El chal¨¦ de lujo que usaba el peque?o Nicol¨¢s lo pagaba una constructora
La empresa, una peque?a firma radicada en Alcorc¨®n, dice ser v¨ªctima de un enga?o pero admite que se lo dej¨® usar al joven
Francisco Nicol¨¢s G¨®mez Iglesias utilizaba y estaba empadronado en un lujoso chal¨¦ en El Viso. Quienes acudieron a las fiestas que organizaba, explican que nunca faltaba de nada y que en la puerta hab¨ªa siempre un filipino con una pistola. El edificio costaba unos 5.700 euros al mes, pero estaba alquilado a trav¨¦s de una inmobiliaria a una constructora. El propietario original no ten¨ªa ni idea de lo que pod¨ªa estar sucediendo ah¨ª.?
La empresa arrendataria,? ACO, S.L., ha reconocido esta ma?ana que el contrato de alquiler, que se rescindi¨® en junio, estaba a su nombre. Adem¨¢s, aseguran que ¡°la mercantil permiti¨® el uso ocasional de dicho inmueble a Don Francisco Nicol¨¢s G¨®mez Iglesias¡± pero que ¡°entre ACO, SL y Don Francisco Nicol¨¢s G¨®mez Iglesias no existe ni ha existido nunca ning¨²n tipo de relaci¨®n mercantil o laboral. Nunca se le autoriz¨® a residir en el inmueble, ni mucho menos a empadronarse en el mismo¡±.
Sin embargo, esta empresa que se dedica a las reformas, seg¨²n la portavoz que atendi¨® a EL PA?S, y que solo tiene cuatro trabajadores, no quiere aclarar qu¨¦ hac¨ªa Francisco Nicol¨¢s en el chal¨¦ de El Viso que ellos pagaban. ¡°Sobrepasados¡± por la presi¨®n medi¨¢tica que ahora est¨¢n soportando, dicen que ellos tambi¨¦n son ¡°v¨ªctimas de un enga?o¡±. ¡°El gerente ha decidido remitirse al comunicado que hemos lanzado¡±, se excusa una empleada de la firma. Pero en el comunicado no se aclara lo m¨¢s importante, por qu¨¦ permit¨ªan el uso de un chal¨¦ que se encontraba pr¨¢cticamente vac¨ªo durante un a?o al presunto estafador de 20 a?os.
¡°No hab¨ªa pr¨¢cticamente muebles, ni fotos, ni pr¨¢cticamente nada que indicase que viv¨ªa ah¨ª¡±, explica un chico cercano al c¨ªrculo de amistades de Francisco Nicol¨¢s, que asegura que el chico explic¨® a compa?eros de la universidad que esa era su residencia.¡±Eso s¨ª, las fiestas ah¨ª eran por todo lo alto. Lleg¨® a haber un japon¨¦s que preparaba sushi al momento¡±, recuerda.
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