu¨ª entre que un caso se destapa, se investiga y se juzga pueden pasar much¨ªsimos a?os¡±.
Los empresarios corruptores son muy escurridizos. En el caso de los ERE de Andaluc¨ªa la lista de empresarios imputados ronda la veintena de los 201 se?alados por la juez Mercedes Alaya, y al margen de otros siete aforados. En el caso B¨¢rcenas, pieza separada de G¨¹rtel, que investiga la financiaci¨®n irregular del PP, ninguno de los supuestos sobornos de empresas que el extesorero anotaba minuciosamente en su cuaderno han quedado acreditados, pese a que s¨ª se ha demostrado, a trav¨¦s de testigos, la veracidad de otros 55 apuntes. Todos ellos, entregas de dinero negro realizadas por Luis B¨¢rcenas a terceros, pero nunca los pagos que realmente nutr¨ªan esa caja b.
Aunque no hay que irse a los grandes sumarios para constatar que los juzgados investigan cientos de corruptelas que anidan en el ¨¢mbito m¨¢s pr¨®ximo a los ciudadanos y que son igualmente da?inas. Una de las m¨¢s extensas es la trama empresarial montada en Galicia alrededor del grupo Vendex para captar contratos en los principales Ayuntamientos de la comunidad. Seg¨²n un informe del Servicio de Vigilancia Aduanera, su modo de actuar era similar al de las ¡°organizaciones criminales del narcotr¨¢fico o el blanqueo¡±. Por mordidas de 1.000 euros y hasta menos ten¨ªan a su servicio, seg¨²n la investigaci¨®n, a una larga lista de empleados municipales y pol¨ªticos que facilitaban el ama?o de concursos p¨²blicos. Y no se reprim¨ªan a la hora de hablar por tel¨¦fono de ello. No siempre las pruebas son tan claras. B¨¢rcenas explic¨® as¨ª al juez un supuesto pago de una constructora al partido: ¡°Fue una conversaci¨®n [...] sutil, en el sentido de: ay¨²danos en la campa?a, tambi¨¦n nosotros os estamos ayudando en este tema. Yo creo que fue m¨¢s de ese tono. No sab¨ªa si se ped¨ªa una comisi¨®n o no se ped¨ªa una comisi¨®n¡±.
Los 17 pagadores de Pujol
El caso de supuesta corrupci¨®n que afecta a Jordi Pujol Ferrusola implica tambi¨¦n a un total de 17 sociedades que supuestamente pagaron al hijo mayor del expresidente catal¨¢n alrededor de ocho millones de euros por servicios ficticios. Estas empresas, en su mayor parte constructoras y consultoras de ingenier¨ªa y obra p¨²blica, abonaron diferentes cantidades al entramado de sociedades del primog¨¦nito de Pujol y de su exposa, Merc¨¦ Giron¨¦s, por supuestos asesoramientos en operaciones inmobiliarias. La polic¨ªa, por orden del juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz, interrog¨® a los gerentes de 11 de estas empresas. La mayor¨ªa no supo justificar el precio pagado por los servicios de Pujol Ferrusola ni ten¨ªa documento alguno que probara que las empresas del hijo del expresidente de la Generalitat realizara efectivamente los trabajos. Las cantidades cobradas por Pujol Ferrusola oscilan entre el 1% y el 3% de las operaciones inmobiliarias a las que est¨¢n vinculadas. La polic¨ªa tiene claro que se trata de un ¡°ejercicio de simulaci¨®n para la percepci¨®n de comisiones ilegales basadas en falsas relaciones comerciales¡±.
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