El obst¨¢culo Rajoy
El presidente transmite la impresi¨®n de que no sabe qu¨¦ hacer, ni c¨®mo, ni cu¨¢ndo
¡°Pablo Iglesias no dice lo que la gente quiere o¨ªr sino lo que la gente piensa¡±, me dijo un exdirigente socialista. Moraleja: hay que atender a los s¨ªntomas y actuar sobre la enfermedad que ha debilitado el sistema pol¨ªtico, no contestar a sus palabras, que son compartidas por mucha gente. La reforma del r¨¦gimen no puede esperar. Los que tanto temen a Podemos le alimentan a diario en la medida en que no hacen nada.
La crisis acab¨® bruscamente con la letal fantas¨ªa de que todo era posible. Y ahora el r¨¦gimen pol¨ªtico est¨¢ sobre la mesa de disecci¨®n, con sus v¨ªsceras desprendiendo pus. Hace tiempo que ten¨ªa que haberse dado un baldeo a unas instituciones pol¨ªticas sometidas al dominio avasallador de dos partidos, sin apenas contrapesos. Pero sus principales beneficiarios insist¨ªan en minimizar el deterioro, hasta que la corrupci¨®n ha roto las costuras del sistema y cae a borbotones sobre la escena p¨²blica.
El presidente Rajoy, en este como en otros temas, transmite la inquietante impresi¨®n de que no sabe qu¨¦ hacer, ni c¨®mo, ni cu¨¢ndo. Hace 20 meses habl¨® de un pacto contra la corrupci¨®n y de medidas legales: no se ha aprobado ni una. La lista de personas de su partido con problemas con la justicia crece d¨ªa a d¨ªa. Y todo lo que se le ocurre es pedir disculpas. Pero el perd¨®n lo otorga el ofendido, no basta con la palabra del ofensor. Y tiene sus requisitos: la reparaci¨®n, aunque s¨®lo sea simb¨®lica, y el prop¨®sito de enmienda. Rajoy pide perd¨®n pero no asume sus responsabilidades. Ah¨ª est¨¢n las andanzas del extesorero del partido; la larga lista de personalidades, promocionadas por ¨¦l, metidas en l¨ªos; el dinero negro de las obras y los sobres de su organizaci¨®n. Rajoy act¨²a como si estas cosas no fueran con ¨¦l. Y, sin embargo, lleva 10 a?os como jefe de un partido muy jerarquizado en el que nada es posible sin su consentimiento.
Hay que atender a los s¨ªntomas y actuar sobre la enfermedad que ha debilitado el sistema pol¨ªtico
Desde el caso B¨¢rcenas, Mariano Rajoy es un presidente lastrado en su legitimidad. Se dijo, entonces, que su dimisi¨®n habr¨ªa creado una crisis pol¨ªtica que Espa?a no pod¨ªa permitirse por la situaci¨®n econ¨®mica. No vale ahora utilizar la cuesti¨®n catalana como excusa. Rajoy carece de autoridad para convertir los problemas en oportunidades. Su dimisi¨®n y la consiguiente convocatoria de elecciones anticipadas son condici¨®n necesaria para parar el deterioro institucional. No es el ¨²nico, pero es el principal obst¨¢culo. Un Parlamento profundamente renovado, con limpieza previa en las listas y alg¨²n partido nuevo, deber¨ªa emprender la tarea de reconstruir el r¨¦gimen pol¨ªtico, con las reformas legales y constitucionales imprescindibles y con una nueva cultura del contrapeso entre poderes y del servicio p¨²blico. Y afrontar los desajustes del sistema, tambi¨¦n la cuesti¨®n territorial, con mentalidad abierta y voluntad pactista. Hablar como presidente sin atraer la atenci¨®n de los ciudadanos no es f¨¢cil. Rajoy lo est¨¢ consiguiendo. No le creen.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.