El chiringuito del hach¨ªs y la coca

El bar de El Longui, apodo de J. R. M., se hab¨ªa convertido en "el chiringuito de moda" de este verano en Zahara de los Atunes. Hasta all¨ª acud¨ªan personajes de la far¨¢ndula, atra¨ªdos por los conciertos que promocionaba su propietario en esta pedan¨ªa de Barbate (C¨¢diz). El local de copas ejerc¨ªa de epicentro de la noche estival para el famoseo. Y tambi¨¦n, seg¨²n la investigaci¨®n de la Guardia civil, como m¨¦dula de una supuesta red de narcotr¨¢fico ya desarticulada en una operaci¨®n que se sald¨® con 56 detenidos. Entre ellos, tres cabos del Ej¨¦rcito de Tierra, un polic¨ªa local, un guardia civil y un antiguo edil del PSOE.

Especializada en el desembarco de hach¨ªs en la costa gaditana, la trama hab¨ªa logrado unir esta ruta de la droga con una segunda: la introducci¨®n de coca¨ªna a trav¨¦s del puerto de Algeciras. "Cada vez se ven m¨¢s organizaciones dedicadas a ambas v¨ªas de entrada de estupefacientes, pero quiz¨¢s es la primera vez que detectamos una tan grande", subrayan fuentes policiales, que resaltan la incautaci¨®n de 716 kilos de coca y cerca de 4.000 de hach¨ªs.

La banda la encabezaba El Longui, que contaba con los contactos en las dos orillas del Estrecho y controlaba la zona de Zahara. Adem¨¢s, se apoyaba para la financiaci¨®n tambi¨¦n en su segundo, J. M. B. G., alias El Campero, que supervisaba el trabajo en Barbate. En sus playas acostumbraban a descargar el hach¨ªs tra¨ªdo desde Marruecos en lanchas semirr¨ªgidas y barcas recreativas, amparados por la cobertura de un guardia civil de la pedan¨ªa y un polic¨ªa municipal de Barbate. Ambos, presuntamente a sueldo de la organizaci¨®n.

"Pero, cuando ve¨ªan que hab¨ªa marejada, mucho control por nuestra parte, desviaban la mercanc¨ªa a Punta Camarinal, un acuartelamiento militar", explican fuentes del instituto armado. Entonces, entraban en juego los tres cabos destinados a ese puesto, pertenecientes al Regimiento de Artiller¨ªa de Costa n¨²mero 4 (RACTA 4) del Ej¨¦rcito de Tierra. Ellos facilitaban el desembarco.

De ese rol desempe?ado supieron los agentes a medida que avanzaron en la investigaci¨®n, que arranc¨® hace 11 meses bautizada como Operaci¨®n Adi¨®s. La incautaci¨®n de 1.650 kilos de hach¨ªs en un garaje de la cercana zona de Torreplata, tras un alijo en Zahara, facilit¨® las pesquisas. Se hizo un arresto y se detectaron miembros de las fuerzas de seguridad en la organizaci¨®n.

Despu¨¦s, en mayo, se frustr¨® otro desembarco de 2.100 kilos de hach¨ªs en Ca?os de Meca, preparado desde el chiringuito y con la presencia del polic¨ªa local de Barbate que les daba cobertura. Los agentes cerraron ah¨ª parte del c¨ªrculo y fotografiaron a los sospechosos.

El puerto de Algeciras serv¨ªa como puerta de entrada para la coca¨ªna

"Estos golpes les hicieron da?o. Les dejaron sin dinero. Y se tiraron a Marruecos para traer chocolate, aunque fuera en peque?as cantidades", cuentan fuentes pr¨®ximas a la investigaci¨®n. La coyuntura permiti¨® que varios miembros de la red cayeran al alijar un peque?o cargamento de 90 kilos. El principio del fin de la operaci¨®n: 29 registros en casas de C¨¢diz, Sevilla y Valencia y la intervenci¨®n de armas de fuego, 32.000 euros en efectivo, m¨¢s de 100 m¨®viles y documentaci¨®n. Los detenidos, entre ellos un exconcejal socialista de Paradas (Sevilla), pasaron a disposici¨®n del Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 2 de Barbate. Y los agentes dieron as¨ª por clausurado el chiringuito.

Coca y hach¨ªs para vivir por todo lo alto

La red dise?¨® una estructura a tres niveles. El primer grupo coordinaba los trabajos desarrollados por separado en las rutas del hach¨ªs y la coca. Un segundo se especializ¨® en desembarcar la primera droga. Y un tercero planificaba la llegada de la coca¨ªna. Para ello, El Longui y El Campero tejieron lazos con una organizaci¨®n colombiana. Una compleja trama para vivir por todo lo alto. Ambos cabecillas manten¨ªan un elevado nivel de vida gracias "al abundante beneficio econ¨®mico" que dejaba el negocio, seg¨²n los investigadores, que los arrestaron el 12 de agosto.

Los jefes se encontraron en Barbate con dos miembros de la banda sudamericana, tambi¨¦n detenidos, afincados en Sevilla y Valencia. En la reuni¨®n, amparados por el guardia civil arrestado, planificaron la llegada de la droga. El m¨¦todo elegido: el gancho perdido. Consiste en colocar en el puerto de origen, junto a la carga legal, mochilas con la droga. A su llegada a Algeciras, un contacto deb¨ªa extraerla tras cortar el precinto que sella el contenedor y sustituirlo por uno id¨¦ntico. Los agentes encontraron 716 kilos de coca en tres contenedores.